Qué ver en la Villa histórica de Fuentidueña - Segovia
Comarca: Segovia Norte - Tierra de Pinares
Fuentidueña
Esta visita a la localidad segoviana de Fuentidueña nos descubre los rincones y monumentos más destacados que atesora esta villa cargada de historia. El 8 de marzo de 2007 buena parte de la ciudad fue declarada Conjunto Histórico.
El significado literal de Fuentidueña es 'Señora de las Fuentes' (fontis donna), esta villa es muy rica en agua, existen numerosos manantiales y dos ríos, el Duratón y el Fuentes, este de corto recorrido pues apenas nace entrega su caudal al anterior. En esta noble villa se asentaron en la antigüedad diferentes pueblos como los vaceos, celtas, arévacos, romanos, visigodos, judíos y árabes. Leer más»
Monumentos de Interés en Fuentidueña
Estuvo la villa de Fuentidueña amurallada en sus lados norte, sur y oeste; en la actualidad existen monumentos visitables tanto en la zona de intramuros como en la de extramuros.
En la plaza de la villa se encuentra el Ayuntamiento. En la época de Doña Urraca y Alfonso El Batallador, fue un palacio habitado por miembros de la familia 'Lara' y posteriormente utilizado como sede por el Concejo de la Villa. A través de los miradores de la muralla, frente al palacio, se vigilaba el acceso a la villa por el puente romano.
La Casa de la Comunidad de Villa y Tierra, se trata de un edificio señorial situado en la Plaza de la villa. Adosado a la muralla, fue la antigua cárcel del alfoz de Fuentidueña. Actualmente se reúnen en ella los representantes de los 21 pueblos que integran la Comunidad de Villa y Tierra. Leer más»
El Palacio situado en la Plaza del Palacio, a la que da nombre, fue construido a mediados del siglo XV. Residencia de D. Pedro de Luna Manuel y su familia. Hijo de D. Álvaro de Luna -Condestable de Castilla, Gran Maestre de Santiago y Valido del rey Juan II-. Posteriormente, el Conde de Montijo hizo reformas de Estilo Renacentista.
La Capilla del Pilar o de los Condes de Montijo, levantada junto al palacio y declarada Bien de Interés Cultural, fue erigida a instancia de Don Cristóbal Portocarrero (Conde de Montijo), por la devoción que sentía al Santo Rosario y nombrada Capilla del Pilar por la devoción que sentía a ésta advocación la esposa del Conde; Doña María Fernández de Córdoba Portocarrero. Leer más»
El Hospital de la Magdalena declarado Bien de Interés Cultural. Fue construido por disposición testamentaria de Doña Mencía de Mendoza, esposa de D. Álvaro de Luna Manrique y sobrina del Cardenal de Burgos Iñigo de Mendoza, hacia el año 1540.
Dedicado por deseo expreso de Doña Mencía de Mendoza para acogida de pobres y enfermos de Fuentidueña y su alfoz. Los fallecidos en este hospital recibían sepultura en el atrio de la iglesia de San Miguel. Actualmente se encuentra en ruinas, pendiente de restauración.
La Iglesia de San Miguel declarada Bien de Interés Cultural. Templo románico del siglo XII, en su exterior se puede contemplar el pórtico de siete arcos bizantinos sobre columnas geminadas y capiteles con decoración vegetal, su construcción es posterior a la edificación del templo. Leer más»
Las Ruinas de San Martín declaradas Monumento Histórico Artístico. Fue un templo de estilo románico, construido en dos etapas, su torre y única nave en el s. X y el ábside a mediados del s. XII, ábside que actualmente podemos contemplar en el Museo de los Claustros, de la ciudad de Nueva York, la venta se produjo por acuerdo de los gobiernos de Estados Unidos y España, en 1957, como pago se recibió las pinturas de San Baudelio de Berlanga y una cantidad de dinero que sirvió para restaurar la iglesia de San Miguel Arcángel, que también se encontraba en muy malas condiciones.
En este templo celebró la festividad de San Martín el Rey Alfonso VIII. A mediados del siglo XIII, la iglesia entra en estado de deterioro progresivo encontrándose ya en ruinas en el año 1612.
