Carnaval de La Bañeza

Fiesta de Interés Turístico Nacional

La Bañeza

El Carnaval de La Bañeza, en la provincia de León, es una fiesta declarada de Interés Turístico Nacional que comienza a tomar importancia y fama en el siglo XX.

Durante el franquismo, los bañezanos desafiaron la prohibición expresa de ocultar el rostro y disfrazarse. Cuando los enmascarados eran vistos por alguna autoridad, éstos huían a toda prisa para no ser sancionados. De esta rutina de las fiestas de invierno, se acuñó la expresión 'correr el carnaval'.

La primera referencia al carnaval, data de 1675 por Antonio Ferreras, sobre El jubileo de las cuarenta horas en los días del carnaval. En este documento don Luis González, vecino de La Bañeza, hace testamento y expone sus últimas voluntades en diferentes cláusulas. En una de ellas dispone: ‘Declaro que dejo 8.000 (ocho mil) reales para que se haga una fundación de las cuarenta horas los días de carnaval en el convento del Carmen Descalzo de esta villa’.

Los carnavales en La Bañeza comienzan el sábado por la noche con la gran cena carnavalera y el posterior Pregón y presentación de la Reina y de la Musa que dan paso a la ‘Noche de Chispas’, donde la gente ataviada con simpáticos y extravagantes sombreros se reúne en la Plaza Mayor para esperar el ‘Chispazo Mayor’.

El domingo, las charangas, acompañadas de cabezudos, recorren las calles. Tras él, espectáculos de luz, sonido y malabares, para el disfrute de todos los asistentes.

El lunes es un día dedicado a los niños y tiene lugar el ‘Carnaval de los niños’ con su propio desfile. Por la noche tiene lugar la ‘Noche Bruja’, donde charangas, fanfarrias y orquestas se mezclan con máscaras amigas de la juerga y el buen humor y donde nadie se conoce y todos se disfrazan.

El martes tiene lugar el gran desfile, los grupos o peñas lucirán sus disfraces, la carroza de la Musa lo abre y después marchan más de cuarenta grupos, algunos de ellos con casi doscientos miembros, con su charanga junto con las carrozas de la reina y de las damas; por las distintas calles de la localidad.

El miércoles de ceniza se cierra la celebración con un acto muy especial ‘El entierro de la sardina’: un cortejo fúnebre formado por treinta miembros provistos de capa, barba y sombrero de copa, las mujeres (lloronas) sollozando y una comitiva de bañezanos y visitantes acompañando al cortejo a la Plaza Mayor.

Una vez allí, ‘el Corvillo’ recita una serie de coplas populares y anónimas, enviadas por el pueblo a la Peña de la Sardina y donde se critica o ensalza a los personajes más populares, normalmente políticos, de la vida municipal, provincial o nacional. Tras esto, esta Peña reparte escabeche, pan y vino a los asistentes.