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El Último Coto - Valladolid

Villafuerte - Renedo de Esgueva - Boecillo - Mojados - San Miguel del Pino - Tordesillas - Bercero - Villalar de los Comuneros - Vega de Valdetronco - San Salvador de Hornija - Adalia - La Santa Espina - Castromonte - Tordehumos - Villabrágima - Medina de Rioseco

Delibes escribió:

"Y ¿eso? ¿Por qué considera usted que es el último? La respuesta es de pata de banco: porque la perdiz silvestre está cada día más recia y, por el contrario, el que suscribe, dentro ya del tobogán, va para abajo y ni sus reflejos, ni sus piernas, ni sus bofes, son los de ayer..." Leer más»

El Último Coto

El último coto (Destino, 1992) es el último libro de caza de Miguel Delibes. Realmente existió un último coto para Delibes: El Bibre, que comprendía entonces los términos municipales de Bercero, San Salvador de Hornija, Vega de Valdetronco, Marzales y Gallegos de Hornija, todos de Valladolid.

Cazó allí con Genuino Reglero en los años 40 y 50. Después, volverá al coto con el hijo de Genuino, Jesús Mª. En este libro va recoger sus cazatas en El Bibre entre 1986 y 1991. La cuadrilla habitual de cazadores la formaban el escritor, su hermano Manolo, sus hijos Germán, Adolfo y Juan y Jesús Mª Reglero. Ocasionalmente caza en otros pueblos de Valladolid y Burgos. Su preocupación por la situación de la patirroja va en aumento.

Los páramos y laderas que se nombran en este libro son los últimos que pisó el escritor en busca de animales de pelo y pluma.

Villafuerte de Esgueva Velosillo se convierte en Villafuerte cuando su señor Garci Franco erige el Castillo.

Todo señor necesita una fortaleza en esos tiempos revueltos - Garci Franco participa en las intrigas del Marqués de Villena para derrocar a Enrique IV -.
El señor de Velosillo abusa de la magra economía de sus campesinos para levantar el castillo.
Con la torre aún en obras hace cambiar el nombre del lugar por uno más imponente, Villafuerte. Leer más»

Villafuerte de Esgueva

El castillo es escenario de actividades culturales. Su silueta recortada en el otero pudo servir a Delibes como referencia cuando caminaba por las laderas de Villafuerte esperando ver cruzar un bando de perdices o un ave solitaria.

CITA: VILLAFUERTE

"Recuerdo un bando de diez (perdices), un día de crudo invierno, en Villafuerte de Esgueva, blancas de escarcha, inmóviles, apelotonadas, que nos llevó a cruzar apuestas sobre si eran perdices o piedras."

Renedo de Esgueva El “lugar de las ranas” se extendía en aguazales y lagunajos que el Esgueva se encargaba de rellenar con sus crecidas. El valle fértil acogió pobladores desde la Edad del Hierro. La historia siempre se ha detenido en Renedo para disfrutar de sus campos y su río: villas romanas, caserío visigodo y medieval, probable punta de lanza andalusí, nueva colonia fronteriza cristiana... Y siempre con las labores del vino y la molienda de la harina dando quehacer a sus pobladores. Leer más»

Renedo de Esgueva

En tiempos más cercanos, los Power dirigieron fábricas de harina y yute y levantaron una impresionante mansión con un exuberante jardín. Los restos de aquella riqueza albergan hoy el Valle de los 6 Sentidos y la orilla del Esgueva se allana en la Senda Verde. Imaginación y vida natural para recrearse en Renedo.

CITA: RENEDO DE ESGUEVA

"Ayer, cuando mi hermano Manolo y yo subíamos en automóvil el repecho de Renedo de Esgueva, una perdiz volada en la ladera se lanzó como un proyectil sobre el parabrisas del coche (...)"

A Boecillo se viene, hoy, por su modernidad, con el complejo empresarial donde la tierra se confunde con el mundo virtual y el espacio. Se viene a sentir el cosquilleo del juego en el Casino, edificio nobiliario donde la arquitectura se adorna con jardines multicolores. Leer más»

Boecillo

A Boecillo se acercan quienes disfrutan a lomos de la motocicleta, serpenteando desde la capital entre carreteras flanqueadas por pinares. Y, si gustan del pedaleo, como el maestro, aún Boecillo les reta con unos repechos dignos de poner a prueba al ciclista.

