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Una visita al Monasterio de La Vid - Ribera del Duero - Burgos

Comarca: Ribera del Duero

La Vid

El Monasterio de Santa María de La Vid se encuentra en la localidad burgalesa de La Vid a escasos 18 kilómetros de Aranda de Duero.

Este precioso conjunto arquitectónico monacal, situado a orillas del río Duero, cuenta con una impresionante biblioteca, un museo de arte sacro y otro museo numismático de monedas y medallas antiguas.

El monasterio premostratense, hoy de agustinos, fue fundado en el siglo XII. En torno al año 1140 Sancho Ansúrez y Domingo Gómez de Candespina, dos nobles castellanos, que habían profesado en la abadía francesa de Saint-Martin de Laon y que regresaron a Castilla para fundar las dos primeras abadías premonstratenses españolas.

Sancho Ansúrez, con la ayuda de su poderosa familia, fundó el monasterio de Santa María de Retuerta y Domingo Gómez de Candespina el de Santa María de Monte Sacro, situado a unos dos kilómetros del emplazamiento actual.

El primitivo monasterio, edificado según los cánones del románico, se vio favorecido desde su fundación por la protección de los monarcas castellanos Alfonso VII, Alfonso VIII y sus inmediatos sucesores. Leer más»

Historia Monasterio de La Vid

Al llegar el siglo XVI se inició otro capítulo de la historia del monasterio. Don Íñigo López de Mendoza, miembro de la familia condal de Miranda, consiguió en 1516 que el papa le concediese el nombramiento de abad comendatario.

El deseo de convertir la abadía en el panteón de su familia, le llevó a proyectar y ejecutar profundos cambios en el edificio monástico. Se levantó entonces un nuevo claustro, sustituto del anterior románico, y se construyó la actual iglesia.

Durante los siglos XVII y XVIII el monasterio de La Vid se completó hasta adquirir las proporciones que hoy conserva. En esos doscientos años se construyeron nuevos claustros, tres cuerpos de la Iglesia, el coro, el refectorio y, finalmente, en 1798, la impresionante biblioteca.

Treinta y siete años después las leyes desamortizadoras de 1835 ponían punto final a la presencia premonstratense. Terminaban bruscamente setecientos años de fecunda historia.

Tras treinta años de desolación y abandono, durante los cuales el monasterio de La Vid se vio sometido a un auténtico expolio perdiendo los fondos seculares de su biblioteca y gran parte de las numerosas obras de arte conservadas por la comunidad premonstratense, la abadía fue adquirida por la Provincia de Filipinas de la Orden de San Agustín, que la destinó a casa de estudio y formación de sus religiosos.

De la Vid salieron centenares de misioneros hacia Filipinas, fundando y administrando pueblos, iglesias, colegios y una universidad.

La Iglesia actual del monasterio de La Vid se comenzó a construir en 1522 bajo la dirección de los maestros Sebastián de Oria, Pedro de Rasines y Juan de Vallejo. Fue costeada a partes iguales por el cardenal Mendoza y por su hermano el conde de Miranda.

Conserva la bellísima imagen gótica de Santa María de la Vid, esculpida a finales de siglo XIII presidiendo la capilla mayor desde un espléndido retablo renacentista. De la misma época son las rejas que dividen la iglesia, obra del oxomense Juan Rodríguez.

Avanzado el siglo XVII se realizaron los retablos laterales, los púlpitos y las esculturas situadas en las trompas de la cúpula. Ya en el siglo XVIII se culmina la iglesia con la construcción, entre 1723 y 1737, de los últimos tres cuerpos, el coro alto y la espadaña, en donde intervinieron varios arquitectos, destacando entre todos el trasmerano Diego de Horna.

En el fondo de la iglesia está situado el coro donde la comunidad religiosa continúa hoy en día celebrando la liturgia. La sillería coral, obra de los maestros Antonio y Pedro de Quintana, realizada en 1665, es una obra de nogal concebida en dos pisos con 58 sitiales separados por columnas salomónicas. La silla del abad y la del piso inferior destacan sobre el resto del conjunto.

El Claustro comenzó a construirse en 1517 ocupando el espacio del anterior claustro románico. De planta cuadrangular presenta dos pisos con siete tramos en cada panda. El bajo conserva gran parte de la estructura efectuada durante el siglo XVI, probablemente de forma simultánea a la capilla mayor. Las pandas están cubiertas con bóvedas estrelladas muy planas de amplias claves cuyos nervios descansan en cabezas de serafines.

El segundo piso se levantó de nueva planta en la segunda mitad del siglo XVIII sustituyendo al construido en el siglo XVI. Al exterior se abren siete ventanales formados por arcos de medio punto flanqueados por columnas y retropilastras jónicas. En las enjutas de los arcos se situó un amplio repertorio ornamental.

En el claustro bajo, se conserva la fachada de la primitiva Sala Capitular realizada en la segunda mitad del siglo XII. El tipo de arquería y la calidad escultórica de los capiteles permiten relacionarla con las magníficas salas capitulares de El Burgo de Osma o San Pedro de Soria.

