Iglesia de San Esteban

El Mudéjar de Cuéllar

Cuéllar

La Iglesia de San Esteban de Cuéllar se eleva sobre una terraza de la muralla. Es quizá el edificio fundamental del románico de ladrillo de la escuela cuellarana, que junto con las de Sahagún y Arévalo constituyen un importante conjunto de focos interrelacionados.

Consta documentalmente ya en el año de 1302, si bien pudo edificarse avanzado el siglo XII. Construida fundamentalmente con mampostería enfoscada, el ladrillo se usa predominantemente en la cabecera, portada y, en menor medida, en la torre.

La central se cubría por armadura de madera que se ocultó por bóveda barroca de yeso en el siglo XVIII; por el contrario las laterales se cierran con bóvedas de medio cañón a las que se añadieron nervios cruceros en el siglo XIV.

La capilla es lo más magnífico de la iglesia, con un tramo recto termina en ábside poligonal al exterior y semicircular por dentro.

Al exterior presenta superpuestas dos arquerías dobladas y ciegas de medio punto, una banda de dobles huecos rectangulares ciegos, encima otras dos con sendos frisos de esquinilla o facetas, y por último otra banda con huecos rectangulares doblados y ciegos y se remataría por airosa cornisa que ha perdido.

Torre cuadrada y de mampostería sobre el tramo anterior a la cabecera de la nave del Evangelio lo que la condiciona ser de escasa sección; con ventanas de medio punto realizadas en ladrillo, así como las esquinas de la torre. Se corona con terraza plana.

La portada abierta en el lado de la Epístola, de ladrillo, se recuadra por un gran alfiz y se compone de cinco arquivoltas sobre impostas anaceladas.

En el presbiterio cuatro notables sepulcros gótico-mudéjares del siglo XV decorados con yeserías y con los bultos yacentes labrados en alabastro de don Fernando García de Aragón, Contador Mayor de Castilla y su esposa y de la familia López de Córdoba Hinestrosa.

También es interesante el retablo del Descendimiento, con tablas del siglo XVI.

Declarado Bien de Interés Cultural el 03/06/1931

Dirección General de Patrimonio Cultural
Autor: C. Rodicio Rodríguez