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Qué ver en Ciudad Rodrigo - Salamanca

Comarca: Ciudad Rodrigo

Ciudad Rodrigo

Esta interesante ruta por la localidad de Ciudad Rodrigo nos descubre los principales monumentos y lugares de interés que encierra esta preciosa ciudad de la provincia de Salamanca.

Ciudad Rodrigo se destaca como uno de los principales Conjuntos Histórico Artísticos del oeste castellano. La ciudad guarda innumerables y destacados inmuebles declarados Bien de Interés Cultural.

Entre todos ellos destacan de modo especial la Catedral de Santa María y las murallas. La primera, es sin duda del monumento más relevante de la localidad. El rey Fernando II de León promovió su construcción a finales del siglo XII, si bien los trabajos se alargaron durante seis siglos, lo que dio lugar a numerosas modificaciones e influencias. El Museo Catedralicio atesora una parte importante del patrimonio de la ciudad.

En cuanto a su Recinto Fortificado, cabe señalar que la importancia estratégica de la plaza de Ciudad Rodrigo justifica la existencia de un sistema defensivo tan cuidado. Dicho recinto data de época medieval, de tiempos de la repoblación. Sin embargo, ese primitivo recinto medieval fue completado en tiempos modernos con el sistema de baluartes, revellines y fosos que son los que le confieren ese perfil estrellado a la fortificación. Leer más»

RECINTO FORTIFICADO - CIUDAD RODRIGO

La primitiva cerca de la ciudad, se llevó a cabo en la segunda mitad del siglo XII, con la repoblación definitiva de Ciudad Rodrigo por el rey Fernando II de León. Según la historiografía local no hay que descartar la existencia de muros anteriores, de los que pudieran incluso existir restos de la época romana. Pero es indudablemente el rey leonés quien ordena fortificar la ciudad, levantando a su alrededor muros almenados de cal y canto hasta una altura de diez varas, unos ocho metros y medio; su anchura original era de unos dos metros, como se puede ver aún en alguna parte del lienzo que mira al río. Se levantaron también, sobre sus muros, cinco torres, repartidas a lo largo de sus dos kilómetros de perímetro. El nombre del artífice que ha llegado a nosotros es el del alarife gallego, Juan de Cabrera. Para completar el proyecto de fortificación, se comenzó a construir la Catedral finalizando en el siglo XII, como si de una fortaleza se tratara, contando incluso con su propia torre de defensa y en el siglo XIV se añadió el Alcázar.

Fuera de la ciudad, se extendía el arrabal conocido como Villa, rodeado por una cerca de argamasa y guijarro, de cuatro tapias de altura, de la que a comienzos del siglo XVII sólo quedaban algunos vestigios. En 1641, durante la guerra con Portugal que duraría veintiocho años, se expuso la necesidad de proteger la Villa, por el peligro que corría por parte de los portugueses. Una vez reconstruida, abarcaba la cerca desde la catedral hasta más allá de la puerta del Sol, llegando en extensión hasta el convento de Santa Clara. Esta cerca desapareció definitivamente en las obras de fortificación a comienzos del siglo XVIII.

Hasta entonces, los muros de la ciudad habían permanecido con su trazado original, sufriendo únicamente los reparos y refuerzos llevados a cabo para paliar los destrozos de las guerras o del paso del tiempo. Fue en la Guerra de Sucesión, una vez tomada la plaza, cuando se vio la necesidad de fortificar Ciudad Rodrigo siguiendo los nuevos modelos de defensa militar, a que obligaba la moderna artillería. Para ello se rebajaron los muros; se sustituyeron las almenas y merlones por cañoneras; se amplió y pavimentó el adarve de la muralla, facilitando el acceso de los cañones y los movimientos de las tropas; se construyó todo el sistema de fosos, baluartes y revellines; se distribuyeron a lo largo de la muralla garitas de vigilancia y se afianzaron las bóvedas de las puertas del Conde, del Rey y del Sol.

Todas estas obras se llevaron a cabo entre 1707 y 1710. Desde entonces la imagen de la fortificación mirobrigense presenta ese aspecto estrellado propio de las fortificaciones modernas, según el sistema abaluartado del ingeniero francés Vauban. A partir de ahí, el mirobrigense Juan Martín Cermeño, ingeniero del Rey, elaboró una serie de proyectos que, aunque no se llevaron a cabo, han enriquecido con sus planos la cartografía mirobrigense y siguen siendo de enorme utilidad.

