El Pinar y la Acequia

Datos básicos del sendero:

1. Distancia: 8 km
2. Tiempo estimado: 2 h
3. Punto de salida: Laguna de Duero
4. Ciclabilidad: Sí
5. Dificultad: Baja
6. Desnivel: 10 m
7. Época recomendada: Primavera, Verano y Otoño

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EL PINAR Y LA ACEQUIA - SENDERISMO VALLDOLID

Laguna de Duero

Vamos a pasear primero entre pinos y luego entre chopos, disfrutando tanto del monte, en la primera parte del recorrido, como del bosque de galería, en la segunda parte.

Junto a la plaza de toros tomamos la Cañada de la Nava, ahora asfaltada y enseguida nos desviamos a la izquierda por un camino adornado con árboles frutales.

Poco a poco nos acercamos al pinar por una zona de abundantes juncos. Los pinos son piñoneros y negrales, pero el monte se completa aquí con arbustos de espino albar, retama, esparragueras y torvisco.

También se dejan ver carrascas, seguramente descendientes de grandes encinas que antaño hubo. El monte aquí no es continuo, pues atravesamos también algunos claros en los que suelen cultivarse patatas, pues la zona es de regadío.

Como sin querer, no hemos acercado tanto a la vía del ferrocarril como a la acequia. Ésta la descubrimos fácilmente gracias a la línea de chopos, que destaca entre los pinos. Y prácticamente aquí damos la vuelta para seguir el camino que discurre precisamente junto a la acequia.

La acequia, lo vamos a descubrir enseguida, es el lugar ideal para un paseo de verano. Protegidos por la sombra de los chopos y refrescado el ambiente por el agua que no deja de correr y los humedales y lagunas próximas, el calor del pinar o del campo abierto no llega hasta nosotros. Vamos a descubrir, incluso en pleno verano, setas de chopo en tocones y árboles que se dejan humedecer por la acequia.

También levantarán el vuelo, a nuestro paso, zampullines y fochas, y las pollas de agua se esconderán corriendo. Eso sin contar los numerosos picos picapinos, rabilargos, oropéndolas, carboneros o currucas que también se dejan ver. Y las ranas saltarán al agua en cuanto nos detecten. Más fácil será echar mano a algún cangrejo.

Al final, nos da pena torcer hacia Laguna de Duero en uno de los cruces con los caminos que vienen de la ribera, pero la acequia nos espera también otro día, que nadie se la va a llevar.

Información: Diputación de Valladolid