Qué ver en Navaluenga - Ávila
Comarca: Valle del Alberche y Tierra de Pinares
Navaluenga
Las tierras de Navaluenga han estado habitadas desde época prerromana por grupos seminómadas, ganaderos que habitaron las recónditas y escabrosas riberas del Alberche y la Gaznata.
La Necrópolis del Cerrillo de San Marcos, del siglo VII, nos muestra que una primera vida urbana surgió en época visigoda, con viviendas de planta rectangular, construidas con lajas de piedra y en algunas ocasiones de adobe.
Parte de este conjunto de incipiente urbanismo era una ermita o humilladero dedicada a San Marcos, una fragua y un pequeño molino para triturar grano.
La primera mención a Navaluenga se da en un documento fechado en Toledo el 7 de febrero de 1172 y el 6 de febrero de 1250 se la cita en una consignación de rentas a la Iglesia y Obispado de Ávila, ordenada por el Cardenal Gil Torres. Por su parte, Alfonso XI en el Libro de Montería, narra que se detuvo durante cinco días en los frondosos bosques de Navaluenga para cazar un oso.
Navaluenga fue puesta bajo la protección y defensa de la Orden Hospitalaria San Juan de Jerusalén, al tiempo que permanecía como lugar de caza, siendo visitado asiduamente por monarcas como Sancho IV o Fernando IV.
El 1 de junio de 1275, el rey Alfonso X 'el Sabio', con la concesión del privilegio de heredamiento sobre la Tierra del Burgo da origen a la creación del Concejo del Burgo, una de las primeras instituciones bajomedievales de la provincia. Leer más»
Entre el patrimonio monumental de Navaluenga destaca, la Iglesia de Nuestra Señora de los Villares. La primitiva ermita es construida en los siglos XIII al XIV, con sucesivas y posteriores ampliaciones.
Es erigida en parroquia en 1466, posee cuatro arcos carpaneles del siglo XV, sostenidos por seis columnas de piedra decoradas con interesantes capiteles en motivos vegetales y una pila bautismal románica de principios del siglo XIII, finamente labrada. Su singular belleza la hace única en la zona. Se puede visitar en horas de culto. Leer más»
El Puente data del siglo XVI, fue construido con las aportaciones realizadas por los pueblos que formaron parte del Concejo de Burgohondo, para facilitar el paso de ganado entre las dos orillas del Río Alberche en su camino hacia la Sierra. Está edificado con sillares de granito, unidos con argamasa, dándole un carácter muy señorial sus dos enormes tajamares. Imita formas románicas.
Su estilo arquitectónico, de trazas renacentistas, rememora la vieja escuela romana. El puente se distribuye sobre cinco gruesos apoyos que abren entre sí cuatro arcos de medio punto de diferentes tamaños, siendo el tercer arco el de mayor elevación con claras resonancias medievales. Leer más»
La importancia de la Cruz del Cerillo de San Marcos radica en ser la única inscripción procedente del Cerillo de San Marcos, en escritura de estilo gótico, posiblemente del siglo XVII. El sillar original de la primitiva es la base, en el que se nombra a Daniel González Bermejo, que manda construir esta cruz.
El Yacimiento Arqueológico Altomedieval de Fuenteávila data de los siglos IX al XII. Configuran su necrópolis al menos 15 sepulcros, excavados en los lanchares graníticos, que se distribuyen por 7 conjuntos de enterramiento muy próximos entre sí.
Este tipo de yacimiento es frecuente en las zonas serranas de la provincia de Ávila, correspondiéndose con áreas sepulcrales cristinas que pertenecían a pequeñas comunidades de aldea, dispersas por las sierras, cuya base económica fue la ganadería, y que se mantuvieron al margen de los focos de influencia, por lo que conservan numerosos arcaísmos.
Potro de Herrar. Construcción tradicional de las zonas ganaderas donde se herraban las vacas. Esta formado por cuatro sillares de piedra, de una sola pieza, unidos por vigas de madera en los laterales y por un yugo en el frontal.
Del suelo arrancan los tres apoyos para herrar. En estos potros se ponían herraduras de forja a las vacas y bueyes de tiro y destinados a las labores agrícolas.
Ermita de la Merced situada en el paraje denominado 'Las Erillas', próxima al Camino Viejo de Burgohondo. Posiblemente fue construida en el siglo XVII, si bien no aparece citada hasta 1863 como ermita de la Merced.
Edificada en mampostería reforzando sus vanos y aristas con sillares de granito. Embutidas en los muros de la ermita aparecen dos bases de cruces. Desde su interior las mujeres entonan 'La Despedida' durante la Procesión de los Romances el Jueves Santo.
La Ermita de San Isidro está levantada junto al puente románico de Navaluenga, fue reconstruida por los agricultores de la localidad entorno a 1940, sobre los restos de la antigua Ermita de la Purísima Concepción.
Por su privilegiada posición, junto al río Alberche y en la misma falda del Macizo de Gredos, Navaluenga es un destino obligado para los amantes de la naturaleza, el paisaje, el senderismo, la montaña.
El Alberche baña estas riberas, flanqueadas de alisos, sauces, mimbreras, con rincones y parajes de extrema belleza donde el agua es protagonista, con arroyos, chorreras, cascadas, rápidos y piscinas naturales.
En el valle, los viñedos, higueras, olivares, frutales crecen entre cantuesos, brezos, encinas y enebros. Y dan paso a la vegetación típicamente montaña, con la presencia de robles y castaños.
Más arriba, en las profundas gargantas y quebradas de la Sierra, se pueden encontrar ejemplares de acebo, arce de montpellier, madroño, tejo, abedul, pino laricio, pino silvestre, algunos de ellos centenarios.
Un ecosistema exhuberante y lleno de vida, en el que habitan las aves dueñas del cielo, como el buitre leonado y el buitre negro, el águila real y otras rapaces de distintas especies. Y por supuesto mamíferos como el jabalí, el gato montés, la jineta, etc. Además, 1.400 hectáreas de la Reserva Natural de Iruelas forman parte del municipio.
Información: Ayto. Navaluenga