Qué ver en Calatañazor - Villa Medieval
Comarca: Tierra del Burgo
Calatañazor - Muriel de la Fuente
En la provincia de Soria, a unos 27 kilómetros de El Burgo de Osma, al Sur de la Sierra de Cabrejas, se encuentra el pintoresco pueblo de Calatañazor. Calatañazor, declarado Conjunto Histórico Artístico, es uno de esos pueblos que de estar en Soria hay que visitar sí o sí, su pequeño entramado de casas desprende un auténtico sabor medieval que irremediablemente nos trasladará a épocas pasadas.
A la entrada del pueblo nos recibe la Ermita románica de la Soledad. El templo es de nave única y conserva de época románica el ábside y la portada norte, con arquivoltas de hojas dobles y vástagos entrelazados. Se edificó en torno al siglo XII, destacan sus interesantes canecillos. Enfrente, al otro lado de la carretera, se encuentran las ruinas románicas de la Ermita de San Juan Bautista de la que sólo queda la portada y los muros.
El pueblo está vertebrado por la calle Real, su firme empedrado flanqueado por casas de adobe, vigas de madera, soportales y chimeneas cónicas nos conduce hasta la Iglesia de Santa María del Castillo, mezcla de estilos gótico y románico. La iglesia, románica en origen (siglo XII), fue reformada en Época Moderna (siglo XVI), sobre todo en su interior.
Tiene planta rectangular, con una nave de dos tramos y cabecera cuadrada. Cuenta con una bella portada gótica de tres arquivoltas, en su interior se conserva una imagen de la Virgen de Fuentemayuel del siglo XIII, diversos retablos, una talla románica de Santa María del Castillo, una Pila bautismal en piedra del siglo XI y un pequeño museo.
Seguimos calle arriba y llegamos a la Plaza Mayor presidida por el Rollo bajomedieval del siglo XV, esta estructura podía tener una función penal, como columna en la que se exponía a los malhechores a la vergüenza pública, o jurisdiccional, representando la categoría administrativa de la localidad, marcando el límite territorial o como monumento conmemorativo de la concesión del villazgo. Junto al rollo o picota se encuentra la 'Piedra del Abanico' en ella se aprecian las huellas fosilizadas de troncos y hojas de palmera.
Ante la plaza y con magníficas vistas al 'Valle de la Sangre' se alzan los restos del Castillo de Calatañazor siglos XIV o XV, sobreviven algunos lienzos y parte de la torre del homenaje de mampostería y sillería. Su posición estratégica hizo que esta zona fuera ocupada en época celtibérica y romana, aunque su renombre proviene de la supuesta derrota que sufrió Almanzor.
Calatañazor fue fortificado a principios del siglo XII, en época de Alfonso I El Batallador, momento al que pertenece la mayor parte del recinto amurallado. La Muralla, conservada en gran parte de su perímetro, circundaba toda la villa adaptándose al cerro en el que se asienta. Distribuidas por todo el lienzo, y especialmente en los frentes norte y este, se dispusieron ocho torres cilíndricas macizas que sirvieron para el control y vigilancia.
El acceso se realizaba por dos puertas y dos portillos, del que sólo se conserva el arco del postigo de la fuente. Cuenta la leyenda que en 1002 Almanzor, azote de los reinos cristianos, fue derrotado en una cruenta batalla en las cercanías del castillo de ahí que la tradición sostenga el dicho de 'Calatañazor, donde Almanzor perdió el tambor'.
A los pies del castillo se encuentra una Necrópolis Altomedieval del siglo X. Se trata de tres sepulturas con forma antropomorfa, imitando el contorno del cuerpo humano, marcando los hombros y la cabeza. Se accede a ellas por la parte de atrás de la ermita de la Soledad.
Saliendo del pueblo, a mano derecha, un camino nos conduce al caño o fuente. Siguiendo la senda que surge a la derecha del caño llegaremos a la parte alta de la hoz del río Milanos, desde este punto las vistas de Calatañazor son magníficas.
El caserío sobresale por su arquitectura popular típica de la Edad Media. Las casas tienen dos plantas: la inferior construida con muros de piedra y la superior levantada mediante pies derechos de sabina unidos con entramado vegetal o muretes de adobe o tapial, todo ello enlucido de barro. El exterior decorado con blasones, balcones y aleros pronunciados. En el interior destaca la chimenea cónica que se adentra en la cocina, convirtiéndola en la estancia más importante de la vivienda.
Saliendo de la villa de Calatañazor en dirección Muriel de la Fuente llegamos al Sabinar de Calatañazor, sorprende el tamaño de sus enormes sabinas, su crecimiento se debe en parte al ganado que pasta en la dehesa, librando de arbustos y maleza al lugar además de 'abonarlo' con generosidad.
Una vez visitado el sabinar continuamos en dirección al paraje natural de la Fuentona, no sin antes hacer una parada en la Casa del Parque del Sabinar construida en el antiguo Palacio de Santa Coloma. En la parte alta del torreón se encuentra el original Rollo de Muriel de la Fuente. Una cámara conectada en el interior de la Fuentona nos muestra en tiempo real lo que sucede en su interior, además encontraremos todo tipo de información relacionada con el ecosistema y los valores etnográficos de la Sierra de Cabrejas. El personal amable y atento de la casa del parque contestará cualquier duda que nos asalte.
Antes de entrar en Muriel de la Fuente, justo pasado el puente que da acceso a la localidad, surge un camino que termina en el segundo aparcamiento de la Fuentona. Un precioso sendero habilitado para personas con movilidad reducida nos conduce, a través del bosque de sabinas, hasta la surgencia de agua.
Destaca el aroma a incienso que desprenden los árboles y el frescor del agua que nos acompaña hasta alcanzar el Ojo de la Fuentona. Otra senda señalizada nos acerca a la cascada, un salto de unos cinco metros de altura por el que no siempre cae agua pero al que merece la pena acercarse por la belleza del paseo.
Dentro del casco urbano de Muriel de la Fuente podemos ver un buen ejemplo de 'Casa Pinariega', construcción característica de la arquitectura popular de la comarca de Pinares. La Iglesia gótica de San Nicolás de Bari y de la Virgen del Valle alberga en su interior una interesante y bella pila bautismal románica, en el exterior destaca una reproducción del antiguo rollo jurisdiccional.