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Ruta por el Parque Natural Arribes del Duero - Salamanca

Puerto Seguro - La Bouza - Sobradillo - La Fregeneda - Hinojosa de Duero - Saucelle - Vilvestre - Mieza - Aldeadávila - Pereña de la Ribera - La Peña - Villarino - Vitigudino

El Parque Natural Arribes del Duero se encuentra en el noroeste de la provincia de Salamanca, en el límite con Zamora y Portugal. Más de 200 kilómetros de cañones, el mayor conjunto de este tipo en la Península, integrado en los Parques Naturales de Arribes del Duero y do Douro Internacional, componiendo uno de los espacios naturales protegidos más importantes de Europa.

Sus condiciones geográficas son las causantes de la existencia de un microclima especial que favorece la existencia de cultivos y especies de flora y fauna típicamente mediterráneas.

La flora de origen norteafricano supone hasta un 12 % de las plantas que se conocen en el Parque Natural Arribes del Duero. El piso mesomediterráneo acoge especies refugiadas de otras épocas, como el enebro o el almez.

Puerto Seguro Llamado antiguamente Barba de Puerco conserva una Iglesia de buena traza y un conjunto urbano con frecuentes ejemplos de arquitectura popular; fuentes artísticas y esculturas naturales de granito labradas por don José Vicente, párroco muy querido en el pueblo, en el que ejerció muchos años.

El Museo Etnológico de Puerto Seguro nos ofrece un regreso a las vidas pasadas, en esta tierra donde se cruzan influencias de fronteras antiguas y actuales, rayas más o menos sutiles que también están en los oficios y en las tareas diarias.

La Bouza El documento más antiguo que se conserva en el Archivo Municipal de Ciudad Rodrigo, de 1211, se refiere a la donación que hizo Alfonso IX de este lugar de Vilabouça al Monasterio de Santa María de Aguiar, cerca de Castelo Rodrigo. Así permaneció hasta el siglo XIX.

La Bouza conserva buenas muestras de su arquitectura tradicional y grandes panoramas sobre el entorno, dominando los valles encajados de estos ríos, los últimos que recibe el Águeda por su izquierda en territorio español. El pueblo mira a los valles suaves, pero justo a sus espaldas los ríos se sumergen en hoces.

Sobradillo Villa bien conservada vigilada por un Torreón que data del siglo XV, sede de la Casa del Parque Natural, y por sus calles descubrimos construcciones tradicionales en granito, fuentes y un Crucero del Camino de Santiago. En las afueras y a poca distancia de la población se encuentran las ruinas del Convento Franciscano de Santa Marina La Seca y las Ermitas del Cristo de la Cuesta, de Jesús de Nazaret y de San Sebastián. Leer más»

CASA DEL PARQUE NATURAL DE ARRIBES DE DUERO

Planta primera: Área de atención al público Nuestra visita a la Casa del Parque de Sobradillo nos llevará a través del peculiar mundo de este Espacio Natural, en un recorrido que parte del fondo de los cañones y asciende hasta la penillanura, visitando  cascadas y desfiladeros, frondosas laderas y, finalmente, dehesas y campos de cultivo. Así, en la planta baja, una maqueta identifica los ríos más importantes que recorren el Parque.

Como vertebrador del espacio está el Duero, frontera natural con Portugal. También hay dos pantallas que nos muestran imágenes, tanto de los miradores de Arribes como de la Red de Espacios Naturales de Castilla y León. Seréis recibidos por monitoras que os ofrecerán información detallada sobre rutas, instalaciones y actividades.

Planta primera: En lo más profundo El ambiente natural de los cañones es recreado en la primera planta. Ahí nos encontramos con una cachonera, que es como aquí se denomina a las cascadas. Estos cañones fluviales favorecen el asentamiento de una fauna singular, especialmente rica en aves rupícolas, como cigüeña negra, roquero solitario, alimoche, águila perdicera y real, buitre leonado, entre otros.

Ligados al medio acuático, martín pescador, nutria o galápago leproso. Una cueva de murciélagos recrea el ecosistema propio de estos mamíferos voladores tan abundantes en las grutas y túneles de Arribes.