CITA: BOECILLO

"Con la perdiz, este lance de la carambola (derribar dos piezas de un disparo) es relativamente frecuente. En ocasiones caen tres como me ocurrió a mí en un pinar de Boecillo hace la friolera de cuarenta años."

En Mojados se decidió el futuro de un imperio, al encontrarse los hermanos Habsburgo y aclarar la autoridad del Rey Carlos. Aquí se citaron los infantes Leonor, Fernando y Carlos y comieron en hermandad. Era noviembre y quizá no escucharon el crotoreo de las cigüeñas sobre San Juan y Santa María ni el bullicio de los aviones comunes saliendo y entrando de sus nidos bajo los aleros de ladrillo mozárabe. Leer más»

Mojados

Hoy, Mojados invita a disfrutar de estos sonidos, a caminar de una iglesia a otra entre calles que abrazan, a detenerse para alimentar el cuerpo – bien supieron los infantes dónde había buen vino y buenas carnes- y a seguir el paseo hacia el Puente Viejo, bajo el que explota bulliciosa y multicolor la ribera del Cega, que se nos ofrece, junto a la ermita, en una senda llena de vida natural.

CITA: MOJADOS

"¿Qué les pasa a las cigüeñas de Castilla? Ocurre con ellas un doble y curioso fenómeno: cada vez vienen menos pero cada año madrugan más. Ya no aguardan a San Blas como hacían antaño: ¿Por San Blas la cigüeña verás¿. A mediados de diciembre he visto dos pares (de cigüeñas) en los campanarios del pueblo vallisoletano de Mojados, en la carretera de Madrid. La primera pareja en la iglesia de Santa María y la segunda en la torre de San Juan."

San Miguel del Pino De los tres arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, representados en la Iglesia - transición entre románico y gótico - San Miguel, señor del lugar, ha salido a contemplar el Duero. Pasa el agua crecida y ancha, con el color de tierras y limos que han hecho medrar panes y vinos muchos kilómetros cauce arriba. Leer más»

San Miguel del Pino

Poco antes, junto a Aniago, ha recibido a sus hermanas del Pisuerga y ahora esconde lucios, luciopercas, alburnos, percasoles y cangrejos. El arcángel también aparece en el centro del caserío, en una escultura en chapa, que recuerda su condición de soldado ángel. Quizá alguna madrugada cambie su espada por una caña de pescador y porfíe por algún puesto de pesca – hay casi un centenar- de los construidos en la orilla, que hacen de San Miguel lugar inmejorable para jornadas de pesca solitaria o de afición reñida en concursos que se celebran a lo largo del año.

San Miguel del Pino, cercano a la capital, es lugar de vida remansada, que recibe con agrado a pescadores, paseantes y familias deseosas de disfrutar una tarde a la vera del Duero; por supuesto, bajo uno de los pinos que justifican el nombre completo del lugar.

CITA: SAN MIGUEL DEL PINO

"Anteayer, un cazador a rabo de San Miguel del Pino me hablaba de ramos suculentos de perdices logrados en los maizales y remolachares de su pueblo."

Tordesillas El Otero de las Peñas Sillares se asoma al río y el río lo vigila bajo el puente. Tordesillas es paso de viajeros, que cruzan el puente a lo largo de los siglos. También es albergue de reyes, infantes y conjuras: Tordesillas está en el centro de las intrigas de la Castilla adolescente. Cuaja como urbe mientras los Reyes Católicos se reparten el mundo con Portugal. Aquí se marca una línea en la Mar Océana y el Nuevo Mundo... Leer más»

Tordesillas

... Las Casas del Tratado son testigo del reparto de las Américas y, a pocos metros, los muros del Real Monasterio de Santa Clara, guardan el tesoro de los baños árabes. El desaparecido Palacio Real, acogió durante más de cuatro décadas a la última Trastamara, la Reina Juana, loca de amor.

