Un Paseo por los Montes Torozos - Valladolid
Cabezón - Valoria - Cigales - Mucientes - Fuensaldaña - Villalba - Montealegre - La Santa Espina - Villagarcía - Urueña - San Cebrián - Tiedra - Mota - Villalar - Torrelobatón - Wamba
Esta comarca natural de la provincia de Valladolid ocupa una extensa porción de territorio al norte y noroeste de la capital. Se caracteriza por sus extensas parameras, salpicadas de pequeños valles y alcores en las que aún quedan densas manchas boscosas, vestigios del frondoso arbolado que hubo en ellas hasta hace un siglo.
Es un territorio histórico en el que se fundaron importantes monasterios, vivió memorables batallas y acoge hoy una larga lista de poblaciones llenas de interés.
Cabezón de Pisuerga está situado 10 kilómetros al norte de la capital vallisoletana. Es una de las poblaciones más antiguas de la provincia, con un asentamiento humano que se vio favorecido por su situación junto al Pisuerga y las amplias vistas que se ofrecen desde el monte a cuyos pies se extiende.
Hoy esas laderas aparecen agujereadas por numerosas bodegas, algunas de ellas acondicionadas como típicos y concurridos mesones donde degustar excelentes platos de su gastronomía.
El patrimonio monumental de la localidad lo forman el Puente medieval y la Iglesia de la Asunción, del siglo XVI y reformada en el XVII. La celebración del Belén Viviente en la localidad, durante los días de Navidad, está declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.
Muy cerca, entre la población y la autovía, se sitúa el Monasterio de Santa María de Palazuelos. Fundado en 1213, llegó a ser cabeza de la orden del Císter en Castilla. Llamativos, por su singular espectacularidad, son los Precipicios arcillosos que se contemplan desde aquí, especialmente bellos cuando los últimos rayos del sol acentúan su natural color anaranjado.
El edificio religioso más importante de Valoria la Buena es la Iglesia de San Pedro, con una enorne cúpula. Junto al Ayuntamiento queda el Palacio de los vizcondes de Valoria, del siglo XVII, uno de los mejores de toda la provincia.
En el Museo del Cántaro el viajero se adentra en las técnicas, la historia o los aspectos románticos de la alfarería tradicional.
En la otra orilla del río, y de nuevo en dirección a Valladolid, está Cigales, cabeza de la conocida Denominación de Origen Vino de Cigales. La Fiesta de la Vendimia, que tiene lugar en Cigales entre septiembre y octubre, está declarada de Interés Turístico Regional.
Menos conocido es que Cigales fue cuna de nacimiento, en 1549, de doña Ana de Austria, cuarta esposa de Felipe II. Su Templo de Santiago es un monumental edificio renacentista del siglo XVI, con dos poderosas torres de cuatro cuerpos y notables retablos en el interior.
La Iglesia parroquial de San Pedro, en Mucientes, es un edificio gótico, del siglo XVI. Su pieza más valiosa es una cruz procesional, gótica y de plata, del siglo XVI. La Ermita de La Vega data del siglo XVII. La Bodega-Aula de Interpretación ubicada en la localidad tiene como objetivo difundir la tradición del vino.
Por la VA-900 se alcanza Fuensaldaña. Su imponente Castillo perteneció a la poderosa familia de los Vivero. Es la sede oficial de las Cortes de Castilla y León, aunque está previsto un próximo traslado de la institución a otro lugar. Otros edificios interesantes en la localidad son la Iglesia de San Cipriano y el Convento de La Concepción.
La primera es una obra gótica, del siglo XIII con reformas en el XVII. Son varios los mesones instalados en antiguas bodegas subterráneas, famosos por servir estupendos platos tradicionales.
A través de la campiña que caracteriza el paisaje de los Torozos se alcanza Villalba de los Alcores, conjunto histórico artístico. Tiene también un Castillo, en este caso embutido dentro del casco urbano que ha ido desarrollándose a su alrededor.
La localidad fue encomienda de la orden de San Juan, cuyos caballeros levantaron el castillo sobre una antigua fortaleza. También dentro del casco urbano se alza la Iglesia de Santa María del Templo, del siglo XII y estilo románico-cisterciense, y la Iglesia de Santiago, de estilo gótico. El Museo de la Carpintería reúne numerosos utensilios relacionados con este oficio.
Un desvío conduce desde esta localidad hasta el Monasterio de Santa María de Matallana, del siglo XII. Una importante rehabilitación lo ha convertido en un Centro de Interpretación de la Naturaleza con numerosos alicientes para su visita.
Además de las salas de exposiciones temporales y permanentes, cuenta con un jardín botánico relacionado con la tradición monacal, un palomar cuyo interior es visitable y el Parque Temático del Ovino, un recinto con más de 20 razas de ganado ovino de todo el mundo.
Montealegre de Campos, conjunto histórico artístico, al borde del páramo, ofrece unas panorámicas excepcionales sobre la Tierra de Campos. Ésta es una de las razones por las que se levantó, entre los siglos XIII y XV, su formidable fortaleza.
