Qué ver en Madrigal de las Altas Torres
Comarca: La Moraña y Arévalo
Madrigal de las Altas Torres
La villa de Madrigal de las Altas Torres se encuentra en la Moraña, al norte de la provincia de Ávila, destaca por ser uno de los pueblos más bellos de la provincia.
El Recinto amurallado de Madrigal de las Altas Torres, declarado monumento histórico-artístico, constituye un ejemplo excepcional de arquitectura militar medieval y relevante testimonio del sistema constructivo mudéjar.
La fortificación defensiva rodea todo el centro urbano de la localidad. Tiene cuatro puertas orientadas a los cuatro puntos cardinales que reciben el nombre de las poblaciones a las que conducía.
Se sabe de su existencia en 1302, pues en los cortes de Medina de ese año Fernando IV ordena su derribo por haberse levantado sin mandato del concejo de Arévalo, bajo cuya jurisdicción se encontraba.
En el centro de la villa se encuentra la Iglesia de San Nicolás de Bari, fantástica representación del arte románico-mudéjar fue construida en el siglo XIII, época de absoluta vigencia del románico, y reformada en el siglo XV, cuando todavía el mudéjar mantenía su predominio.
Declarada monumento nacional el 3 de julio de 1931, en el exterior destaca la figura orgullosa de su enorme torre campanario, de 65 metros de altura. Una vez en el interior, los juegos de luces nos hacen mirar al cielo y encontrarnos con un fabuloso artesonado de filigranas en puro nogal, situado dos metros por debajo del techo de la iglesia. Consta de tres naves y dos ábsides decorados con arquillos ciegos.
Aquí fue ordenado sacerdote Alonso de Madrigal 'El Tostado' y contrajeron matrimonio Don Juan II de Castilla e Isabel de Portugal. La pila bautismal es el centro de atención preferente, en ella recibiría bautismo la infanta Isabel, futura Reina de Castilla.
La Iglesia de Santa María del Castillo, llamada así por estar situado sobre una predominante loma, que según cuenta la tradición se levanta sobre los cimientos de una antigua fortaleza. Siguiendo esta hipótesis, el lado sur de la iglesia podría ser donde estuvo la torre del homenaje y en la sacristía existe un pozo, cubierto por una losa y el entarimado, que debió ser el pozo del castillo.
De estilo mudéjar, consta de una sola nave de cruz latina. Su torre truncada, que es también campanario, se debe a una desafortunada reforma llevada a cabo en el siglo XVI, esta rematada por un chapitel neoclásico.
Posee dos ábsides guarnecidos de arquería y sin uso en los laterales, de estilo románico. El más grande de los mismos, forma en el interior el altar mayor, cuyo fondo es un retablo de estilo barroco. Detrás de este retablo, fueron descubiertas pinturas románicas al fresco que representan un pantocrátor. Descubiertas por Rodríguez Almeida en 1967.
Fuera del recinto amurallado, sobre los campos de cereal yerguen los restos de una grandiosa construcción. Se trata del Convento Agustino de Madrigal, un impresionante edificio destruido por la intemperie y la curia humana.
La arquitectura del edificio tenía una planta escurialense de 50.000 metros cuadrados de superficie total. En la fachada, mas de 200 metros de larga, podemos apreciar la existencia de las dos torres que remataban en las esquinas, que se correspondían con el entorno público y privado, respectivamente, del monasterio y cátedra.
El arquitecto de la segunda construcción, que le confiere la grandiosidad que sus ruinas delatan, fue Nicolás de Vergara, persona muy ligada a Herrera, por esto y por sus proporciones fue llamado 'el Escorial de Castilla'.
El claustro, del que quedan interesantes restos, era de estilo berroqueño herreriano, perteneciente a la arquitectura civil, con doble hilera de arcos enfilados en planta cuadrada con enormes bloques de granito.
El Palacio de Juan II, actual convento de Nuestra Señora de Gracia, fue morada real, al menos desde tiempos del rey Pedro I de Castilla, llamado 'el Cruel' por sus enemigos y 'el Justiciero' por sus vasallos. En una de sus alcobas tuvo lugar el nacimiento reina Isabel I de Castilla.
El palacio, en sus primeros tiempos, parecería una casona hidalga de aspecto rural y sobrio, a pesar de lo cual fue elegido por Juan II de Castilla y su primera mujer, María de Aragón, como residencia. Leer más»
El Real Hospital de la Purísima Concepción fue construido a instancias de Doña María de Aragón, la primera esposa del rey Juan II en 1443. Como hospital albergó pobres y enfermos desamparados. Fue construido con los ingresos procedentes de la venta de dos hospitales anteriores que no cumplían correctamente su función.
A principios del siglo XIX comenzó su declive hasta que se cerró en 1943, reabriendo diez años más tarde para convertirse en comedor de niños pobres. A mediados de los 80 comenzó un proceso de restauración al convertirse en escuela-taller, dotando al edificio de biblioteca, salas de exposiciones y otros actos culturales, y albergando el museo vasco de Quiroga y el centro de interpretación de la naturaleza.
La capilla alberga la imagen más venerada de Madrigal, el Santísimo Cristo de las Injurias, de madera policromada, es de estilo gótico y descansa sobre un retablo churrigueresco.
La fachada columnada del siglo XVI, realizada en granito, a doble altura con escudos reales adosados a las columnas y al antepecho de las mismas. Fue declarado monumento historio artístico el 23 de febrero de 1983.
En la calle de El Oro se encuentra el Arco de piedra, que ha permanecido en pie como testigo altanero de su pasado. Portada de lo que en sus tiempos fue una gran casa perteneciente a Nicolás de Soto y Leonor de Vergara.
Nicolás fue Médico de la casa real, primero como médico personal del príncipe Juan, y tras su muerte pasó a ser uno de los 4 o 5 médicos que se encargaban de la salud de Isabel la Católica, aunque sabemos que en este período atendió puntualmente a varias de las hijas de los RR.CC. y al propio rey Fernando. Leer más»
La Bodega de los frailes es una construcción monumental, por sus trazas y elementos arquitectónicos. Los frailes acometen la construcción partiendo de una bodega ya existente, en 1732. Las obras durarían 34 años. Leer más»
Aunque nada queda ya que recuerde la existencia de la Sinagoga, parece ser que una de las grandes casas de Madrigal tuvo como función original servir de culto, oración y reunión a la comunidad judía de la localidad. Este edificio, que se encuentra en la parte más alta de la villa, mantiene sus muros en un estado de conservación excelente.
No hay constancia del momento en que los judíos se asentaron en Madrigal, pero en la época del Rey Juan II de Castilla constituían una comunidad relativamente amplia, muy próspera y con mucho poder.
Dedicados a negociar con productos agrícolas, pecuarios y al prestamismo, la reina Isabel dictó en 1476 órdenes contra ellos, prohibiendo la usura y obligándoles a colocar estrellas de David en las rejas de sus casas y vestidos. Poco después fueron convertidos al cristianismo.
Información: Ayto. Madrigal de las Altas Torres