Tordesillas… recoleta Plaza Mayor, titubeantes callejas de piedra, museos e iglesias, el Museo que muestra el mapa que dividió el mundo y el Monasterio que acogió y encerró reyes y reinas. Y el río, el rumor del Duero infatigable bajo el otero de Tordesillas.

CITA: TORDESILLAS

"(¿) anteayer se desató aquí , en Sedano, una tormenta aparatosa. Pero esto ha sido un juego de niños al lado de la que se desencadenó en el término de Tordesillas, a doscientos kilómetros de aquí y a diez de nuestro coto."

Bercero es una sombra serena de su pasado. Tuvo más de mil almas hasta hace cuatro décadas: trabajaban la tierra, levantaban la liebre y la perdiz del campo, sacaban los santos en procesión y echaban al aire “las habas de Bercero”, su canto local más famoso. De aquí salían cestas, cestillos, paneras, sillas y bandejas: “artesanía de Bercero” se dice aun cuando se nota el mimbre bien trenzado y la obra hecha con buenas manos. Leer más»

Bercero

En Bercero hoy se disfrutan los frescos de su iglesia – pintados allá en el XVI - y la quietud de la Plaza del Arrabal donde los poyos de piedra de la Ermita del Humilladero invitan, como antaño, a sentarse “en la solana” y dejar pasar la tarde, charlando o rematando la labor de hilo. Como antaño.

CITA: BERCERO - EL CAMPO EN PRIMAVERA (27-04-90)

"Durante esta caótica primavera, cálida en febrero y heladora en abril, he visitado nuestros cazaderos habituales un par de veces. En ambos casos apenas he visto perdices en El Bibre, para ser exacto tres pares el primer día en el camino de Bercero y cuatro el segundo en las siembras de los bajos, en las proximidades de Villalar de los Comuneros. En los páramos desamueblados, con un cereal raquítico y sin humedad, no se ve una."

A Villalar de los Comuneros se acude a respirar historia viva. En la Plaza Mayor, el hacha cerró los ojos de los capitanes del bando comunero. El monolito actual ocupa el sitio que dejó el rollo original, cuando fue resguardado dentro del Ayuntamiento. Su fachada intercambia conversaciones sobre estos episodios con las piedras de San Juan Bautista y la espigada Torre del Reloj, la más vieja del lugar. Leer más»

Villalar de los Comuneros

Camino de San Salvador, fuera ya del caserío, un nuevo monolito recuerda el escenario de la batalla. Es una extraña pared de cemento y hormigón, con pináculos de metal. Alrededor, el páramo, que pide una caminata sobre tierra empapada por sangre e historia.

CITA: VILLALAR DE LOS COMUNEROS

"Genuino Reglero (¿) rumiaba en su vejez lejanos recuerdos y junto a las arrugas de reír le iban naciendo poquito a poco las remisas arrugas del escepticismo, en tanto el que suscribe, veinte años más joven iba apalabrando con su hijo Jesús María la incorporación al nuevo coto de El Bibre, dos leguas al sur de La Santa Espina, rayando con Tordesillas y Villalar de los Comuneros."

Vega de Valdetronco tiene un gran anuncio: su vieja ermita, con el esqueleto de los arcos y la espadaña desafiante. Camino del Norte hoy se pasa junto a Vega de Valdetronco, pero antes se iba a Vega en busca del Blanco España, aquel yeso que casaba azulejos o blanqueaba fachadas en el sur. Allí, en “la Mambla” siguen las canteras silenciosas. Leer más»

Vega de Valdetronco

La iglesia de San Miguel es barroca, de fachada y muros imponentes, que el tiempo ha resquebrajado y hurtado imágenes de sus hornijas. Palomas y vencejos son su coro. En su lado sur apoya varias casas de adobe y ladrillo. El pueblo sube la colina yerma en invierno, esplendorosa de flores silvestres a partir de primavera. Arriba, esperan el camposanto y la ermita, deteniendo el tiempo. Abajo, el río Hornija y la Vega, avivándolo.

CITA: VEGA DE VALDETRONCO

"Él y su cuadrilla se juntan con otras cuadrillas (la de los médicos, la de los asturianos, la de los vascos) en la cantina de La Zapatera, en Vega de Valdetronco y allí, de mejor o peor humor, se ponen de palique en espera de que el día abra."

