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Cultura del vino en Fermoselle

Comarca: Sayago

Fermoselle

Fermoselle es el paradigma de pueblo en el que confluyen el patrimonio cultural, con sus bodegas históricas, el patrimonio vitivinícola actual con sus bodegas industriales y las variedades de uva, y el patrimonio etnográfico con las formas de producir el vino.

Desde que se tienen registros documentales en Fermoselle se ha creado vino. Un vino diferente, procedente de las variedades autóctonas y minoritarias que llenan nuestros campos y realizado en bodegas únicas, bodegas subterráneas excavadas, a mano, en granito y gneis, entre los siglos VII y XIX. Un patrimonio de más de 1000 años que da al lugar una importancia y singularidad sin igual en España.

Fermoselle Villa del Vino se encuentra ubicada en el corazón del Parque Natural de Arribes del Duero, en plena ‘Raia’ con Portugal y en el límite de las provincias de Zamora y Salamanca. Así como el Duero se encarga de dibujar de forma natural la frontera, el Tormes lo hace en el límite provincial.

Considerada la capital de este entorno, sus singulares plazas, calles e iglesias construidas sobre materiales rocosos la llevaron a obtener el reconocimiento de Conjunto Histórico-Artístico en 1974. Sin embargo, el pueblo y su historia no puede entenderse sin prestar atención a las más de 1000 bodegas que conforman el subsuelo de un pueblo que no ha perdido su patrimonio vitivinícola.

Las majestuosas bodegas, de hasta 6 metros de profundidad, excavadas artesanalmente en gneis durante la Edad Media nos transportan a lugares únicos y a experiencias cercanas a los “viajes en el tiempo”. Muchas de ellas, aún guardan la Historia con arcos de medio punto de sillares del siglo XII y singulares pozos, muchos de ellos con un pasado ritual judío, que nos muestran la importancia del patrimonio vitivinícola en Fermoselle desde tiempo atrás.

En su interior, se vive la tradición del trabajo del vino. En sus techos, encontramos las ‘zarzeras’, grandes bocas con apertura desde la calle, por las que los animales, en cestas llamadas ‘asnales’ descargaban la uva hacia la bodega. La uva se recogía é en un cubo de madera y se pisaba con los pies, hasta tener el mosto líquido y llevarlo a las cubas, de madera de castaño y de igual tamaño que las paredes donde se colocaban: las ‘sidas’. Después de las fermentaciones, el vino se metía en ‘pellejos’, pieles curadas de cabra, y se subía a la calle, trabajo que realizaban ‘los sacadores’.

Encontramos clavos y oquedades para candiles y velas, ‘arbañales’, una red de caminos de agua que conectaban las bodegas, filtrando el agua, para que éstas no se inundasen, así como los ‘respiraderos’, agujeros en las paredes, que conectan bodegas para facilitar una red de ventilación cíclica. Así, en la Edad Media, Fermoselle creó un patrimonio etnográfico vitivinícola de extraordinaria calidad y autenticidad, que llega hasta nuestros días.

Actualmente La Villa del Vino posee aproximadamente 100 hectáreas de vid registradas en la DO Arribes. Las variedades de uva tinta con las que contamos son: Mandón, Bruñal, Juan García, Bastardillo Chico, Rufete, Garnacha Tinta, Tempranillo, Mencía, Syrah, Gago Arroba y Tinta Jeromo, mientras que en blancas tenemos Malvasía Castellana, Albillo Real, Albillo Mayor, Verdejo y Puesta en Cruz. La gran mayoría de nuestra cosecha proviene de variedades minoritarias, que marcan un hito en la vitivinícola de Arribes.

La singularidad, la marcan las autóctonas Bruñal, Juan García, Mandón y Puesta en Cruz variedades de pocas hectáreas, que se han mantenido en producción gracias a los esfuerzos de los bodegueros de Fermoselle, que siendo conscientes de la riqueza natural que aportan, han decidido mostrarla en sus vinos, haciendo de éstos, vinos únicos, peculiares y dotados de una gran riqueza patrimonial.

La importancia de las variedades minoritarias radica en su originalidad. Por ello es necesario poner en valor el compromiso de los bodegueros de Fermoselle con las uvas de su tierra, con esas uvas de pocas hectáreas, que otorgan poca producción. La pasión y la intencionalidad por mantenerlas a flote es lo que marca la diferencia, ya que los vinos de variedades minoritarias, y a veces incluso olvidadas, se crean con un valor añadido: el valor del patrimonio natural de Fermoselle.

Además, Fermoselle destaca por su tradicional viñedo en los bancales de los ríos Duero y Tormes, algo que, junto a sus bodegas y variedades, hacen del mundo vitivinícola de Fermoselle un Paisaje Cultural de renombre. Puedes visitar sus bodegas en Visita Bodegas Milenarias de Fermoselle.

Información e imágenes: Bodegas Fermoselle

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