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Valladolid

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Send Del Adaja map

Datos básicos del sendero:

  1. Distancia: 5,5 km
  2. Tiempo estimado: 1:50 h
  3. Punto de salida: Villanueva de Duero
  4. Ciclabilidad: No
  5. Dificultad: Baja
  6. Desnivel: 10 m
  7. Época recomendada: Primavera, Verano y Otoño

SENDERO DEL ADAJA EN VILLANUEVA DE DUERO - SENDERISMO VALLADOLID

Comarca: Tierra de Pinares

Villanueva de Duero

Por Villanueva de Duero también pasa el Río Adaja, que viene a desembocar en el Río Duero. Aquí podemos ver la realidad de ese refrán: Yo soy Duero que de todas aguas bebo, menos del Adaja, que me ataja. Efectivamente, si nos acercamos a la desembocadura vemos la entrada perpendicular del Adaja en el Duero.

Cerca de esta desembocadura, en la orilla derecha del Adaja, se levanta la Cartuja de Aniago. O mejor, se levanta lo que queda de la Cartuja: restos de un claustro en arenisca anaranjada, una delgada torre de piedra con nido de cigüeña, arcos desnudos... ¡la típica desolación de tantos monumentos castellanos! Este, al parecer, se libró de la desamortización porque fue saqueado por las tropas napoleónicas.

Si caminamos por los senderos del Adaja veremos paisajes encantadores. Entre la desembocadura y el viejo puente de piedra vamos por el canto del tajo, contemplando las aguas transparentes fluir sobre la arena, y a los barbos nadar contracorriente como sólo ellos saben hacerlo.

Superado el puente, pasamos por la Zona Recreativa del Colagón, perfectamente provista. Nos acercamos de nuevo al río para discurrir por un sendero con pequeñas subidas y bajadas, curvas y recodos, y exuberante vegetación: sauces, chopos, álamos, alisos, tamariscos, y todo el cortejo de arbustos que vive junto a las corrientes. Eso sin contar los pinos, encinas y arbustos propios del pinar, que también los tenemos al alcance de la vista.

La ribera es distinta y variada. Tan pronto se cierra en apretada maleza -las cervigueras- como se abre en deliciosas playitas de arena limpia que nos invitan a reposar del trayecto y refrescarnos.

Llegamos, en fin, frente a las Ruinas de la Casa de las Hornías, donde el río deja amplios prados casi al nivel de las aguas y donde antaño se cruzaba el Adaja por el denominado Vado Ancho. Es una zona perfecta para descansar, alejada del mundanal ruido, y contemplar la naturaleza y sus agentes: desde los diminutos carriceros y chochines hasta milanos y águilas calzadas que navegarán sobre nuestras cabezas. Lugar ideal también para escuchar el canto de los escondidos ruiseñores.

Información: Diputación de Valladolid

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