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La historia de las Comunidades de Castilla

Toro - Villalonso - Pinilla de Toro - Tiedra - San Cebrián de Mazote - Villalar de los Comuneros - Pedrosa del Rey - Morales de Toro

La localidad zamorana de Toro acogió destacados episodios de la revuelta de las Comunidades. Ya en marzo-abril de 1520, cuando primero en Santiago y luego en La Coruña se votó en Cortes el servicio solicitado por el rey Carlos para coronarse Emperador, el cual ascendía a 220 millones de maravedíes, los procuradores de Toro fueron de los pocos, junto a los de Córdoba, Murcia y Madrid, que se opusieron. De hecho, la revuelta comunera prendió en Toro velozmente, debido también a la influencia del célebre obispo Antonio de Acuña.

En dirección a Toro partieron precisamente las tropas comuneras acantonadas en Torrelobatón, lideradas por Juan de Padilla, cuando el 23 de abril de 1521 fueron alcanzadas por los imperiales y derrotadas en Villalar.

Y toresano era Juan de Ulloa, regidor de Toro, señor de La Mota, de San Cebrián de Mazote y de la Vega del Condado, que hirió a Padilla en esa misma batalla, en la que también fue prendido su hermano, Hernando de Ulloa, el cual, curiosamente, era uno de los jefes comuneros de Toro. En total, diez comuneros de esta localidad fueron exceptuados del Perdón otorgado en 1522 por el emperador.

La historia de las Comunidades de Castilla toca de lleno a la localidad zamorana de Villalonso a través, fundamentalmente, de su magnífico castillo, propiedad, desde la segunda mitad del siglo XV, de Juan de Ulloa y su esposa, María de Sarmiento.

Ambos se pusieron del lado de Juana la Beltraneja en la lucha por la sucesión al trono de Castilla tras la muerte de Enrique IV, pero fueron derrotados en Toro por los partidarios de la futura reina, Isabel I; de hecho, Juan perdió la vida en la contienda.

La fortaleza acogió a las tropas comuneras que lograron huir de la derrota de Villalar, el 23 de abril de 1521, pues se sabe que un hijo del citado Ulloa, de nombre Diego, se puso del lado comunero prácticamente desde el inicio de la rebelión. Por ello, al finalizar la revuelta, Diego de Ulloa y Sarmiento fue condenado a muerte por el emperador Carlos V, y si finalmente logró librarse de la máxima pena fue gracias al pago de una cuantiosa suma de dinero, en total 10.000 ducados de oro, que hizo efectivo su esposa, Isabel de Fonseca, en 1524.

Entre las propiedades zamoranas donadas en 1070 al poderoso Monasterio de Sahagún figura Pinilla de Toro, que en esa época histórica suele aparecer citada como ‘Peniella’ o ‘Pennella de Toro’. Poco después, concretamente en el año 1153, se hace referencia a su iglesia de San Martín, que Fernando González y su mujer, María Rodríguez, donaron a la catedral de Zamora.

Pinilla recibió fuero en 1147 y fue capaz de resistir la dura crisis del siglo XIV, que diezmó varias localidades toresanas. La Guerra de la Independencia marcó su devenir contemporáneo, pues en enero de 1809, tropas francesas incendiaron la localidad en represalia por ciertos disturbios generados contra su presencia.

Entre su patrimonio monumental destaca la citada Iglesia parroquial de San Martín, reformada en los siglos XVI y XVIII, que cuenta con un bello retablo renacentista en la capilla mayor y una talla de madera policromada en el baptisterio, venerada como Santa Ana y datada dentro del primer cuarto del siglo XIII. También, la Ermita de San Sebastián y la Iglesia de San Esteban, conocida ésta como ‘El Cabildo’, del siglo XVI.

El nombre de Tiedra proviene de la palabra romana ‘Yedra’, la cual haría referencia al asentamiento ubicado en la planicie de la ermita. Tiedra aparece poblada de manera regular desde el siglo XI, concretamente desde época de Sancho II, hacia el año 1060, y fue señorío de la potente familia castellana de los Téllez de Meneses hasta que en 1445 Enrique II ofreció su jurisdicción señorial a Pedro Girón, uno de cuyos descendientes fue el capitán comunero del mismo nombre, que reemplazó temporalmente a Juan de Padilla.

