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Visita al Castillo de La Mota - Valladolid

Comarca: Tierra de Pinares

Medina del Campo

El Castillo de la Mota se encuentra en la localidad vallisoletana de Medina del Campo, se alza sobre una elevación natural del terreno desde la que domina todo el entorno.

Tiene su origen en la repoblación del siglo XI, momento en el que se fortifica el recinto de la vieja villa de ’la Mota’. El crecimiento de la villa y las ampliaciones sucesivas del recinto amurallado acabarían por convertirlo en una fortaleza independiente de la propia villa.

En 1390 Juan I donó la villa y la Mota a su hijo Fernando de Antequera, futuro rey de Aragón. Este hecho provocó constantes enfrentamientos entre la corona castellana y los infantes de Aragón por el control de la fortaleza.

Tras la Batalla de Olmedo, en 1455, La Mota queda definitivamente bajo poder real, desempeñando funciones militares así como de archivo y prisión.

Enrique IV ordena la construcción de la torre en 1460 y entrega la fortaleza al arzobispo de Toledo, cuya traición la devuelve al dominio aragonés.

El Acuerdo de los Toros de Guisando en 1468 entrega la fortaleza y la villa a Isabel, pero el rey se la quitará para entregársela a su hija Juana, quedando la fortaleza en manos de Alonso de Fonseca, partidario del rey, hasta su muerte en 1473.

El sobrino de Alonso de Fonseca debe llegar a un acuerdo con los medinenses que querían tomar la fortaleza y la entrega al duque de Alba, quien la ocupó hasta 1475. A partir de esta fecha es reclamada y ocupada por la corona.

Durante la Guerra de las Comunidades, la fortaleza permaneció fiel a la corona, pese a que Medina era comunera. Como prisión albergó entre otros a César Borgia, Hernando Colón y Don Rodrigo Calderón.

Para la construcción del castillo se aprovechó una esquina del recinto de la villa vieja, construida con la técnica de encofrado de cal y canto, típica de los siglos XII y XIII.

Elementos también antiguos son una puerta mudéjar y el forro de ladrillo de las torres antiguas de la cerca vieja, que se integran ahora en el castillo, obras que debieron realizarse en los últimos años del siglo XIII y principios del XIV.

El castillo actual se remató con el característico ladrillo rojizo propio de la zona, que cubre el hormigón, mientras que la piedra únicamente se emplea en pequeños detalles, como las troneras o los escudos. Su trazado es irregular y consta de dos recintos; el recinto interno, de uso residencial y el exterior con gruesos muros y dedicado a la defensa del edificio.

En el recinto interior encontramos un patio de armas rodeado de torres cuadrangulares, entre las que sobresale la del homenaje, situada en el ángulo NE. Se trata de una gran Torre de 40 m de altura. Sobre ella se colocó una Torre Caballero, que la convirtió en una de las más altas de la época.

La torre se sitúa en la esquina más expuesta de la fortaleza, y lo hace ligeramente desplazada de la línea de la muralla del recinto, cubriendo así mejor los flancos. Este recinto interno de planta cuadrada,  coronado por garitas y matacanes, es obra de Enrique IV.

El cuerpo exterior o barrera, fue construido en tiempos de los Reyes Católicos y su edificación rodeó el recinto de Enrique IV con una serie de potentes muros. Se protegía en primer lugar con un gran foso, que era franqueado mediante un puente levadizo, excavado en el estrato natural, formando una gran depresión, en la que también se levantó una barrera.

Esta situación de la barrera ofrece a los atacantes una menor superficie para hacer blanco. El primer recinto presenta otras defensas, como los cubos cilíndricos de flanqueo y dos líneas de troneras y aspilleras en los merlones rectangulares del adarve. Además de un cuerpo de entrada con una gran sala abovedada inferior y una mazmorra inferior.

Los muros presentan un talud acusado en su zona inferior para intentar evitar el minado de la cimentación del castillo. Además de todos estos elementos defensivos, cuenta con galerías subterráneas, con lo que se convirtió en una de las fortalezas más avanzadas de su época.

La barrera data del tiempo de los Reyes Católicos, y su construcción debió terminarse en 1483, fecha que aparece grabada en la entrada principal, junto a los escudos de los Reyes Católicos.

Una de las torres de la barrera exterior fue volada en el siglo XIX, posiblemente en la Guerra de la Independencia con el fin de inutilizar la fortaleza. Fue reconstruida a comienzos del siglo XX.

El estado actual es el resultado de un largo proceso de restauración que comenzó en 1904, aunque la mayor parte de las obras interiores se deben a una reconstrucción realizada en 1940, cuando se habilitó el castillo como Escuela de Mandos de la Sección Femenina de la Falange. Visita guiada Castillo de la Mota

Información: Castillos de las Fronteras | Arturo Balado Pachón - Consuelo Escribano Velasco
Diputación provincial de Valladolid

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