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Románico Soriano

Comarca: Tierras Altas

Cerbón

La iglesia de San Pedro de Cerbón es un curioso ejemplo del románico rural soriano. Cuenta con dos naves rematadas en sendas cabeceras semicirculares, que le confiere una planta excepcional.

Todo el edificio esta cubierto con bóvedas de piedra, las naves y el presbiterio con cañones apuntados y los ábsides con bóvedas de horno. En el románico de Castilla, salvo en algunas excepciones, lo habitual era utilizar cubiertas de madera para cubrir estos espacios.

Erigida seguramente a principios del siglo XIII, las modificaciones arquitectónicas posteriores, en estilo gótico, añadieron una sacristía (s. XV) y una capilla (s. XVI), ambas al norte, y se rehízo la torre de los pies, pero se respetó la integridad del edificio primigenio.

La portada románica, con arco de acceso y tres arquivoltas apuntadas, fue protegida por un pórtico popular que se desmontó en 2007, solado con un pavimento de piedras que todavía existe. Al este del templo se instaló el cementerio cuando dejó de enterrarse en el interior, como era habitual.

El recinto propio de la iglesia se aísla con un murete de mampostería, con airosa portada de medio punto situada al oeste. El costado sur del templo contó con tres ventanas, una en el presbiterio y dos en la nave, cegadas e invisibles hoy al exterior por las intervenciones en la mampostería, pero advertibles dentro.

Posiblemente sean herederas de las aspilleras románicas que tendría en origen. De estas solo subsisten, inutilizadas por los retablos, las dos, una por ábside, de la cabecera. Esta construcción de mampostería apenas dispuso de decoración, limitada a los capiteles de la única portada de acceso y a los canecillos de las cabeceras.

En el interior destacan la capilla del Nazareno, de principios del siglo XVI y el mobiliario románico conservado, básicamente dos pilas pétreas. Una, la bautismal situada en el presbiterio sur se reduce a una copa troncocónica lisa. La otra, la benditera, es curiosa por su inusual tipología de planta cuadrada.

Después de la Edad Media, cada cabecera se revistió con sendos retablos. Los que hoy se conservan pertenecen al estilo barroco (s. XVIII) el del norte, y neoclásico (s. XIX) el meridional, completándose la decoración con las pinturas de las bóvedas.

Declarado Bien de Interés Cultural el 20/11/2014

Patrimonio Cultural Junta de Castilla y León

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