Entre los episodios históricos más destacados figura el Auto de Fe que a mediados del siglo XVI guio el inquisidor del reino, Fernando Valdés, contra un vecino que afirmaba que las mujeres no debían confesarse con los clérigos sino con sus maridos. Sus edificios más representativos son el Castillo y la Iglesia del Salvador.

En 1520, cuando tiene lugar la revuelta comunera, San Cebrián de Mazote era señorío de Juan de Ulloa, hombre fiel a Carlos V, vecino y regidor de Toro y señor de La Mota, que además fue uno de los nobles que el 5 de diciembre de 1520 acudió con los imperiales a Tordesillas para librar a esta localidad de las manos comuneras.

No es improbable, por tanto, que en agosto de aquel año, cuando las tropas imperiales prendieron fuego a Medina del Campo, los comuneros reaccionaran tomando el señorío de Ulloa, incluido San Cebrián de Mazote. El origen de esta localidad se remonta al año 952, coincidiendo con la repoblación mozárabe llevada a cabo bajo auspicio de la monarquía astur.

San Cebrián fue escenario además de importantes acontecimientos históricos, entre ellos la proclamación del monarca Fernando III el Santo, artífice de la definitiva unión de las dos Coronas, leonesa y castellana, en 1230. Fue también el lugar elegido por Bárbara Blomberg, madre de Juan de Austria, para su retiro.

Su principal atractivo es la Iglesia parroquial de San Cipriano, una de las obras maestras del arte mozárabe en Castilla y León.

Tras el asalto y conquista de Torrelobatón, en febrero de 1521, Padilla desistió de avanzar hacia Medina de Rioseco, feudo de los realistas, y solo protagonizó algunas incursiones aisladas, como, por ejemplo, la toma de Castromonte.

A mediados de marzo, el bando imperial, reforzado por el apoyo de los nobles y comandado por el condestable y el almirante de Castilla, decidió trasladar su campamento a Peñaflor de Hornija, villa señorial de los Girones situada a ocho kilómetros de Torrelobatón. En las tropas comuneras no tardó en cundir la inquietud.

Fue entonces cuando Padilla decidió partir en dirección a Toro. Enterados por medio de los escuchas y corredores de campo, el condestable y el almirante no tardaron en abalanzarse sobre su ejército. Le dieron alcance en una campa próxima a la localidad vallisoletana de Villalar de los Comuneros, concretamente en el lugar denominado Puente de Fierro, sobre el arroyo de los Molinos, un terreno muy pegajoso y fangoso.

El ejército realista atacó de inmediato y sin esperar la llegada de la infantería, con lo que impidió el despliegue de las tropas comuneras. Éstas, tremendamente cansadas y físicamente acechadas por las inclemencias del mal tiempo y el estado fangoso del suelo, fueron presa fácil de la caballería. Era el 23 de abril de 1521.

Los líderes comuneros fueron ajusticiados al día siguiente. En 1889 se construyó el monolito que les rinde homenaje y que simboliza el hálito de libertad que animaba la revuelta, y en 1932 la localidad adoptó el nombre completo de Villalar de los Comuneros. La fiesta de Villalar, que viene celebrándose desde 1976, fue declarada fiesta oficial de Castilla y León en 1986.

El 29 de febrero de 1521, una vez tomada la fortaleza de Torrelobatón, Juan de Padilla comenzó a recibir refuerzos desde Toro y Zamora. Sin embargo, enterados de ello los partidarios del Emperador, les cortaron el paso y les sitiaron en Pedrosa del Rey, lo que obligó al líder comunero a sacarles del aprieto con 3.000 infantes.

‘Como los caballeros vieron el poder de Juan de Padilla, alzáronse de Pedrosa, volviendo por otro camino a Tordesillas’, relatan las crónicas.

Años después del triste desenlace de la guerra comunera, concretamente en 1538, Carlos I eximió a la localidad de su dependencia de Toro, de ahí el sobrenombre ‘Del Rey’.

Además de haber acogido el episodio histórico señalado, Pedrosa del Rey posee una Iglesia dedicada a San Miguel, construida en piedra, mampostería y tapial, cuyo origen data del siglo XVI, y una Ermita de la Virgen de Gracia, de planta rectangular y fechada en esa misma centuria.

Por último podemos acercarnos a Morales de Toro a visitar el Museo del Vino de Pagos del Rey, inaugurado en 2014, donde se exponen diversas manifestaciones culturales de la viticultura y la elaboración del vino desde sus orígenes hasta nuestros días.

Información: Fundación Villalar Castilla y León

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