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Qué ver en Castrillo de los Polvazares - León

Comarca: Montañas del Teleno

Castrillo de los Polvazares

Castrillo de los Polvazares, población situada a escasos 7 kilómetros de Astorga, es una de las paradas obligadas en la ruta del Camino de Santiago Francés.

El origen del pueblo ya aparece en su nombre, pues éste estuvo ligado a dos castros cercanos el Castro de San Martino y el Castro de la Mesa, este último habitado desde la Edad de Bronce.

En el siglo XVI se desarrolló en el pueblo la arriería; los maragatos, como se conoce a todos los habitantes de la comarca, eran comerciantes dedicados al transporte de mercancías por toda la península, varias de sus rutas comerciales conectaban las costas del noroeste con toda la zona centro y ambas mesetas.

Los distintos alimentos y  productos gastronómicos que trasladaban los arrieros a lo largo de estas rutas, conformaron la singular cocina maragata actual, algunos ejemplos destacables son los salazones de pescado, el pulpo, el pimentón, el aceite de oliva, la cecina, las mantecadas o incluso el chocolate.

Estas amplias redes comerciales trajeron una notable prosperidad económica a Castrillo de los Polvazares que perduró hasta bien entrado el siglo XIX; la llegada del ferrocarril a Astorga en 1866 supuso el fin de la actividad arriera y de todo un modo de vida relacionado con ella.

Al acceder al pueblo encontramos, salvando el cauce del río Jerga, un pequeño puente de piedra por el que pasaba el antiguo camino romano hacia el puerto de Foncebadón.

El centro histórico del pueblo fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1980; en el destacan sus calles que están empedradas en su totalidad, con la Calle Real como eje central, en el siglo XVIII, y debido al intenso tráfico de carros y animales de tiro que soportaba, esta fue la primera calle que se empedró.

Las casas tradicionales están construidas siguiendo las necesidades de sus moradores, las hay de labradores y de arrieros.

Las viviendas se distinguen por sus sobrias fachadas de piedra, sus portadas adinteladas o con arcos de medio punto, sus grandes puertas de paso, adecuadas para los carros arrieros, sus patios interiores con almacenes en torno a ellos, sus galerías abiertas, sus cuadras y bodegas; todas las casas presentan cubiertas de teja y aleros de madera.

Dentro del pueblo podemos encontrar la Iglesia parroquial de Santa María Magdalena, construida en el siglo XVIII, cuenta con una torre con campanario, y está situada en la plaza con el busto dedicado a la escritora Concha Espina, quien visitó Castrillo de los Polvazares en 1912 para documentarse, pues estaba preparando su novela ‘La Esfinge Maragata’.

En los alrededores del pueblo se encuentra la ruta del Prado de San Juan, un agradable paseo por bosques y prados cercanos al pueblo. Otro lugar de interés es el pequeño Parque de Castrillo, que está situado en la ribera del río, y es una agradable zona verde que recibe a visitantes y peregrinos.

Siendo uno de los pueblos más destacados de la comarca de Maragatería, en la gastronomía de Castrillo de los Polvazares, no pueden faltar platos como el cocido maragato. Cuenta la leyenda que desde la época de los arrieros, el famoso cocido maragato no se empieza a comer como es habitual, sino al revés: primero la ración de carne, hasta siete variedades, luego la verdura que consta de garbanzos, patata y berza, y por último la sopa. 

Hay quien asocia esta costumbre a la época de la Guerra de la Independencia, cuando las tropas de Napoleón asentadas en la zona, estaban frecuentemente en alerta por los ataques de los españoles, y no querían dejarse lo mejor del rancho para el final; también hay quien lo relaciona con los largos y continuos viajes de los arrieros maragatos, que preferían comer la carne que llevaban en sus fiambreras y dejar para el final la sopa caliente con garbanzos que les servían en las posadas y ventas.

Además de su curioso orden de platos, el cocido maragato se elabora con una variedad autóctona de garbanzo llamada ‘Garbanzo Pico de Pardal’.

El 24 de julio se celebra el Día de la Magdalena, fiesta religiosa en honor de la patrona de Castrillo. Hay una solemne procesión, con vistosos trajes típicos, música tradicional con flauta y tamboril, cánticos y rezos por las calles del pueblo. 

Para conmemorar los hechos históricos que tuvieron lugar en Castrillo durante la Guerra de la Independencia, se realizan sin periodicidad fija unas Jornadas Napoleónicas que incluyen diversos actos de recreación histórica en el pueblo y alrededores.

Periódicamente se representan los distintos actos ceremoniales que conforman los ritos tradicionales de la boda maragata, destacan los trajes típicos, las ceremonias, los desfiles, los bailes, la música y canciones tradicionales y curiosas costumbres como ‘El Rastro’ y la ‘Carrera del Bollo’.

El hispanista Richard Ford (1796-1858) escribiría de los Arrieros maragatos:

"Hay una clase de arrieros muy poco conocida de los viajeros europeos: los maragatos, cuyo centro está situado en San Román, cerca de Astorga; ellos, al igual que los judíos y los gitanos, viven exclusivamente entre los suyos, conservan sus trajes primitivos y nunca se casan fuera de su región.

Son tan nómadas y errantes como los beduinos, sin más diferencia que llevan mulas en vez de camellos (…) cobran caro, pero su honradez compensa este defecto, pues puede confiárseles oro molido". Cosas de España. El País de lo Imprevisto. Traducción de Enrique de Mesa. (1833-1836).

Información: Ayto. de Astorga

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