En el interior de la localidad, con buenas muestras de arquitectura tradicional, se alzan las Iglesias de Santa María y de San Pedro. En las afueras quedan la Ermita de Nuestra Señora de Serosa y la del Humilladero, en cuyo interior se ha instalado el Museo del Pastor.
El Yacimiento arqueológico del despoblado de Fuenteungrillo se ubica junto al cruce la VA-910 con la carretera que une Villalba de los Alcores y Valdenebro de los Valles. En él, un aula de interpretación ayuda a comprender mejor la importancia que tuvo esta localidad medieval.
La Santa Espina A través de La Mudarra y Castromonte se viaja hasta el Monasterio de la Santa Espina. Esta fundación cisterciense debe el nombre a la reliquia que guarda: una espina de la corona de Cristo.
Son visitables la iglesia, sus dos claustros y la Sala Capitular, el resto más importante del primitivo monasterio. Hay también un museo etnográfico dedicado a los aperos agrícolas. La fachada de la iglesia fue realizada por Ventura Rodríguez en el siglo XVIII.
En Villagarcía de Campos aún quedan en pie los muros del Palacio de los Quijada. Servidores fieles del emperador Carlos I, acogieron el encargo de educar aquí en secreto a su hijo ilegítimo, don Juan de Austria, con los años vencedor de la famosa batalla de Lepanto.
El gran edificio de Villagarcía es la Colegiata de San Luis. Los trazos de su iglesia son de Rodrigo Gil de Hontañón, mientras que el diseño del altar Mayor corresponde a Juan de Herrera. Alberga un más que interesante museo.
Urueña se encuentra también al borde mismo del páramo, con unas buenas vistas sobre la llanura circundante. Luce el Recinto amurallado que mejor se conserva en toda la provincia y uno de sus cascos urbanos más genuinos.
Urueña se ofrece al visitante como la primera Villa del Libro de España, con el Centro e-Lea, en el que puede visitarse la Exposición Temática Permanente 'Entre Líneas. Una historia del libro' y once librerías donde encontrar libros viejos, raros, descatalogados o de temática general.
En la Casona de La Mayorazga se ubica el Centro Etnográfico Joaquín Díaz, con interesantes colecciones de instrumentos musicales tradicionales y grabados. Anejo a él se sitúa el Museo de las Campanas, único en su género. Otros espacios expositivos son el Museo de la Música, del compositor Luis Delgado, y el aula Mercedes Rueda.
Además de acercarse hasta la puerta de la Villa, con amplias vistas, hay que llegarse hasta la Ermita de La Anunciada, a extramuros, único templo de estilo románico lombardo de Castilla y León. Villa y ermita tienen categoría de conjunto histórico artístico.
En San Cebrián de Mazote se levanta la Iglesia mozárabe de San Cipriano, resto de un monasterio construido en el siglo X por una comunidad llegada del sur.
Tiedra, con un singular Castillo edificado en el siglo XIII. Tiene tres iglesias: El Salvador, San Miguel y San Pedro, todas del siglo XVI.
Sobre el caserío de Mota del Marqués destaca el perfil arruinado de la torre del Homenaje del Castillo de los Ulloa. Mucha más entereza presenta la Iglesia de San Martín, obra de Rodrigo Gil de Ontañón, con una destacada portada plateresca.
Notoria es también la estampa del Palacio de los marqueses de Ulloa, renacentista y del siglo XVI. La Ermita de Nuestra Señora de Castellanos, en las afueras, conserva un bello artesonado. La otra ermita de la villa, del Cristo del Humilladero, es barroca y del siglo XVII.
Villalar de los Comuneros ha pasado a la historia por ser el lugar en el que el levantamiento comunero de 1521 fue derrotado por las tropas del emperador Carlos I. Un monolito recuerda a los capitanes de la que se considera la primera gran revolución social europea. En sus campas se celebra el día de Castilla y León cada 23 de abril, fecha de aquella batalla.
El Castillo de Torrelobatón fue el último en el que se atrincheraron los comuneros antes de que su ejército fuera derrotado en Villalar. Es uno de los que mejor se conservan de la provincia y en él se ha instalado el Centro de Centro de Interpretación del Movimiento Comunero.
Interés tienen también la Iglesia de Santa María y el edificio del Ayuntamiento, junto al que se levanta el Arco de la Villa que en su día formó parte de la muralla.
Cerca de la capital, se encuentra la localidad de Wamba. Este topónimo, único en España que empieza por esa letra, recuerda la coronación aquí, en el año 672, del rey visigodo del mismo nombre.
Mucho interés tiene su Iglesia de Santa María. Formó parte de un monasterio de gran importancia en el pasado, muy relacionado con la realeza leonesa, y, desde 1140, propiedad de la influyente Orden de los Caballeros de San Juan de Jerusalén. Su osario, el más nutrido de la Península, constituye un remate sorprendente para este viaje.