Para acceder a la ciudad se abrieron varias puertas en la primitiva cerca, sin que sepamos exactamente su número original, pues entre éstas y los postigos llegaron a ser nueve, de las que actualmente sólo quedan seis. Su tamaño y funcionamiento cambiaba según las necesidades y la situación de cada época, incluso a veces variaba el nombre con el que se las conocía. Repartidas a lo largo del muro, tres se hallaban orientadas a Poniente y dos en cada uno de los restantes puntos cardinales.

Ayuntamiento Data del siglo XVI y tenía planta de cajón delimitada en los extremos por dos torrecillas cilíndricas que englobaban un pórtico inferior y una galería superior de marcado espíritu renacentista. En la torrecilla norte se labraron tres escudos: el del emperador Carlos V; el de la ciudad, con las tres columnas, y el del corregidor que la gobernaba cuando se levantó el edificio. Con el paso del tiempo se hizo necesaria una ampliación del edificio que se llevó a cabo en los primeros años del siglo XX por Joaquín de Vargas y Aguirre, añadiendo un ala entera a imitación de la preexistente. En su interior alberga un valioso Archivo Municipal.

Castillo de Enrique II de Trastámara Lo construyó en 1372 Lope o Gonzalo Arias por mandato del rey Enrique II, en la parte menos accesible de la ciudad. Destaca la Torre del Homenaje de tres plantas con ventanas ojivales, rodeada por una muralla con torres de defensa, que en 1506 levantó a su costa Antonio del Águila, Alcaide de la fortaleza y su Alférez mayor. En 1928 albergó el museo regional y seguidamente fue Hotel de Turismo, promovidos ambos por don Manuel Sánchez Arjona y de Velasco, el Buen Alcalde. Desde 1931 es Parador Nacional de Turismo.

Palacio de los Ávila y Tiedra Construido a finales del siglo XV y comienzos del XVI, fue su promotor el licenciado Francisco Hernández de Ávila y Tiedra, alcalde de esta ciudad en 1499. Su estilo corresponde a la transición del gótico al plateresco. Resaltan en su fachada la portada de dintel adovelado y basas góticas, con alfiz y columnas torsas rematadas por leones; el gran escudo central sostenido por tenantes y las ventanas de adornos góticos. En el interior, un gran patio columnado. Se conoce también como Palacio de los Castro y Palacio del conde de Montarco por los diferentes propietarios que ha tenido el edificio.

Palacio de los Águila Se construyó a principios del siglo XVI y se amplió en el XVII. Su promotor fue el Capitán don Antonio del Águila, alférez mayor y alcaide de la fortaleza. Luego, su hijo don Antonio del Águila, obispo de Zamora, dejó un legado para finalizarla. De la primera época es la portada de grandes dovelas, de estilo renacentista con influencia gótica. El patio es plateresco y en sus columnas se ven los escudos de sus linajes. Fue vendido en 1999 a Caja Duero. Cedido por ésta al Ministerio de Cultura, se utiliza actualmente como sala de exposiciones y para diversas actividades culturales.

Monasterio de la Caridad Fue convento de la Orden Premostratense, fundado en 1171 en un solar llamado Prato Turris donde se encontraba una vieja iglesia, junto al río Águeda. Lo más antiguo que queda en pie en la actualidad es del siglo XVI. En el siglo XVIII Juan de Sagarvinaga realiza una importante reforma de estilo neoclásico. En la Guerra de la Independencia sirve de cuartel a las tropas napoleónicas. En 1835 es abandonado definitivamente por la desamortización de Mendizábal. Actualmente es propiedad de un grupo inversor.

Casa del Marqués de Cerralbo Se comenzó a construir en 1533, promovida por don Rodrigo Pacheco Osorio, I Marqués de Cerralbo. Destaca su friso plateresco que abraza la fachada, con adornos de medallones y grutescos. Está presidido por el escudo de los Pacheco Osorio, y en las esquinas de su fachada, bajo veneras, los de Toledo y Enríquez. También conocida como Casa de los Cueto. eñ 16 de junio de 2011, fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento por la Junta de Castilla y León.

