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Qué ver en Palenzuela - Palencia

Comarca: Cerrato Palentino

Palenzuela

La localidad de Palenzuela se encuentra en el Cerrato Palentino, en la confluencia de los ríos Arlanza y Arlanzón, al sur de la provincia de Palencia y limitando con provincia de Burgos.

Cuentan las crónicas que Palenzuela fue la antigua Pallantia prerromana allá por el 151 a.C. Importante ciudad en la Hispania Celtibérica sería cercada durante casi un siglo por parte del Imperio Romano. Sitiada por Lúculo en el 151 a. C., por Lépido en el 137 a. C., y Pisón en el 135 a. C. Fue atacada y arrasada por Pompeyo en el 74 a. C., y no sería ocupada hasta el primer siglo de nuestra Era.

Los restos que aún se conservan de la primitiva necrópolis y del castro celtibérico fueron declarados en 1992 Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica.

Palenzuela ostenta el título de Muy Noble y Leal Villa. Fue cabeza o alfoz de la merindad del Cerrato, residencia de reyes en varias épocas, lugar de celebración de Cortes durante el reinado de Juan II y señorío de los Almirantes de Castilla. En 1966 la villa de Palenzuela fue declarada Conjunto Histórico Artístico.

Entre las estrechas y empinadas calles del primitivo núcleo medieval encontramos rincones de gran belleza que exhiben buenas muestras de arquitectura popular como el entorno del  ayuntamiento con su torre del reloj y algunas casonas, entre las que destacamos la de la calle Mariano Yagüez.

Junto a ella, aprovechando un tramo de la antigua muralla que protegía la población, se ha construido un balcón panorámico desde donde se contempla una excelente vista panorámica de la ribera del Arlanza y del Arlanzón y de los valles cerrateños.

Artísticamente destaca la Iglesia de San Juan Bautista, templo de gran tamaño y poseedor de valiosas y variadas obras de arte, a pesar de las pérdidas y expolios, que se han sucedido con lamentable frecuencia.

Su construcción se desarrolló entre los siglos XIV y XVII, sustituyendo a una iglesia, probablemente románica, ubicada en el mismo lugar. Apenas concluidas las obras, a mediados del XVI, la torre se desplomó y hundió gran parte de las naves, se inició la reconstrucción siendo su aspecto final el que ha llegado a nuestros días.

Es un templo de estilo gótico tardío, muy influido por la decoración renacentista, como se observa en el interior. Posee tres naves de igual altura cubiertas con bóvedas de crucería estrellada, sostenidas con esbeltos pilares-columna. Tiene además un coro alto a los pies y gran cantidad de espacios adosados al cuerpo principal, como la sacristía, el baptisterio, varias capillas funerarias (algunas de ellas en ruinas), cripta, etc.

El aspecto general es sobrio y macizo por fuera, pero diáfano y amplio en el interior. La iglesia custodia importantes colecciones escultóricas en forma de retablos y sepulcros, y uno de los mejores conjuntos de platería de toda la provincia de Palencia.

Iglesia de Santa Eulalia, las ruinas de una torre, unos muros y unos pilares son el único resto que perdura de la que fuera la iglesia del barrio de Santa Eulalia, templo gótico de tres naves con varias capillas funerarias.

En su sacristía se conservaba el archivo de la villa de Palenzuela, y en la torre existió un reloj, con lo que su importancia en la vida del pueblo fue grande mientras se mantuvieron sus rentas y su feligresía.

En 1844 se unió la parroquia a la iglesia de San Juan, y poco más tarde el templo empezó a amenazar ruina, hasta llegar al estado que hoy se contempla. Desde 1930 las ruinas y el solar son propiedad del municipio.

En la actualidad permanecen unas ruinas reparadas, con una torre almenada que aún conserva una escalera de caracol, la portada, en arco apuntado y con varias arquivoltas, fragmentos de muros y algunos pilares con arcos; también se conserva parte del pavimento pétreo.

Aunque ya ruinosos y casi olvidados, el Castillo y la Muralla de Palenzuela dan cuenta del poderío y la importancia de que disfrutó la villa.

De la antigua muralla defensiva que rodeaba el conjunto sólo queda algún tramo de muro y una de sus puertas, el Arco de la Paz, que constituía la principal puerta de acceso desde el esbelto puente de origen medieval construido sobre el Arlanza.

De su viejo castillo medieval, también declarado Bien de Interés Cultural, solo quedan en pie los restos de dos torres y el basamento de una tercera, todo él condenado a la desaparición.

A unos cientos de metros de la villa, se yergue la Ermita de la Virgen de Allende de Río, junto a una de las carreteras de acceso. Muy cerca de ella se encuentra el río, y un hermoso paisaje de chopos.

Esta ermita fue en el pasado la parroquia de un barrio extramuros, llamado de Santa María, que ya no existe. En los alrededores se han encontrado estelas funerarias romanas y visigodas, entre otros elementos arqueológicos; aún existen vestigios de una antigua calzada romana que salva un arroyo.

La portada de acceso presenta tres arcos ligeramente apuntados, de transición entre el románico y el gótico; el resto de la fábrica es de múltiples épocas. En el interior existe un bello sepulcro de arcosolio, y unos grandes frescos góticos hallados por casualidad tras una reciente restauración; también se descubrió un arco de herradura en el muro sur, de época visigoda o mozárabe.

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