Justas del Passo Honroso

Recreación Histórica en Hospital de Órbigo

Hospital de Órbigo

En la localidad leonesa de Hospital de Órbigo, miles de personas reviven cada año la leyenda del Passo Honroso, una recreación histórica que nos traslada al Medievo para celebrar las Justas en las que se honra la figura del excelente caballero leonés Suero de Quiñones.

Corría el año jacobeo de 1434 cuando don Suero de Quiñones quiso deshacer una promesa que hizo en señal de esclavitud hacia su amada Leonor de Tovar y que consistía en ayunar los jueves y llevar una argolla de hierro en el cuello. Para librarse de tal compromiso pidió audiencia al rey Juan II de Castilla para solicitar su permiso y llevar a cabo un torneo muy especial. El rey se lo concedió y le ofreció toda clase de facilidades.

Don Suero se propuso romper 300 lanzas, a razón de 3 por jinete, a todos los caballeros que pisaran el puente de Hospital de Órbigo en plena Ruta Jacobea. Si se negaban a participar, debían depositar un guante en señal de cobardía y atravesar el río vadeándolo. Su meta no se cumplió, aunque habiendo roto sólo 166 lanzas, los jueces encargados de levantar su pena, accedieron a ello. Terminado el torneo, don Suero y sus amigos se dirigieron en peregrinación a Santiago.

Don Suero depositó allí la argolla y la cinta azul que simbolizaba su amor por la dama y en la que estaba escrita la siguiente leyenda:

‘Si no os place corresponderme,
en verdad que no hay dicha para mí’

En la actualidad esta cinta se halla alrededor del cuello de una imagen de Santiago 'el Menor' que está en la catedral de Santiago, en la Capilla de las Reliquias. La argolla es una gargantilla de oro y se encuentra en el relicario del Apóstol.

Desde 1997 el primer fin de semana de junio, Hospital de Órbigo celebra sus justas medievales del Paso Honroso, en recuerdo de aquella hazaña y como atracción turística declarada Fiesta de interés turístico regional.

El torneo es uno de los actos centrales de las justas a lo que se une el desfile de pendones y caballeros en sus monturas, paso previo a la gran batalla, y los bailes medievales que protagonizan las damas y la música popular.