Entreplanta: Un poco de historia Ascendiendo por el Torreón llegamos a la entreplanta. Allí se conserva una chimenea de esta histórica edificación. Esta torre defensiva del siglo XV, se integraba en la red de fortificaciones y castillos que se construyeron para asegurar la frontera frente a las incursiones portuguesas. A ella pertenece también el Castillo de San Felices de los Gallegos.

Planta segunda: Subiendo por los arribes Desde el fondo del cañón, la vista de los cortados y el fluir del agua constituyen la esencia del paisaje. Las laderas están cubiertas de una exuberante y variada vegetación mediterránea de la que sobresalen "pallones" y roquedos, donde dormitan buitres y águilas.

En otros tramos menos abruptos el hombre ha salvado la verticalidad del arribe creando un peculiar paisaje de terrazas o bancales en las que ha cultivado olivos, almendros, naranjos y vides. Acompañando cada parcela, se conservan construcciones tradicionales en granito y pizarra: chozos, chiviteros, paredes y puentes, que todavía hoy, se conservan y tienen su utilidad.

Planta tercera: La penillanura Desde los cortados subimos a un terreno suave y horizontal, donde sobresalen como puntos más altos los Sierros. Las tierras altas acogen un paisaje que alterna dehesas con zonas de matorral y campos de cereal. Es un espacio domesticado por el hombre donde podemos ver charcas, fuentes, molinos, pasos de agua, vallas de piedra…. Todo ello ha favorecido la gran diversidad animal y vegetal de Arribes. El mural que vemos en esta planta representa una imagen típica de la dehesa charra.

Almenas: El mirador de las almenas Desde la última planta unas escaleras nos llevan al exterior, a las almenas del Torreón. Contemplamos el pueblo de Sobradillo, con sus campos de cereal, almendros y olivos centenarios. Más distanciados, destacan los restos del convento de Santa Marina La Seca. A lo lejos se intuye el río Duero y en el horizonte los vecinos pueblos portugueses.

El aljibe: Sala de proyecciones La visita termina en el antiguo aljibe o pozo del castillo. A él se accede desde el exterior y ha sido habilitado como sala de proyecciones y exposiciones del Parque Natural.

Dirección: Plaza Castrillo, Sobradillo. Salamanca - Teléfono: 923 522 067

La Fregeneda se encuentra expuesta al poniente, en una de las localizaciones de menor altitud entre los pueblos de la Ribera del Duero. Un paseo por el casco urbano y sus alrededores nos muestra la arquitectura popular y las portadas de Casas nobles del siglo XVI. La Iglesia, los cruceros y las fuentes van marcando el entorno del pueblo.

El Tramo ferroviario de Hinojosa y La Fregeneda a Portugal, sobre el último trecho de las arribes del Águeda, es uno de los más extraordinarios de la Península y está declarado Bien de Interés Cultural. Para salvar un desnivel de 450 m fue necesario construir más de una veintena de puentes y otros tantos túneles. Muy próximo se encuentra el Puerto de Vega Terrón, en la desembocadura del Águeda.

Hinojosa de Duero se asienta a los pies de un cerro sobre el que se recorta la vieja Iglesia parroquial, de principios del siglo XIII, con tres portadas y algunas figuras alegóricas. Desde este promontorio y desde el Mirador podemos admirar las panorámicas sobre las arribes del Duero y del Huebra. Conservan también los de Hinojosa antiguas tradiciones, como el Baile de la Bandera. Con tanta o más raigambre, Hinojosa es también reconocida por la calidad de sus Quesos, dentro de una comarca pródiga en esta industria artesanal.

En el término de Hinojosa, camino del puerto de la Molinera, podemos acercarnos a lugares como el pueblo abandonado de San Leonardo, un despoblado que todavía ostenta su espadaña para situarse en el paisaje, cerca del pintoresco puente de Un Ojo. Antes de llegar al puerto se halla el Cachón de Camaces, una Cascada a la que podremos asomarnos desde un mirador.