San Salvador de Hornija guarda las esencias de Castilla en sus pocas calles y casas. Y la iglesia, lo más alto, ha de cederle honores a la modesta ermita, junto al camino, llamando al pueblo vecino, con quien comparte romería. Leer más»

San Salvador de Hornija

San Salvador se acuesta, hecho en adobe, junto al Hornija y sus sendas se pierden en las riberas de chopos y sauces, donde el mirlo y el herrerillo llenan las tardes de música mientras las mañanas relampaguean con el destello del martín pescador, aguas arriba y abajo.

CITA: SAN SALVADOR DE HORNIJA

"La cacería de ayer se redujo a un paseo de hora y media por la ladera bajo el pegajoso algodón de la niebla, entre pimpollos rezumantes, bajo una temperatura congeladora. (¿) En condiciones tan adversas el paseo por las pinadas de Valmoro (dentro del término de San Salvador) fue saludable pero inútil."

Adalia El pueblo con nombre más musical (“de noble estirpe” dicen que significa) fue famoso por aguas que blanqueaban como ninguna lienzos y telas. Debió tener murallas que hoy, si queda algún resto, se levantan a duras penas, como buena parte del caserío de viejos tapial y adobe: si el viajero quiere plasmar el paso del tiempo, dibuje o retrate los muros y fachadas de Adalia.

El campo de Adalia invita a llegarse a la ermita o al palomar de adobe, hito en mitad de la tierra cultivada. Leer más»

CITA: ADALIA - CAZADERO NUEVO

"Nada tan desconcertante para un cazador como aterrizar en un cazadero nuevo donde desconoce no solo los límites del coto sino las querencias de los bandos, y los posibles mataderos. Exactamente esto es lo que nos ocurrió ayer en el término de Adalia. Desde lo alto de una loma no divisábamos más que rastrojos quemados, pajonales desbaratados y los primeros barbechos de esta otoñada. Franqueándolos, nuevas colinas, aradas también, pero en  ninguna parte un perdido o una ladera agreste donde empujar a la perdiz e invitarla a aguardar."

El pueblo de La Santa Espina es muy joven, con apenas 60 años como tal. Pero aguas arriba se levanta el imponente monasterio cisterciense, una obra ordenada por Sancha Raimúndez, infanta y reina, hermana de Alfonso VII. Doña Sancha quería un monasterio donde albergar una de las espinas de la corona de Jesucristo, reliquia llegada de Francia. Leer más»

La Santa Espina

El monasterio incluye un recinto de hospedería, con dos claustros magníficos y un entorno dedicado a la enseñanza agrícola, que incluye dos sendas naturales. Al caminar por ellas se goza del rumor plácido del Bajoz, a su paso por estas laderas. Y, si el tiempo apremia, al menos se podrá gozar de un paseo por los jardines intramuros, donde quizá el amanecer o el ocaso desdibujen la silueta de un alma del Císter, antiguo custodio de la sagrada reliquia.

CITA: LA SANTA ESPINA

"Ahora me vienen a la cabeza, pongo por caso, mis primeras cazatas en el encinar de la Santa Espina, cuando el hermano Eugenio, con la sotana arremangada y sin el babero, tiraba a los conejos a sobaquillo, sin aculatar siquiera la escopeta, mientras Genuino Reglero y yo, después de acorralar a las perdiganas contra las tapias ruinosas del Monasterio, colgábamos cada uno media docena como quien no quiere la cosa. ¡Qué tiempos, Señor!"

Castromonte Al castro romano original no le acompaña ningún monte cercano sino el recuerdo del noble Olmundo, leonés que recaló en estos lares y erigió su casa sobre las viejas piedras romanas. Piedra sigue siendo el material de las hermosas fachadas que rodean la Plaza, el corazón del pequeño caserío. Allí se asoman, en procesión, todas las imágenes religiosas del pueblo, en la Rogativa a la “Virgen de la Panadera”. Leer más»

Castromonte

El resto del año, la vida pasa tranquila, acompañada del bullir de vencejos y gorriones en las calles y de bisbitas, carriceros y cogujadas en los campos que abrazan Castromonte.

