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Riofrío de Aliste - Serracín - Abejera de Tábara - Villanueva de Valrojo - Pobladura de Aliste - Ferreras de Arriba - Sejas

Las mascaradas de invierno que perduran en algunos pueblos de la provincia de Zamora constituyen unas celebraciones de interés antropológico y turístico, un raro ejemplo de supervivencia cultural que aún puede verse en España.

Entre los meses de diciembre y enero tienen lugar una serie de tradiciones festivas cuyo origen y simbología se remonta al pasado prerromano. Todas coinciden con el solsticio de invierno y se prolongan a veces con las celebraciones de antruejo en los carnavales. Personajes ataviados con extravagantes indumentarias, protagonizan las celebraciones en distintos pueblos zamoranos.

La Obisparra de Riofrío de Aliste o Fiesta de los Carochos - 1 de enero Declarada de Interés Turístico Regional esta es una especie de representación teatral religiosa, pero con un origen profano, en la que todo el pueblo participa. En ella hay 11 personajes, divididos en tres grupos: los Carochos, los Guapos y los Filandorros. Todos los personajes son hombres y salen en desfile por las calles del pueblo tras la misa de las 12 de la mañana.

Los Carochos representan a dos diablos que van cubiertos de pieles, portando una máscara o 'carocha' y en la espalda varios cencerros, mientras recorren las calles pidiendo el aguinaldo. El mayor lleva unas grandes tenazas extensibles, terminadas en cuernos de cabra. Los Guapos son un grupo integrado por el Galán, la Madama (que lleva un niño en brazos) el del Tambor, el del Cerrón y el del lino. Leer más»

La Obisparra de Riofrío de Aliste

... Los Filandorros son cuatro: el Molacillo, el Ciego, la Gitana y el Gitano. Entran en el pueblo subidos en un carro, y de ellos llama la atención el Gitano, que salta y realiza diversas piruetas sobre el burro.

A partir de ese momento una obra de teatro popular con aires satíricos se desarrolla en las calles y plazas del pueblo. Una fiesta, en resumen, donde se materializa el eterno enfrentamiento entre el bien y el mal, donde las clases sociales y los personajes populares se ven reflejados, y en la que se reproduce parte del ciclo anual, lleno de simbolismos paganos y religiosos.

Los Diablos de Sarracín de Aliste - 1 de enero La representación de los Diablos de Sarracín de Aliste se inicia a las 9.30 horas, en el entorno de la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel. La comitiva es abierta por los diablos 'Grande' y 'Chiquito', con carocha negra y tenazas rojas el mayor, y con un palo y dos cuernos el pequeño.

La Filandorra y el Rullón, vestidos con trajes de tiras, van esparciendo cenizas, especialmente a las mozas. El resto de la comitiva son el Ciego, el Molacillo, la Madama, el Galán, el Dulzainero, el Tamborilero y los dos 'Hombres del Saco'.

La mascarada termina al atardecer, cuando el Molacillo pasa a ser Obispo, y el Ciego Monaguillo, mientras el obispo intenta darle sepultura al niño de la madama con el hisopo. En ese instante se establece la última pelea de los diablos, que pretenden llevarse el alma del pequeño al infierno, perpetuando la eterna lucha entre el bien y el mal que marca este tipo de mascaradas.

Los Cencerrones de Abejera - 1 de enero Esta mascarada se celebra después de comer, sobre las 15.30 horas. Durante cerca de dos horas van actuando, en la plaza de la iglesia, los personajes de esta mascarada que, como en otras localidades de la comarca, enfrenta a las fuerzas del bien y del mal, y donde el guión establecido convive con la improvisación y la picaresca.

El carocho o cencerrón porta una máscara demoníaca y largas tenazas rematadas con cuernos, con las que persigue a los asistentes. A su lado va la filandorra, un hombre vestido de mujer que va arrojando cenizas, y los ciegos, que van recitando coplas burlescas sobre los acontecimientos del año en el pueblo.

El Carnaval de Villanueva de Valrojo Hay constancia de estos carnavales desde 1841, aunque algunos estudios remontan su celebración al siglo XIV. Son los más antiguos de la provincia, y llegaron a desafiar las prohibiciones del régimen franquista, que tuvo que conformarse con multar a los habitantes de Villanueva al no poder evitar que los celebrasen.