La Sacristía, encargada por el abad Bernardo de León al maestro de cantería Juan de la Verde en 1625, es una gran estancia rectangular. Es un ámbito de amplias dimensiones, en el que contrasta la sobriedad de los muros con el tratamiento formal desplegado en las cubiertas.

El efecto de grandiosidad de la sala queda subrayado por la doble cajonería de nogal dispuesta en los lados menores del rectángulo, obra del siglo XVII y por la mesa central realizada un siglo después. La decoración se completa con doce lienzos representando a los apóstoles, obra de la escuela napolitana del siglo XVI, donados al monasterio por don Juan de Zúñiga, primer duque de Peñaranda.

El Refectorio, construido a mediados del siglo XVIII en el espacio que ocupaban la cocina y el comedor medieval, es una gran sala rectangular que consta de cinco tramos cubiertos con bóvedas de arista articuladas a través de arcos de medio punto y claves ornamentadas con símbolos propios del monasterio y sus abades. Leer más»

Refectorio

El refectorio conserva el púlpito de piedra, al que se accede por una escalera disimulada en el muro, donde se realizaban las lecturas que tradicionalmente acompañaban las comidas de los religiosos. Está presidido por un gran lienzo en el que se representa la Santa Cena, obra de la escuela romana del siglo XVIII.

La Biblioteca, fue la última gran obra arquitectónica de la comunidad premonstratense. Los agustinos han considerado siempre el monasterio como una casa dedicada especialmente al estudio y, por ello, han prestado particular atención a la Biblioteca. Cuenta con los siguientes fondos:

Manuscritos: Contiene documentos reales, eclesiásticos y privados, ajenos a la historia propia de la abadía de la Vid que datan desde el siglo XIV al XVIII. A estos se añaden diversos libros manuscritos: literarios, científicos, históricos, desde el siglo XII al XVIII; y sermonarios, apuntes históricos y de lenguas orientales, principalmente del siglo XIX.

Entre los manuscritos vitenses destaca, por su antigüedad un Corán manuscrito sobre pergamino en el año 528 de la Hégira, es decir, el año 1134 de nuestra era cristiana. Es una obra bellísima en la que el copista utilizó, junto al oro, tintas de varios colores: azul, rojo, negro, verde. Leer más»

Biblioteca

La Biblioteca del monasterio cuenta con 22 incunables identificados y catalogados, 8 de ellos fueron impresos antes de 1490 y 6 son ejemplares únicos en bibliotecas españolas, lo que da idea del notable interés que posee la colección vitense.

El Claustro Interior mantiene muy bien conservada su arquitectura. La parte baja, realizada en el siglo XVI, tenía en origen abiertos sus grandes arcos, a finales del siglo XVIII fueron cerrados por la obra actual que recrea, en piedra, modelos empleados en el coronamiento de rejas de esta etapa. Parece ser una transposición de las celosías que durante el tardogótico y el renacimiento cerraban las arquerías de los claustros.

El piso superior se levantó de nueva planta durante la segunda mitad del siglo XVIII. Es una obra de notable calidad en el que el excelente trabajo del material pétreo, la simetría, la riqueza y corrección con que fue empleado el repertorio clásico, se unen a su delicada concepción estilística, equilibradas proporciones y a una sabia búsqueda de efectos plásticos y lumínicos. Leer más»

Claustro

...El claustro acoge un cuidado jardín con un pozo central a modo de pequeño oasis dentro del conjunto monástico que se convierte en remanso de paz y tranquilidad. Su detenida contemplación y disfrute permite apreciar la armónica integración entre naturaleza y arquitectura, así como gozar de algunas de las más bellas perspectivas de la iglesia. 

El conjunto exterior de la Iglesia destaca por la sensación de firmeza y seguridad. El ábside, grueso y macizo, está decorado con sencillez y gracia con los escudos de la casa condal de Miranda que contribuyó decisivamente en la edificación.

La espectacular Espadaña de 33 metros de altura, es una de las obras fundamentales del barroco castellano. Construida en el primer tercio del siglo XVIII bajo la dirección de los maestros Domingo de Izaguirre y Diego de Horna, sustituye a la anterior portada gótica.

La parte inferior, presidida por una Imagen de Santa María de la Vid, se desarrolla bajo un arco triunfal de medio punto flanqueado por pilastras corintias, en cuyo interior se disponen, a modo de retablo, dos cuerpos sustentados por columnas. La parte superior está formada por tres cuerpos de altura.

Aunque todo el monasterio de La Vid puede considerarse un museo, en 1992 se acondicionó la antigua despensa, obra arquitectónica del siglo XVIII, como museo específico dentro del monasterio. Se trata de una gran sala rectangular cruzada en sentido longitudinal por tres arcos de medio punto, en la que se ha introducido una estructura metálica que conforma una segunda planta sin alterar en ningún momento el diseño original del edificio.

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