CITA: CASTROMONTE

"Pero nuestras cacerías de entonces apenas tenían otro objetivo que el de abrir boca para la merienda, bien en Castromonte, en casa de Genuino ¿morcillas, jamón y chorizo de olla-."

Tordehumos El Otero de los Humos es el mejor mirador desde el que maravillarse con la Tierra de Campos. Tordehumos fue habitado por vacceos, romanos, leoneses y castellanos. Todos buscaban la ventaja de la atalaya natural, del mirador desde el que vigilar el horizonte. León y Castilla porfiaron por Tordehumos hasta la firma de su Tratado, con dos reyes Alfonso. Y la Torre desde la que se enviaban señales de humo creció como castillo. Leer más»

Tordehumos

Del castillo hoy quedan sólo las ruinas -¡qué paisaje el que regalan!- y en el pueblo, el adobe rivaliza con los sillares de fachadas con orgullosos escudos nobiliarios. La vista se pierde camino del río Sequillo, camino del llano desde el que se apreciaba el humo mensajero de su Torre.

CITA: TORDEHUMOS

"Aculado en el abrevadero encontramos al señor Miguel, el bichero de Tordehumos, quien, auxiliado por sus dos perritas, se brindó a darnos él solo (uno contra tres) unos ganchitos, experiencia curiosa que nunca había vivido. Pero el señor Miguel conoce al conejo; le apuntó el bigote cazándolos, y sabe que hay que batirlos en corto, ya que, de otro modo, se embocan, se amonan o se escurren en diagonal."

A Villabrágima se entra a través del tiempo. Literalmente: llegar a la plaza supone atravesar bajo un delicioso arco almenado, sobre el que se apoya un reloj de clara esfera. A partir de ese instante, podemos esperar cruzarnos con personajes de cualquier siglo pasado: labriegos, doncellas, donceles o comadres tras los visillos de una casa de soportales, al abrigo de la plaza. Leer más»

Villabrágima

¿Y por qué no algún servidor romano de aquella “Villa Máxima” o cualquiera de los seguidores comuneros que aquí acamparon antes de su derrota? Sólo hay que alzar la vista al reloj del Arco para jugar con el tiempo...

CITA: VILLABRÁGIMA - LA DESPEDIDA

"Nos despedimos del año ¿y de la temporada y, tal vez, de la caza- en el monte Curto. Fue una feliz decisión porque el encinar de Villabrágima, después de las jornadas tristísimas de El Bibre, nos pareció casi, casi el paraíso. Al menos era un arcabuco vivo. Todo el monte pregonaba la existencia de animales: huras sobadas, camas, juguetes, cagarruteros, hierbas despuntadas, revolcaderos¿ y, de pronto, el conejo mismo brincando y corriendo desalado hacia el bardo."

Medina de Rioseco es ciudad por ser medina mozárabe y porque Felipe IV le otorga este título en 1632. Antes había acogido pobladores desde la Edad del Hierro y fue lugar deseado a lo largo de los vaivenes fronterizos entre musulmanes, leoneses y castellanos.

Desde muy joven recibe privilegios para desarrollar mercados y gran actividad comercial y tiene su propio Siglo de Oro cuando la ciudad se convierte en el mercado mundial de la plata española que llega de las colonias de ultramar... Leer más»

Medina de Rioseco

De entonces son los soberbios palacios, fachadas e iglesias que invitan a recorrer sus calles porticadas, recordando que ésta es la Ciudad de los Almirantes, y aunque el río se llame Sequillo, vivió en él un legendario cocodrilo africano y aquí desemboca el Canal de Castilla, donde hoy se disfrutan agradables paseos en barco. Pueden presumir los viejos Almirantes de un Rioseco cargado de agua e historia.

CITA: MEDINA DE RIOSECO

"El remate de la fiesta fue gastronómico. Una merienda en El Cocherón de Reglero, en Rioseco: jamón , pimientos, longaniza y tortillas para abrir boca, y setas con patatas y conejo al ajo para cerrarla. Todo ello regado con clarete de la tierra y unos pasteles de Marina para desengrasar."

Las Rutas de Miguel Delibes

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