La indumentaria más generalizada gira en torno a una vestimenta especialmente colorista y amplia, que va rellenada con paja o hierba, compuesta por una especie de blusón con varias capas de tela sobre los hombros, rematadas con volantes, un pantalón ceñido en los tobillos y una tela que cubre toda la cabeza, sobre la cual se coloca luego una máscara en el rostro, y en algunos casos un sombrero. Leer más»

El Carnaval de Villanueva de Valrojo

... El elemento unificador es un cincho de cuero lleno de cencerros que se lleva atado a la cintura. Este es un elemento milenario que, como sucede en el resto de las mascaradas de la provincia y en muchas otras partes de Europa, tiene un claro sentido simbólico: ahuyentar al mal y a la adversidad, en una rogativa para que el año que entra sea próspero y reine la fecundidad en todos los ámbitos.

Así, el desordenado ruido de los cientos de cencerros que en esta catarsis colectiva suenan espantando al mal, coinciden con los saltos y las pisadas sobre el suelo, que simbolizan el gesto de la siembra, que se desea floreciente.

La Obisparra de Pobladura de Aliste - 15 de agosto Aunque la fecha original de esta celebración era el 26 de diciembre, desde el año 2005 se ha decidido celebrarla siempre a media tarde del 15 de agosto para que todos los vecinos puedan participar y haya mayor número de visitantes.

En ella intervienen 19 personajes: Dos sembradores, dos bueyes, el arador, el gañán, la filandorra, el militar, el ciego, dos lazarillos, el piojoso, el gaitero, el tamborilero, un bailador y una bailadora, y tres personas que reciben al grupo de actores en sus respectivas casas.

Toda la comitiva parte de las eras y va recorriendo las calles del pueblo, donde se va encontrando con diferentes escenas que reproducen momentos de la vida rural: un filandar, un hogar con el fuego encendido, etc. Leer más»

La Obisparra de Pobladura de Aliste

El desfile es abierto por los sembradores, que van arrojando paja a guisa de simiente, después viene el gañán, tirando de los dos bueyes, que a su vez arrastran un arado de verdad que es controlado por el arador. Les siguen la filandorra, una madre un tanto descuidada que hace ojos ciegos a quien le va arrebatando el niño que lleva en brazos, y el militar, que regaña a la filandorra por distraída.

El ciego, el lazarillo y el piojoso son quizá el grupo más humorístico. Los tres van pidiendo por las casas, usando para ello fórmulas y léxico tradicionales alistanos, entre escenas de tinte satírico y picaresco 'Perdí mis ojos en una fábrica de morcillas. Déme una limosna, buena mujer', va exclamando el ciego, por ejemplo. Los dos bailadores y los dos músicos van cerrando el desfile.

Uno de los principales atractivos son las repetidas embestidas de los bueyes que, en diversas espantadas, van atacando a los presentes, provocando la consiguiente algarabía. Los animales han escapado de las manos del arador que, tumbado por el suelo, y entregado a ciertos rezos, trata de recuperar el control de las bestias.

Lo que en Pobladura se denomina Obisparra y en otros pueblos se llama Carochos, Filandorras, etc., es un festejo profano, vinculado muy probablemente a deidades precristianas, y que forma parte de las conocidas mascaradas de invierno, un tipo de celebraciones que en Zamora tiene uno de los principales exponentes a nivel nacional.

Es esta, en resumen, una escenificación multifacética que incorpora elementos profanos, religiosos, sociales, folclóricos, carnavalescos y costumbristas.

La Filandorra de Ferreras de Arriba - 26 de diciembre Esta mascarada, que se celebra por las calles tras la misa del día 26 de diciembre, está protagonizada por la Filandorra, un personaje de aspecto desaliñado que simboliza a la humanidad sometida al pecado, y que porta siete cencerros en su cintura, tantos como pecados capitales, y un látigo con el que va azotando a los presentes.

Va acompañada del Galán y ambos tocan las castañuelas celebrando el nacimiento de Jesús. El tercer personaje principal es el diablo, que lleva tres cencerros en su cintura, tantos como virtudes teologales.

El Toco - 31 de diciembre Se celebra en Sejas de Aliste y en otros muchos pueblos de Aliste. En la actualidad el Toco se celebra el día de Nochevieja. Ese día los mozos entran en el pueblo con un roble o dos, que son portados en un carro tirado por ellos mismos.

Con las ramas del roble se hace después una hoguera hacia la que se dirige una procesión, en medio de oraciones. Una vez hecha la fogata, en ella se asan multitud de chorizos para todos los vecinos que quieran acercarse a saborearlos.

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