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Ruta por Belorado, Briviesca y Poza de la Sal - Burgos

Comarca: La Bureba - Oca y Tirón

Belorado - Monasterio de Rodilla - Briviesca - Poza de la Sal

Esta ruta por la comarca de La Bureba, con inicio en Belorado, nos acerca a cuatro de sus localidades más emblemáticas, viajaremos por una comarca rica en patrimonio artístico y preciosos parajes naturales.

Belorado Con antecedentes celtibéricos y romanos, su apretado caserío se distribuye a la sombra de las ruinas de lo que fue una estratégica fortaleza medieval. El hecho que más ha influido en su história y su configuración urbanística ha sido el paso del Camino de Santiago.

Constituye uno de los principales hitos de la Ruta Jacobea. Esta localidad merece una visita reposada, con el fin de no perderse ninguno de sus atractivos. Leer más»

CAMINO DE SANTIAGO - BELORADO

Obligada es la visita al Centro de Promoción Jacobea / Oficina de Turismo  en la Plaza Mayor, que acoge al peregrino que llega a Belorado.

Belorado está enclavado en el Camino de Santiago, aparece como un importante punto de referencias en una de las guías de viajeros más antiguas, del siglo XII, realizada por el peregrino franciscano Aymeric Picaud, que divide el Camino de Santiago por tierras españolas en trece etapas. La Quinta, de Nájera a Burgos con 85 kilómetros contaba a mitad de camino con Belorado.

La villa tenía varios hospitales para descanso de los peregrinos quedando en la actualidad la Ermita de Belén.

A una jornada  corta de Belorado están dos lugares emblemáticos del camino: hacia La Rioja, Santo Domingo de la Calzada y hacia Castilla y León, San Juan de Ortega. Ambos fueron Santos que dedicaron parte de su vida a facilitar las peregrinaciones por estas tierras, haciendo puentes, arreglando caminos y facilitando hospedaje.

A principios del siglo XI Sancho III "El Mayor de Navarra" desviaría el camino Jacobeo desde Nájera hacia Santo Domingo de la Calzada y Belorado.

Avanzando el siglo, Alfonso VI mejoró el Camino quedando un antiguo puente sobre el Verdeancho y el primitivo puente de El Canto sobre el río Tirón. Pedro I en el siglo XIV rehízo éste, del que quedaron restos a ambos lados del que se construyó en el siglo XIX.

En la iglesia de Santa María a la derecha del altar mayor hay una capilla plateresca con interesante rejería dedicada a Santiago en sus dos advocaciones: "Matamoros" y "Peregrino".

De su importancia en las peregrinaciones quedan en el sello del Concejo una torre y una estrella, símbolo de Compostela, meta de los peregrinos, su inscripción es la siguiente: "Señor muéstrame tus caminos". En el Centro de Promoción Jacobea - Oficina de Turismo pueden sellar sus credenciales o cuadernos de viaje con una réplica de él.

De entre los monumentos beliforanos destacan el Castillo y las Iglesias de San Pedro y de Santa María. La de San Pedro se localiza en la plaza mayor porticada, centro neurálgico de la población. Parece ser que fue de fábrica medieval, aunque muy reformada en el siglo XVII. El gran presbiterio aparece ocupado por un monumental retablo rococó. Más interesante es la iglesia de Santa María, erigida a los pies del cerro del Castillo, en el siglo XVI.

En la actualidad, Belorado es una villa tranquila, muy atractiva para los amantes de la naturaleza, que pueden practicar el senderismo entre bellos parajes de hayedos y robledales, pescar truchas en el Tirón, hacer parapente desde la Muela, o visitar las Cuevas de Fuentemolinos. Leer más»

CUEVAS DE FUENTEMOLINOS - BELORADO

La principal característica de esta cueva es que está excavada en una zona de pudingas cementadas con motivos calizos del Oligoceno. Esto supone una gran rareza geológica que junto a sus más de cuatro kilómetros de desarrollo, la convierten en la sexta cueva del mundo en cuanto a su género.

En la escondida zona donde se solapan los últimos relieves de la Sierra de la Demanda y las primeras manifestaciones de los Montes de Oca aparece enclavado el pueblo de Puras de Villafranca. A unos 500 metros del mismo y en una ladera que se levanta sobre el curso del arroyo del río, afluente del cercano Tirón, se abren bocas de la cueva de Fuentemolinos.

Mientras por la parte inferior surge el río subterráneo que recorre la cavidad, en la superior una angosta gatera es utilizada por los espeleólogos e investigadores que la visitan. La cueva se desarrolla en una masa de conglomerados calcáreos depositados durante el Oligoceno, hace unos 35 millones de años.

Este tipo de rocas, formadas por multitud de grandes cantos rodados cementados, no favorecen la formación de cuevas y menos las de una longitud tan considerables como la de Fuentemolinos. Si a lo anterior se le añade la belleza y profusión de formaciones, tours, excéntricas, coladas, estalactitas, estalagmitas y columnas, dejadas por la litogénesis en sus suelos, techos y paredes, es tan fácil hablar de una de las cuevas más importantes de su género a nivel mundial.

La cueva presenta un claro desarrollo horizontal en el que se distinguen tres pisos superpuestos, de los que se ha llegado a topografiar un total de 4.086 metros. El nivel inferior es un cañón, por el que discurre el río subterráneo que brota al exterior, que sigue un trazado meandriforme y que en algunos puntos llega a rebasar los 25 metros de altura. Los dos pisos superiores, que en algunos lugares se asoman a la galería inferior, se encuentran en estado fósil y evolucionan en paralelo al curso del río. Es en estos niveles elevados donde se concentran los elementos y fenómenos de mayor belleza y singularidad del interior de la cueva.

