Datos básicos del sendero:
- Distancia: 12 km
- Tiempo estimado: 3 h
- Desnivel: 242 m
- Punto de salida: Muñeca
- Ciclabilidad: No
- Dificultad: Media
- Época recomendada: Todo el año
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Senderos de Leyenda - Guardo
Comarca: Montaña Palentina
Muñeca
Ruta de senderismo circular con inicio en la localidad palentina de Muñeca.
Iniciamos la marcha en la plaza del pueblo, junto a su fuente. Atravesamos Muñeca en dirección norte y pasado 1 km tomamos unas pista forestal hacia la derecha, ésta transita por el fondo del valle flanqueando un precioso bosque de robles.
Pasados 3 km tomaremos un desvío a mano izquierda, un camino forestal poco frecuentado y de aspecto casi mágico. Seguimos avanzando y pasamos por los Corrales de Muñeca de los que tan solo quedan sus antiguos muros de piedra.
Llegamos a la parte más alta del recorrido (1.372 m), situada a los pies de Peña Mayor, principal montaña del municipio de Guardo junto con el Cueto de la Horca.
Iniciamos el descenso por el encinar que pronto se convierte en robledal, avanzamos por un precioso sendero forestal que atraviesa el frondoso bosque pasando por el paraje de Fuente Collada hasta llegar a uno de los parajes más bellos del municipio, los Campos de Peña, un lugar cargado de tradición y donde podemos contemplar unos Chozos de pastor restaurados.
Tras cruzar sus praderas, nos desviamos a mano izquierda para tomar una pista forestal y entrar en el valle del Hoyal, pasando antes por el Canto entornao, lugar de refugio de pastores.
Llegamos al Hoyal, un bosque de robles bien conservado donde transcurre la antigua leyenda que da nombre a la senda. Aquí aún podemos encontrar vestigios de la antigua actividad de los carboneros.
Cruzamos el bosque y salimos al valle del arroyo de las Heras, en el que encontramos la pequeña Laguna de las Doncellas y la Fuente del Duerno, llamada así porque tradicionalmente se construían con un tronco hueco de roble o ‘duerno’ por donde salía el agua del manantial.
Ya casi en el km 9 de la ruta, nos adentramos nuevamente en el robledal de Fuentejada, al poco llegamos hasta una nueva lagunilla provocada por el hundimiento minero y conocida popularmente como la ‘Lagunilla del farmacéutico'.
Continuamos el sendero en suave descenso hasta salir a una zona de desmontes mineros, en este punto encontramos vestigios de la actividad minera a cielo abierto, y una explanada de restauración donde nos aguarda una bella laguna artificial con forma de corazón y así llamada.
Aquí se ubica el ‘banco del amor’ y un mirador interpretativo de la Sierra de la Peña, ésta, se divisa magnífica en el horizonte con el pico fraile y sus dos cumbres.
El último tramo de regreso a Muñeca coincide con el Camino Olvidado, sendero de largo recorrido que conducía a los peregrinos hasta Santiago y que fue transitado entre los siglos IX y XIII, finalmente perdió afluencia en favor del Camino Francés.
Las Doncellas del Hoyal
Nos cuenta la leyenda del origen de un paraje, de una depresión del terreno montañoso situado entre Muñeca y Guardo en Plenos Campos de la Peña. En ese lugar hay un paraje denominado Fuentilloso, donde dicen que por la noche se oyen quejidos o lloros extraños, posiblemente producidos por alguna fuente o manantial oculto.
Por allí antiguamente pasaban los trajineros de La Valdavia, camino de Cantabria. Cuenta la leyenda que una primavera, que se repite cada cien años, pasó por allí un grupo de chicas. De pronto oyeron una música dulce que salía de una cueva y que solamente las doncellas podían oír. Esas melodías misteriosas eran producidas por un instrumento y unas voces desconocidas. Eran los duendes de aquellos parajes encantados.
La rara música atrajo de tal manera a las mozas, que entraron en la cueva y quedaron encantadas. Se convirtieron en suspiros y quejidos, que vagaron por aquellos parajes dando la sensación de salir de las entrañas de la tierra.
Sólo puede romperse ese encantamiento la noche de San Juan, cuando los relojes dan las doce campanadas. Entonces, salen de la cueva recóndita las doncellas a cortar flores por las cercanías. Mientras duran los sones de las doce horas de la medianoche, las jóvenes encantadas recobran la forma humana y se las puede ver a la luz de la luna. Después vuelven, convertidas otra vez en suspiros, a las profundidades.
La leyenda no acaba aquí, pues añade que, cuando murió la Encantadora, el misterioso ser que transformó en llantos o quejidos a las doncellas, la gruta se hundió, dejando en su lugar una gran hendidura, una depresión que hoy todos conocen como el Hoyal. Tanto se derrumbaron los suelos que aún quedan al aire sus destrozadas maravillas, rodeadas de misterio, que ofrecen un paisaje puro y salvaje en los Campos de la Peña.
Información: Ayto. Guardo