Casa de la Marquesa de Cartago Su construcción comenzó a finales del siglo XIX, sobre los solares de casas pertenecientes al mayorazgo de Corbalán que habían recaído en el marqués de Espeja. Su promotora fue doña Concepción Narváez y del Águila, marquesa de Cartago. De estilo neogótico, destacan el dintel de la portada, con los escudos de Narváez y Águila; el balcón esquinado y la decoración de las ventanas en las que se toman como motivos ornamentales la flor de lis y el águila, símbolos del linaje. Murió esta señora sin finalizar la obra y los nuevos propietarios la reformaron y terminaron en 1953.

Casa de los Vázquez Fue edificada a comienzos del siglo XVI por Francisco Vázquez, llamado el Indiano, cuya sepultura podemos ver en la cercana parroquia de San Pedro. La portada, abierta en ángulo, es gótica con decoración vegetal y enmarcada por alfiz. Sobre ella el escudo de los Vázquez. Sucedieron en este mayorazgo los Águila y en el siglo XIX recayó por herencia en los Bernaldo de Quirós, que redecoraron su interior en 1923. En esta casa se hospedó el rey don Alfonso XIII en 1928. Es oficina de Correos desde 1944.

Capilla de Cerralbo El cardenal don Francisco Pacheco de Toledo, primer arzobispo de Burgos ordenó la construcción de este edificio postherreriano. La capilla fue trazada por Juan de Valencia. Dibuja planta de cruz latina, con capillas a los lados de la mayor. El crucero aparece dominado por una espectacular cúpula sobre pechinas. Los tres retablos de nogal fueron labrados hacia 1630 por Alonso de Balbás. Una de las capillas que flanquea la mayor la convirtió el XVII marqués de Cerralbo, don Enrique de Aguilera y Gamboa, en panteón familiar. El orante lo realizó Mariano Benlliure en 1925.

Iglesia de San Pedro y San Isidoro Al templo primitivo, levantado a fines del s. XII, corresponde el ábside y parte del muro norte con su puerta, donde lucen una fila de pequeños arcos de medio punto y un alero de modillones. Realizado en ladrillo, responde a la estética mudéjar. Fue reconstruida en el siglo XVI. La capilla mayor se levantó en 1546 con una espectacular bóveda estrellada. La puerta sur queda protegida por un sencillo pórtico de sillería realizado en 1783, quizás de Ventura Moiños. Preside la capilla mayor el Cristo del Silencio, talla barroca que procesiona en la Semana Santa.

Iglesia de San Agustín El primitivo convento de agustinos se hallaba en las afueras de la ciudad, hasta que los Chaves levantaron su convento y su iglesia en el siglo XVI. A la iglesia se accede por una sencilla puerta de medio punto rematada por una hornacina con la imagen barroca del titular. Dibuja planta de una sola nave que se cubre con unas interesantes bóvedas estrelladas. Con las desamortizaciones la iglesia se convirtió en pajar, siendo recuperado en 1881 por el obispo Martínez Izquierdo y entregado poco después por el prelado Mazarrasa a las Teresianas, que utilizan el inmueble como colegio.

Casa de los Miranda Se comenzó a construir en 1552. Su promotor fue el canónigo don Hernando de Miranda, que colocó los escudos de sus padres, el de Miranda, sobre la puerta, y a los lados los de Robles y Chaves, sus linajes maternos. De fachada sencilla, destacan el alfiz, rematado por flameros, y la portada adintelada con los escudos esculpidos. En su interior hay un patio de ocho columnas, rematadas por capiteles con escudos de linajes mirobrigenses. Durante la Guerra de la Independencia sufrió grandes daños en su parte posterior, que tuvo que ser reedificada a finales del siglo XIX. Está situada en la Plaza de San Salvador, uno de los más bonitos entornos de Ciudad Rodrigo.

Palacio del Conde de Alba de Yeltes Se levantó sobre otro más antiguo construido por los Nieto de Silva en la primera mitad del siglo XVI. Reconstruido a comienzos del XVIII, resalta la gran portada barroca de arco de medio punto entre dos columnas y un frontón triangular con los escudos de Nieto, Silva, Pacheco y Guzmán. A mediados del siglo XVIII fue utilizado como cuartel. En el XIX fue vendido al Ministerio de la Guerra, que lo utilizó para diversos usos, cuartel de Inválidos, depósito de suministros.

