Cordel de Babia de Arriba

Datos básicos del sendero:

1. Distancia: 9,5 km (ida)
2. Tiempo estimado: 2 h 30 min (ida)
3. Punto de salida: Quintanilla de Babia
4. Dificultad: Media
5. Desnivel: 424 m
6. Época recomendada: De primavera a otoño.

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Por el Parque Natural de Babia y Luna

Quintanilla de Babia

Preciosa ruta de senderismo que recorre los paisajes por los que discurría el cordel de Babia de Arriba, importante vía pecuaria por la que accedían a los puertos de la Cueta y la Babia Alta los rebaños trashumantes procedentes de la Cañada Real de La Vizana.

Iniciamos la marcha en el barrio de La Perida en Quintanilla de Babia, donde confluyen los arroyos de Valmayor y la Mora dando nacimiento al río Luna.

Tomando el camino de tierra que sigue las orillas de arroyo de la Mora en dirección oeste, el itinerario se adentra en un valle estrecho y sinuoso en el que aparecen las primeras evidencias de una intensa actividad minera, en forma de cargaderos de carbón y escombreras que cuelgan de las laderas.

Enseguida, no obstante, el valle se abre al alcanzar la espléndida vega de la Mora, donde el ganado pasta rodeado de colinas desgastadas por la minería a cielo abierto creando un paisaje caótico sobre el que despuntan las grandes cimas de la cordillera Cantábrica occidental.

Un poco más adelante la ruta rodea una gran balsa de agua para poner rumbo al sur alejándose progresivamente de la zona minera. Este trayecto termina al alcanzar la carretera de Babia a Los Bayos, por la que se desciende al encuentro del arroyo de Valmayor.

Apenas unos metros después, se desvía a la derecha por una pista forestal de buen firme que remonta la pendiente inicial a base de curvas. Este es el inicio de una subida sostenida pero muy llevadera por un monte cubierto de escobas y piornos en el que destacan varias manchas cerradas y llamativamente extensas de acebo.

En invierno, cuando estos árboles se muestran cargados de drupas de color rojo, estas acebedas bullen de actividad y reclaman la atención de grandes bandadas de zorzales reales y alirrojos, junto a palomas torcaces y arrendajos.

Continuando la ascensión, la ruta se desvía temporalmente por el vallejo lateral del arroyo de las Regadas para desembocar en una bonita majada en la que se conserva un corral de piedra para las ovejas.

Al otro lado de la pradera, a pendiente repunta al tiempo que se afronta el tramo final previo al Collado de Villabandín, donde el esfuerzo realizado se ve compensado por la panorámica del valle de Valmayor que tantas veces recorrieron los rebaños trashumantes.

Tras el merecido descanso, será preciso retornar a Quintanilla de Babia por el mismo trazado.