Qué ver en La Adrada - Ávila
Comarca: Valle del Tiétar
La Adrada
En esta visita a La Adrada pasearemos tranquilamente por la calles de esta localidad situada en la falda de la Sierra de Gredos, a 11 kilómetros del Nacimiento del Río Tiétar.
En nuestro paseo contemplaremos sus casas, disfrutaremos de los bellos rincones que encierra la villa. Será quizás la mejor forma de conocer esta bella localidad, que goza de un entorno privilegiado y de un microclima único en el corazón del Valle del Tiétar.
La Plaza del Riñón es el lugar de encuentro preferido por la juventud, y punto de partida para nuestro paseo por el pueblo. Plaza de gran valor ambiental por la cantidad de arbolado que posee. Los zócalos y bordillos son de piedra natural. En el centro, una fuente y la dulce presencia de una niña La Niña de La Adrada, también conocida como 'Niña de la fuente' o 'Niña del agua'. En esta Plaza esta ubicada la Oficina de Turismo, donde podremos encontrar información sobre La Adrada y su entorno.
Al dirigirnos hacia el centro de la villa, nos encontramos con una construcción que de seguro nos llamará poderosamente la atención por su sencillez y hermosura, la Casa del Tío Talís. Este edificio de planta irregular, acabado con piedra natural y teja cerámica, consta de dos plantas y buhardilla.
Es el mejor ejemplo de la arquitectura tradicional en el pueblo. Sin duda alguna, una bella casa y una fotografía obligada de muchísimos visitantes. Elementos más característicos: huecos con ritmos verticales, carpintería de madera y balcón volado.
La Plaza de la Villa con fuente del siglo XIX que chorrea agua limpia y fresca de la sierra por sus cuatro caños, fue en otros tiempos mercado, cine, corral de comedias y plaza de toros. Hoy es lugar de encuentro, paseo y baile en las fiestas. En ella se encuentra el Ayuntamiento construido a finales del siglo XVIII, con balcón, campanario y torre, la tonalidad de su piedra, hace resaltar el limpio azul del cielo y el tranquilizador verdor de sus montañas.
Desde la plaza, subiremos por Las Escalerillas, calle con construcciones tradicionales de piedra natural, enfoscado, teja, cerámica y carpintería de madera, que nos conduce a El Torrejón, barrio típico de La Adrada , y mirador desde donde se pueden divisar pintorescas y maravillosas vistas desde La Torrecilla o El Rodador.
Prosiguiendo nuestro camino desde el Torrejón llegamos hasta el Castillo de La Adrada, situado en lo alto de una colina y resconstruído recientemente sobre las ruinas de una antigua fortaleza que fue estancia temporal de Enrique III, Juan II, Enrique IV y los Reyes Católicos. La restauración pudo realizarse gracias a su cesión al Ayuntamiento de La Adrada por parte de la familia García Moreno, sus antiguos propietarios, y al impulso de varias instituciones que lo han transformado en el Centro de Interpretación Histórica del Valle del Tiétar.
El resultado final de esta impresionante restauración, ha sido más espectacular de lo que en un principio esperaban quienes participaron en este proyecto, y ahora una vez concluido, nos permite hacernos idea de la importancia que ha podido tener esta fortaleza en la historia de La Adrada. Castillo de La Adrada»
Los martes y viernes se puede pasear y comprar en un Tradicional mercadillo que se instala en las cercanías de La Plaza del Riñón. Es bueno, justo y saludable, hacer un alto en el camino, beber un buen vaso de recio vino tinto, de Cebreros por ejemplo, y saborear alguna tapa típica de la zona en la Taberna Museo, antes La Casa del Tío Pedrón, donde en un rústico ambiente de típica taberna castellana, se puede degustar una rica comida casera y tomar el aperitivo deleitando el paladar con sus famosísimas y apetitosas 'patatas revolconas'.
La Calle Larga, calle señorial con los edificios de mayor valor arquitectónico de la población. Forma una unidad a nivel compositivo en casi todo su trazado. Durante siglos, la vía principal del pueblo en donde se encuentran la mayoría de las casas blasonadas de la localidad. Comienza esta vía con la Casa de Los Jerónimos, casa del siglo XVI que perteneció a los frailes Jerónimos del Escorial. Su escudo representa la parrilla del martirio de San Lorenzo.
La Iglesia En su interior, podemos contemplar un retablo de estilo barroco churrigueresco con seis columnas salomónicas, donde destacan las figuras de El Salvador y San Blas. Templo de clara influencia Herreriana, cuya construcción se comenzó a mediados del siglo XVI, bajo la dirección de Pedro de Tolosa, aparejador de las obras del Escorial.
La Ermita de la Virgen de la Yedra está ubicada en el parque de La Nava, en cuyo interior se guarda la imagen de la Virgen de la Yedra, patrona de La Adrada. Quizás fue el segundo templo de La Adrada, despues de la iglesia del castillo, y su construcción comenzaría en el siglo XVI sobre unas ruinas cubiertas de hiedra, en el lugar en que una antigua imagen de una Virgen que se veneraba en la abadía de Burgohondo, según la tradición, se apareció misteriosamente sobre un muro cubierto de hiedra a su sacristán de paso por La Adrada, allá por los siglos XII al XIV. También y siempre según la tradición, se sabe que a pesar de que la imagen fue devuelta en varias ocasiones a la abadía de donde procedía, la Virgen regresaba de nuevo a la Yedra. Estos sucesos convencieron a los adradenses para que la Virgen se quedara para siempre en La Adrada y fuera su patrona.
Más de mil especies vegetales autóctonas y de diferentes partes del mundo pueden contemplarse en el Jardín Botánico Valle del Tiétar, una finca de diez hectáreas de superficie situada en la carretera CL-501, justo al lado de la piscina La Cabaña.
Impulsado ya hace una decena de años por el filólogo alemán Axel Mahlau con la idea de constituir un lugar que sirviera a niños, mayores, aficionados y curiosos, para conocer mejor la flora del lugar y de los cuatro continentes, cuenta en la actualidad con unas 350 especies arbóreas, cerca de 450 arbustos y medio millar de flores y bulbos.
La finca, al estar en plena naturaleza, permite además al visitante dar paseos por sus sendas contemplando diferentes especies de aves, mariposas o incluso ardillas, ya que el jardín que fue concebido en torno a varias ideas fundamentales: interés estético, interés científico, respeto al entorno medioambiental, información sobre la naturaleza y educación medioambiental, es sin duda alguna un aula viva de la naturaleza. Jardín Botánico»