Para completar la visita a la ciudad existen otros muchos lugares de interés, recorreriendo sus intrincadas calles podremos ver Templos, Conventos, Palacios Señoriales, Puentes, Monumentos... Leer más»

OTROS LUGARES DE INTERÉS - CIUDAD RODRIGO

Convento de San Francisco Fundado en el siglo XIII, poco después del paso de San Francisco por Ciudad Rodrigo. Fue destruido casi por completo en la Guerra de la Independencia. Lo poco que queda de él es la Capilla del Obispo Don Antonio del Águila, del siglo XVI.

Iglesia de San Andrés Parece ser que su construcción original es del siglo XII, aunque ha sido reformada en varias ocasiones. Destaca la portada meridional de estilo románico.

Iglesia de la Tercera Orden Fue construida a finales del siglo XVIII en un lugar que antes había sido de templarios y después de la Orden de San Francisco. Estilo neoclásico.

Convento de las Claras Fundado en vida de Santa Clara en el siglo XIII. Lo que se conserva es del siglo XVI y, sobre todo, del siglo XVIII, obra de los arquitectos Juan de Sagarvinaga y Ventura Muiños.

Convento de las Franciscanas Descalzas Se construyó en 1739, bajo el mecenazgo del obispo fray Gregorio Téllez y la dirección de Manuel de Larra Churriguera, para las Franciscas Descalzas, cuya fundación se remonta a 1605. Destaca la barroca puerta que daba entrada a la iglesia con las armas reales y una representación del Sagrado Corazón de Jesús, en un óvalo rodeado de hojarasca, que es una de las primeras plasmaciones de ese símbolo. Es hoy residencia de mayores.

Casa de la Cadena Construida como verdadera casa fuerte a principios del XVI, en la caldágada medieval, ocupaba la mayor parte de la manzana, con corrales, caballeriza y jardín. Perteneció a los Pacheco Guiral, Lugones y Centeno. Su portada semicircular es de enormes dovelas y está cobijada bajo un alfiz con la cadena, minuciosamente labrada, que da nombre a la casa. Destacan las ventanas enmarcadas por adornos platerescos. Desde 1706 se utilizó como cuartel. En 1746 recayó en los Águila, marqueses de Espeja. Sufrió diversas reformas y hoy está dedicada a diversas actividades.

Torre de la Casa de los Chaves La casa de los Garcilópez de Chaves ocupaba casi toda la manzana. En 1496 se incorporó a ella una torre con sus troneras. Hoy, desmochada y reformada, es lo único que queda de la casa de aquel linaje que fue cabeza de bando frente al de los Pacheco. Los elementos más antiguos que podemos admirar son los escudos de los ángulos que cuelgan de sus correajes y la torrecilla de la escalera de caracol. Los vanos fueron abiertos posteriormente. Recayó esta propiedad en los Marqueses de Cardeñosa. Fue luego Casino Mirobrigense y hoy alberga el Centro Cultural El Porvenir.

Casa de Cultura Es un edificio de finales del siglo XVI con fachada sencilla. Su puerta es de arco adintelado y el balcón está rematado por un frontón triangular coronado por el escudo de los Cornejo, que también se ve en los ángulos de la fachada. Desde 1716 el Ayuntamiento lo usó para alojar a personalidades. En 1792 fue Casa de los cinco campos de la Tierra y acogía a los sexmeros que acudían a la ciudad para tratar los asuntos de sus respectivos sexmos. En 1881 aparece dedicada a Escuela de niños y luego Instituto de segunda enseñanza. Fue reformada para Casa Municipal de Cultura en 1984.

Casa de los Miranda-Ocampo Se construyó sobre el primitivo solar de los Miranda y fue su promotor el matrimonio Miranda-Ocampo en el XVI. Conocida en aquel tiempo como la casa del Ceño por su portada en ángulo, es de estilo renacentista, con alfiz de columnas rematadas por capiteles y los escudos de armas de ambos linajes. Sobre la portada puede leerse una leyenda latina que dice así: ¡oh muerte! tú eres el único descanso de los trabajos en la vida del mortal. En su reforma de 1948 se quitó el escudo sobre la puerta, que hoy se encuentra colocado en el zaguán.