La visita de la Cueva de Fuentemolinos requiere un comportamiento exquisito por parte del colectivo de espeleólogos, con el fin de preservar este regalo de la naturaleza. Por otro lado, la empresa Beloaventura vela por la protección de esta gruta y ofrece la posibilidad de realizar una visita a esta cavidad si no se tienen conocimientos adecuados.

Monasterio de Rodilla Población asentada a la entrada de La Bureba. Su joya y una de las joyas del románico de La Bureba es la Ermita de Nuestra Señora del Valle, del siglo XII. Sobre la ermita quedan los restos del Castillo del siglo X, que más tarde fue de la Casa de los Velasco.

Briviesca Asentada junto al Río Oca, la ciudad aparece ante nosotros con su peculiar trazado de amplias calles dispuestas con elegancia en torno a la plaza Mayor. En ellas aparecen importantes casonas blasonadas, como las de los Torre, los Sánchez de Briviesca, la del Abad Rosales y el Palacio de los Soto Guzmán, antiguo palacio señorial, con elegante torre porticada, hoy sede del Ayuntamiento de la ciudad.

El núcleo de la primitiva 'Virovesca' romana se encontraba en el cercano cerro de San Juan, bajando la población a asentarse en su emplazamiento actual a finales del siglo XIII o comienzos del XIV.

A principios del siglo XIV la infanta doña Blanca, nieta de Alfonso X el Sabio levantó su alcázar y fortificó la población con murallas. En 1370 Enrique II donó la villa a Pedro Fernández de Velasco y en 1387 celebró Cortes el rey Juan I, estableciendo en ellas el honroso título de Príncipe de Asturias para los herederos de la Corona de Castilla. Es a partir de esta época cuando Briviesca alcanza su máximo esplendor.

Iglesia Colegial de Santa María la Mayor Conserva parte de su estructura gótica, siendo reformada en los siglos XVI y XVII. Fachada renacentista. En su interior hay un bello retablo dedicado a Santa Casilda, obra de Pedro López de Gámiz. En ella se celebraron las Cortes convocadas por el rey Juan I.

Iglesia de San Martín También gótica, fuer reformada en el siglo XVI. El retablo mayor, barroco fue realizado en el siglo XVIII y en una capilla lateral yace don Pedro Ruiz de Briviesca en artístico sepulcro.

Convento de Santa Clara Es el monumento más importante y significativo de Briviesca. Fue fundado por doña Mencía de Velasco a principios del siglo XVI. La iglesia tiene planta de cruz latina con cabecera octogonal y bóveda estrellada, obra de Gil de Hontañón y Pedro de Resines. Magnífico retablo mayor tallado por el artista mirandés López de Gámiz.

Enclavado en un pintoresco escarpe, se encuentra el Santuario de Santa Casilda, edificado en el siglo XVI. En el altar mayor duerme la Santa de las rosas, patrona de La Bureba, en artística estatua tallada por Diego de Siloé. Típica romería el martes anterior a la Ascensión.

Poza de la Sal La pintoresca villa medieval se asienta en el borde del páramo que delimita La Bureba por el Oeste, bajo el castillo de los Rojas, a cuyo abrigo se extiende el caserío, configurándose el núcleo urbano dentro de la muralla levantada en el siglo XIV, en cuyos lienzos se abren la Puerta Alta, la Puerta de las Eras y la Puerta del Conjuradero. Quedan en lo alto las Antiguas Salinas, principal fuente de riqueza de la población en la Edad Media.

Conocidas desde antes de la llegada de los romanos, estos establecieron aquí una importante población a la que llamaron Salionca. Siglos después, en tiempos del Conde Fernán González, se repuebla la villa y Alfonso VII la otorga fueros hacia el año 1136. A finales del siglo XIII, Fernando IV otorga el señorío a Juan Rodríguez de Rojas, uno de cuyos sucesores, don Juan de Rojas, alcanzaría del rey Carlos V el título de Marqués de Poza.

Iglesia de San Cosme y San Damián Templo gótico de tres naves y crucero. Al exterior la portada es barroca. Retablo mayor de doble advocación, barroco; retablos de la Virgen del Rosario y de San Andrés, renacentistas, atribuido éste a Simón de Bueras. Elegante cajonería del siglo XVIII; cruz procesional y otras piezas de interés en el museo parroquial.

Ayuntamiento Sobrio edificio del siglo XVIII adosado a la muralla.

Arco Conjuradero Puerta principal de la villa sobre la que, en 1694 se construyó el balcón desde el que se conjuraban los nublados. Por este arco se sale a la Plaza Nueva, desde la que se contempla una espectacular panorámica de La Bureba.

Casa de la Administración de las Salinas Construida en el siglo XVIII para la organización y control de la explotación y el comercio de las salinas.

Castillo Levantado en lo alto de la peña, conserva los muros exteriores y algunos cubos y estancias abovedadas. Fue reconstruido por los Rojas en el siglo XVI. En la ladera, entre el castillo y la villa se levanta una torre con restos de muros de lo que fuera el palacio de los Marqueses de Poza.

Fuentes Curioso conjunto de fuentes, abrevadero y lavaderos, con un pequeño acueducto para el riego de origen romano.

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