Ruta de Sahagún a San Pedro de las Dueñas

Ruta de Sahagún a San Pedro de Las Dueñas - León

Sahagún - Grajal de Campos - San Pedro de las Dueñas

El viaje nos conduce por la conocida Tierra de Campos, donde el paisaje no conoce formas abruptas sino planicies de cultivo y riberas que salpican con su fertilidad las extensas tierras de secano. Los olmos, chopos y canales de regadío acompañan la vista en este trayecto cargado también de historia.

Desde nuestro punto de partida, Sahagún, vislumbramos el esplendor del arte mudéjar en ladrillo y la presencia de peregrinos en su paso hacia Santiago siguiendo el Camino francés. Bajamos al sur de la provincia, casi al límite con Valladolid, para alcanzar la histórica villa de Grajal de Campos.

La villa de Grajal de Campos remonta sus orígenes al año 177 a.C. y fue reconstruida tras la destrucción provocada por Almanzor en el siglo X. Su importancia histórica la argumentan las seis parroquias que existieron en el lugar y su carácter de señorío adquirido con Juan de Vega, primer conde de Grajal.

A la entrada de su conjunto histórico artístico destaca el sólido Castillo artillero, el mejor ejemplo del país, de planta cuadrada rematada por torres en las cuatro esquinas. Edificado a finales del siglo XV, fue uno de los castillos más avanzados de la época ya que en su construcción se utilizaron las nuevas técnicas renacentistas de fortificación.

De interés son, también en la localidad, el Palacio de los Condes del siglo XV, la Iglesia de San Miguel construida en gótico tardío y la Caverna mozárabe, entre otros ejemplos arquitectónicos de gran interés que testifican su esplendoroso pasado.

Proseguimos después viaje hasta San Pedro de las Dueñas, pequeña localidad que cuenta con uno de los edificios más representativos del románico mudéjar construido entre los siglos X y XI, el imponente Convento benedictino.

Edificio construido en ladrillo y piedra siguiendo una estructura de planta basilical con tres naves cubiertas con bóveda de cañón y crucería de ladrillo.

El interior no desmerece en absoluto, alberga un magnífico Cristo de Gregorio Fernández, uno de los mejores artistas de la imaginería española del barroco. Destaca también su conjunto de capiteles. Uno de ellos es conocido como el de 'Las siete monjas'.