Casa de los Gómez de Silva Construida ya en 1523, fue su promotor el canónigo Francisco Gómez de Silva. De estilo renacentista, su portada es de arco adintelado bajo alfiz. Llama la atención el conjunto escultórico, sobre la puerta, compuesto por un escudo central que sostienen dos figuras semihumanas con rostros de hombre y mujer y extremidades vegetales. En el siglo XX se utilizó como panera y fue reformada con fines comerciales y vivienda particular, abriendo vanos y balcones y añadiéndole el piso superior.

Palacio Episcopal Construido a finales del siglo XV, en el primitivo edificio se llevaron a cabo diferentes obras en el XVI, del que se conserva, en su interior, un dintel con decoraciones platerescas. Ese inmueble fue reparado durante el obispado de don Clemente Comenge (1738-1747) y se le añadió hacia 1770, ideado por Sagarbinaga, el gran lienzo meridional de sillería, donde hoy se ubican oficinas en la parte baja y la residencia del obispo en la alta. En 1790 se hizo la fachada principal, toda de sillería con el escudo del obispo promotor de la obra, fray Benito Uría y Valdés.

Casa de los Velasco Está situada en la Plaza de Amayuelas, plaza que da acceso a la catedral por su puerta norte. La Casa de los Velasco fue construida a principios del siglo XX, y es una de las casas que ayudan a mantener el entorno y el ambiente medieval de la ciudad a pesar de su modernidad. Junto a ella está la oficina de turismo de la Junta de Castilla y León.

Hospital de la Pasión La cofradía de la Pasión fue fundada en 1479 y en 1492 los Reyes Católicos le donaron la antigua sinagoga de los judíos, que ocupaba el solar donde se levanta actualmente el hospital. De las obras llevadas a cabo en el siglo XVI, ya muy alteradas, destaca la iglesia, único ejemplo de planta columnaria en la ciudad. En su interior atesora una talla de un Crucificado esculpido por Lucas Mitata en 1563. La pieza más llamativa de esta institución es la Virgen del Buen Suceso, realizada en marfil a finales del siglo XVI. De la reforma del siglo XVIII por Juan de Sagarbinaga se conservan la portada y la fachada principal.

Audiencia y Cárcel En el extremo occidental del lado norte de la Plaza Mayor se yergue este edificio, con fachada de piedra de sillería, organizado en tres plantas y rematado en un pretil pétreo coronado con decorativos jarrones, que deriva de la intervención hecha en 1791, posiblemente a cargo de Ventura Moiños. En este edificio, propiedad municipal durante más de dos siglos, estuvieron instalados, la audiencia, la cárcel real, el peso de la harina, el cuerpo de guardia principal, el archivo municipal y ocasionalmente el ayuntamiento durante las obras de ampliación. En 1903 se subastó públicamente y pasó a propiedad particular.

Acueducto de San Giraldo Construido en el siglo XVI, el acueducto traía el agua a la ciudad. A través de varios ramales llegaba el agua a los conventos de Santa Clara, Santo Domingo y San Francisco. Alguna torreta, resto de este acueducto, puede verse aún en la ciudad.

Puente Mayor Aunque su origen pudo ser romano, nada queda hoy de esa época. El actual Puente Mayor, denominado en la documentación dieciochesca como Puente Principal o Puente Grande, es fruto de dos fases constructivas. Así, los cuatro arcos más cercanos al arrabal son de época medieval, y la parte más cercana a la ciudad que, al mediar el siglo XVI, era de madera, fue proyectada en 1769 por Juan de Sagarbinaga, quien se encargó, junto a Simón del Cotero Crespo, de su materialización.

Cuartel de Artillería También llamado Cuartel de la Bomba, fue construido en el siglo XVIII para guardar cañones y otras armas de guerra. Durante la Guerra de la Independencia sirvió como albergue para las tropas. Destaca el escudo de los Borbones en su fachada.

Hospicio Edificio neoclásico construido en 1783 según un proyecto de Juan de Sagarvinaga. Además de hospicio, ha tenido diversos usos a lo largo del tiempo, incluido el militar.

Verraco prerromano Verraco de origen vetón que en la actualidad se encuentra frente al Castillo de Enrique II de Trastamara, en el lugar donde posiblemente se asentó la primera población que con el tiempo daría origen a Ciudad Rodrigo.

Tres Columnas Enigmáticas columnas de posible origen romano que fueron encontradas en el siglo XVI. Durante varios siglos estuvieron colocadas en la Plaza Mayor.

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