Senda de Las Tumbas Moras y Pozo de la Nieve

Datos básicos del sendero:

1. Distancia: 13,5 km (Ida y vuelta)
2. Tiempo estimado: 4 h
3. Punto de salida: Cuevas del Valle
4. Desnivel: 220 m
5. Dificultad: Baja
6. Época recomendada: Todo el año, en verano evitar las horas centrales del día.

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SENDERO DE LAS TUMBAS MORAS EN EL BARRANCO DE LAS CINCO VILLAS - SENDERISMO ÁVILA

Cuevas del Valle

En esta ruta que parte de Cuevas del Valle encontraremos muchas huellas del pasado, algunas de hace cincuenta años, como las majadas de pastores y otras mucho más antiguas, como las Tumbas Moras, un cementerio que tiene aproximadamente mil años. Pero además podremos disfrutar de bellos paisajes de pinar y castañar, mezclado con prados y riberas de ríos. Un recorrido muy sombreado, que se puede realizar incluso en verano.

P1 También encontraremos marcas de los resineros. Son marcas del trabajo que comenzaba en marzo con el "desrroñe" y el "clave" (clavado de la hojalata y de una punta en el árbol para sujetar el pote de barro). Continuaba a lo largo del verano con las "picas" (incisiones periódicas) y las "remasas" (vaciado de los testarros cada mes). Acababa con la llegada del otoño, cuando se recogía el "barrasco" (raspado de los restos de resina sólida de la cara del pino).

P2 Cerca de Los Zahurdones encontramos el lugar denominado como "Las Tumbas Moras", lo que vemos son los restos de un cementerio muy antiguo, unos mil años, correspondiente a una época de la que no hay documentos escritos en el Barranco. Entonces no existía ninguna de las Cinco Villas, y probablemente, los pocos que habitasen la zona viviesen en lugares como éste, aislados en pequeños poblados y lejos del camino del Puerto Pico, donde se sucedían continuamente las reyertas entre moros y cristianos.

P3 Para los más andarines se puede prolongar la ruta hasta el Pozo de la Nieve (2 km) pasando por la Majada y Chozo de Catola donde muy cerca encontramos un círculo de piedra, una era que se utilizaba para trillar los cereales - separar el grano de la paja- . Porque, aunque ahora sólo veamos un rebollar, hasta hace treinta años todo el alrededor eran bancales de cultivo de patatas, trigo y centeno. El centeno llegó incluso a ser tan abundante una vez que le dio su nombre a este paraje: La Centenera.

P4 Seguimos nuestro camino y llegamos al final de nuestro trayecto de ida, el Pozo de la Nieve. Cuando todavía no existían los congeladores, se utilizaba este pozo de piedra para conservar nieve. Se compactaba todo lo posible, consiguiendo un hielo que se cubría con paja, para que resistiese el verano. Con este hielo se hacía una deliciosa y artesana leche helada, que era la bebida no alcohólica preferida en los días de fiesta.