La Necrópolis está formada por una sucesión de tumbas situadas entorno y circundando las ruinas de la Iglesia de San Martín. Se trata de unas doscientas sepulturas antropomorfas talladas en la roca. Los enterramientos datan del siglo X hasta el XVII, pasando el cementerio a situarse en el interior de la nave de la iglesia, hoy en ruinas. En la necrópolis encontramos tumbas de diferente longitud, la mayoría estaban ocupadas por adultos, en un número menor niños y alguna del tamaño de un bebe.
El Castillo declarado Bien de Interés Cultural. No existe una claridad histórica sobre el origen del castillo de Fuentidueña, parece que su construcción hay que situarla entre los siglos XII y XIII.
Alcanzó gran importancia con el reinado de Alfonso VIII, aquí otorgó testamento el 8/12/1204, concertó la paz con el rey de Navarra y descansó después de la batalla de las Navas de Tolosa. También visitó este Castillo hacia 1250 Alfonso X, el Sabio. Sancho IV, en octubre de 1308, otorga privilegios cristianos a quien quiera vivir aquí, al comprobar que la población era mayoritariamente judía.
En la década de los años 70, del siglo XX, el Ministerio de Hacienda subasta el castillo con un precio de salida de 25.000 pesetas, pasando así a manos privadas.
Las Murallas declaradas Bien de Interés Cultural. Estuvo la villa de Fuentidueña amurallada en sus lados norte, sur y oeste, con una función claramente defensiva. En su lado este existe un impresionante cortado rocoso que hace muy fácil la defensa; el acceso era posible a través de tres puertas.
La cara sur de la muralla, aunque muy deteriorada, presenta una de las más bellas imágenes de la misma, aquí se encuentra la Puerta de Alfonso VIII o de Trascastillo. A ambos extremos de la cara norte se encuentran, la Puerta del Palacio, parece que fue la entrada principal de la villa y la de La Calzada, que daba acceso al recinto desde el arrabal, en la Plaza de la Villa existen dos ventanas practicadas en la muralla. Su construcción debe situarse entre los siglos XII y XIII.
Bodegas de Fuentidueña Bodegas excavadas en la roca. Se componen de un cañón, normalmente en descenso y varios nichos donde se fermenta y almacena el vino. La mayor parte de las bodegas datan de principios del siglo XIX y son escasas las que poseen lagar en su interior, debido a la existencia de lagares comunales que funcionaban por el sistema de cargas; cada vecino tenía derecho a prensar un número de cargas de uva. De carácter privado, siguen manteniendo su uso original, además de ser lugar de reuniones y meriendas.
La Iglesia de Santa María la Mayor o del Arrabal situada cerca del puente romano, en el margen izquierdo del río Duratón. Se dice que debió de edificarse sobre los restos de una primitiva ermita a la que en el siglo XI, se le fueron añadiendo un tosco ábside de mampostería con bóveda de medio horno y otras capillas. Es considerada la iglesia más antigua de la villa, debido a que anteriormente a la iglesia románica habría existido otra construcción de origen visigodo. Con motivo de unas obras recientes se han descubierto junto al ábside tres sarcófagos labrados en piedra. Leer más»
Hospital del San Lázaro su fundación data del s. XII, su función primitiva sería la de atender a leprosos, pasando a socorrer por una noche a pobres, salvo que estuvieran enfermos y necesitaran más días, siempre que acreditasen que no eran gentes 'de mal vivir'.
El día de San Lázaro predicaba en este hospital un fraile del Convento de la villa. Tras la desamortización de Mendizábal quedó en ruinas, pasando a ser vivienda privada a principios del siglo XX.
El Convento franciscano de San Juan de la Penitencia, los mercedarios debieron de ser los primeros religiosos que ocuparon este convento, que, según el P. Luis Vázquez Fernández, doctor historiador de esta Orden, fue fundado en 1299 con el nombre de Santa María de la Merced.
Fue el Cardenal Cisneros quien se lo entregó en 1496 a los franciscanos a instancias de Pedro de Luna, hijo de don Álvaro de Luna, y de una bula del papa Alejandro VI. De un documento de 23 de diciembre de 1502 se deduce que el monasterio les fue quitado a los mercedarios por su deshonesto vivir.
Aquí se enterraron los condes de Fuentidueña, D. Pedro de Luna, hijo de D. Álvaro de Luna, y su esposa Dña. Ana de Viveros, cuyas sepulturas fueron trasladadas a la iglesia de San Miguel tras la desamortización.
En 1835 el convento cierra definitivamente las puertas tras la exclaustración decretada por Mendizábal. Actualmente es un negocio de hostelería y hospedaje.