Saucelle Descendemos de Hinojosa por la carretera del Salto de Saucelle. Al llegar al fondo del cañón nos encontramos las últimas aguas del Huebra, rindiendo tributo al Duero bajo la imponente vigilancia de Penedo Durão, desde la orilla portuguesa.

Tras visitar la presa de Saucelle completamos el trayecto por la coronación del embalse y entramos en territorio portugués, para subir faldeando por Penedo Durão hasta Freixo. Conserva buenas casas de estilo tradicional y una Iglesia gótica, del siglo XVI, con tablas del XIV en su interior y varias imágenes de interés artístico. Una visita al cercano Mirador de las Janas nos ofrecerá una de las panorámicas más amplias de Las Arribes.

Vilvestre ya fue elegido en la prehistoria para asentar un poblado, y de su historia secular guarda aún muchas muestras, como el Rollo Jurisdiccional o la Iglesia parroquial. La villa se alinea en torno a la calle central, y en lo alto encontramos una Ermita, cerca de los restos del Castillo, y dos miradores. Vilvestre cuenta con un Museo Histórico.

Mieza es una localidad tan vinculada al mundo vegetal que hasta tiene una Ermita dedicada  a la  Virgen del Árbol. A algunos kilómetros, podemos completar a pie el camino del Balcón de la Code, mirador sobre el abismo excavado por el Duero.

Aldeadávila de la Ribera protagoniza el paisaje la esbelta torre de su iglesia, que se eleva hasta tocar los 40 metros sobre el suelo, mirando a Portugal. La villa posee también otros atractivos, como el Palacio del marqués de Caballero, algún que otro edificio señorial y la Ermita del Humilladero.

En el término de Aldeadávila se hallan las ruinas del Convento de La Verde, antaño auténtico vergel donde vivía una congregación de franciscanos. Tras la Desamortización de Mendizábal, en el primer tercio del siglo XIX, el convento fue abandonado. El Salto de Aldeadávila se agazapa bajo enormes peñascos, en un fastuoso escenario natural que aparece en el largometraje Doctor Zhivago.

Pereña de la Ribera reconocida por la calidad de sus vinos y de sus quesos, pero también por la conservación de su trama rural, donde sobresalen la Iglesia, gótica, del siglo XV, y un Arco de piedra que da acceso a la plaza. En su entorno se encuentra la Ermita del Castillo que data del siglo XVIII y en un edificio cercano observamos una Estela romana.

Desde este antiguo castro se domina un panorama que abarca los límites entre Portugal, Zamora y Salamanca, donde rinde viaje el Río Tormes.

También cerca de Pereña encontramos el Pozo de los Humos, una impresionante Cascada, de más de 50 m de caída, que se embravece durante las crecidas del Río Uces, aunque este río baja casi siempre con escaso caudal. El enclave fue ya un santuario para los autores de las pinturas prehistóricas.

La Peña La erosión de millones de años dejó al descubierto una roca ciclópea, que hoy destaca sobre el paisaje de cortinas, pequeños terrenos de pastos y cultivos en torno al pueblo. Es un ejemplo de relieve residual y existen varias leyendas que la relacionan con Santa Marina, la Doncella de Las Uces.

En Villarino de los Aires sus calles descienden por la ladera hacia la Iglesia de Santa María la Mayor, de estilo gótico. En pleno núcleo se encuentra el Mirador de La Faya, con Portugal a la vista. Desde Villarino podemos acercarnos hasta el Teso de San Cristóbal, por un camino señalizado. Este lugar fue asentamiento de antiguos pueblos, que nos dejaron hendiduras en la roca y una tumba altomedieval.

Cerca del teso se halla el Balcón de Pilatos, un mirador sobre los precipicios del Tormes. En el entorno de Ambasaguas tributa el Tormes al Duero. Estas arribes son las últimas que se conservan del río Tormes tras la construcción del embalse de Almendra.

Vitigudino Sus hechuras de centro comarcal y de gran nudo de caminos dejan sitio a la Iglesia, con su poderosa torre, y a la plaza, en parte porticada, donde se toma el pulso de la comarca cada martes, día de mercado. Vitigudino ofrece buenas rutas por la gastronomía charra.

Información: Fundación Ciudad Rodrigo

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