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Un Paseo por el Condado de Treviño - Burgos

Comarca: Desfiladeros del Ebro

Pangua - La Puebla de Arganzón - Cucho - Treviño - San Vicentejo - Saraso - Albaina - Laño - Sáseta - Obécuri

Distancia Total: 52 Km

El Condado de Treviño, perteneciente a la provincia de Burgos, es un enclave circundado por la provincia de Álava, es un singular marco territorial que desde el año 1200, en tiempos de Alfonso VIII, pertenece al Reino de Castilla.

En 1254 Alfonso X concede el Fuero de Treviño, y en 1366 Enrique II concedió el señorío de la Villa y Tierra de Treviño a su Adelantado Mayor, Don Pedro Manrique de Lara y su linaje ostentó desde 1453 el título de Condes de Treviño. Rebosante de atractivos naturales, arqueológicos, artísticos y verdadera encrucijada de caminos y vías naturales de comunicación, Treviño es una tierra que siempre acoge con hospitalidad a los viajeros.

El territorio de esta pequeña región natural regada por el Río Ayuda y sus afluentes encierra un variado repertorio de matices paisajísticos. Si por el norte los Montes de Vitoria, cubiertos de espesos bosques de hayas, robles y tejos, cierran la Depresión de Treviño y la aíslan de la Llanada Alavesa; por el sur, las blancas y llamativas cresterías de la Sierra de Cantabria sirven de límite natural con las tierras riojanas.

El visitante podrá descubrir, dispersos en un accidentado relieve de cerros, lomas, hoyadas, valles, altozanos, barrancadas, picachos, llanos, secarrales y umbrías, y como en un gigantesco mosaico natural, los cerca de cuarenta lugares habitados con los que cuenta esta bella tierra.

Comenzaremos nuestra ruta en Pangua, perteneciente a San Esteban de Treviño donde se encuentra la Ermita de San Formerio, donde se celebra una importante romería, desde aquí tendremos una espectacular panorámica de toda la comarca. Posteriormente visitaremos la cercana localidad de La Puebla de Arganzón.

La Puebla de Arganzón está situada junto al Condado de Treviño, a las orillas del Río Zadorra. Esta villa, a la que ya en 1191 Alfonso VIII concedió un fuero de sesenta y tres leyes, es una encrucijada secular de caminos.

A lo largo del eje longitudinal de su modélico trazado medieval, van apareciendo los distintos elementos de su rico patrimonio arquitectónico. Entre todos destaca la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

Una poco transitada carretera se interna por las tierras condales en busca de la villa de Treviño, su capital. Antes de llegar a la misma, aparecen en la ruta los sugerentes topónimos de varios pueblos y lugares que invitan a realizar un alto en el camino: Añastro, Muergas, Ozana, Golernio, Doroño y sobre todo la aldea de Cucho, famosa por las aguas clorurado, sódicas y sulfurosas de su antiguo balneario y por conservar un excelente conjunto de arquitectura popular.

Treviño es una población asentada en la falda sur de un cerro, en cuya cima se alzaba un poderoso Castillo. Sobre el caserío destaca, altiva, la torre barroca de su iglesia parroquial. Durante toda la Edad Media fue un importante cruce de caminos y mercancías.

El periplo continúa unos kilómetros por la vega del río Ayuda y se desvía a la altura de La Venta de Armentia por la carretera que se dirige a Vitoria. Tras cruzar Uzquiano, donde su iglesia parroquial conserva dos curiosas portadas tardorrománicas, se alcanza la aldea de San Vicentejo. En tan pequeño y escondido lugar se conserva la joya artística del Condado de Treviño: la Ermita románica de la Concepción.

Una tranquila carretera en dirección a Obécuri conduce al viajero hasta el cruce que señala la desviación a Saraso. En este pueblo además de visitar la notable, por su rico contenido iconográfico, portada románica de su iglesia, se pueden apreciar las características constructivas de la arquitectura popular de la zona.

Influenciada por el caserío vasco, la casa tipo de Treviño es un edificio aislado de gran programa, levantada con piedra arenisca y que presenta edificaciones anejas para el ganado, los aperos y la paja. Todavía en algunos pueblos se pueden ver casas de origen medieval que conservan un primitivo entramado de maderas y adobes.

Tras dejar atrás el pueblo de Fuidio el recorrido alcanza la localidad de Albaina. En sus inmediaciones y en las de la vecina aldea de Laño se concentra un impresionante conjunto de Eremitorios labrados en la roca, que han sido fechados en época visigoda.

Las más interesantes y fáciles de visitar son las conocidas como Las Gobas de Laño, situadas a medio camino entre los pueblos de Albaina y Laño y visibles desde la misma carretera. Varios habitáculos individuales, que corresponden a las viviendas de los anacoretas, rodean las tres iglesias excavadas en la blanda caliza.

Desde Páriza podemos acercarnos a Sáseta, lugar de comienzo de la ruta senderista del desfiladero del río Ayuda. El último pueblo del condado es Obécuri. La torre fortificada de su iglesia y una ermita barroca con un curioso pórtico justifican la visita.

En el término de Laño los investigadores han localizado uno de los más importantes Yacimientos de huesos fósiles de Dinosaurios del norte de España. Fechado en el Cretácico Superior, en el mismo también se han descubierto los restos de varios nidos de estos extintos animales.

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