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Arquitectura Militar en Soria

Gormaz - Osma - Berlanga de Duero - Almazán - Medinaceli - Castillejo de Robledo - Soria - Rello - Peñalcázar - Ágreda

Cuando la línea fronteriza es un río, como es el caso del Duero, se hace de vital importancia controlar los pasos con los que cuenta dicho río. Los puentes pasan a tener un protagonismo clave. Muchas de las fortificaciones nacen por y para el control y la defensa de estos puentes, que otorgan el dominio sobre el propio Duero.

Como ejemplo de este tipo de fortificaciones está el Castillo de San Esteban de Gormaz. Fue uno de los castillos claves y que tanto se disputaron cristianos y musulmanes durante todo el siglo X y comienzos del XI.

Según cuentan las crónicas, fue en torno al 912, cuando el rey leonés García I llega a la ribera del Duero en la provincia de Soria. Será el que repueble y fortifique San Esteban de Gormaz. El control del río en ese tramo provoca la inquietud en el mundo árabe, que se lanza a una feroz campaña de conquista. Hasta el año 1055-1060 que Fernando I conquiste definitivamente la plaza, el castillo cambiará de manos continuamente. Las fortificaciones de San Esteban están en continuo proceso de reparación. Actualmente tan solo se conserva un amplio lienzo del castillo.

Caso muy similar es el de la enorme Fortaleza de Gormaz, construida y repoblada por los cristianos a comienzos del siglo X, pasa a manos musulmanas en el año 940. En la década que va del 956-966 el califato va a construir una enorme fortaleza. Con un perímetro de unos 1.200 metros, está considerada la más grande en su estilo de toda Europa.

La Fortaleza de Gormaz también cambio de manos de forma continua, siendo el hijo de Fernando I, Alfonso VI quién toma definitivamente la fortaleza y se la entrega al Cid en el año 1087. El castillo se encuentra en mal estado de conservación, pero conserva detalles muy interesantes como la puerta califal y gran parte de la muralla y las torres. Es una de las fortalezas más impresionantes de toda España.

En el mismo contexto que los dos castillos anteriores, surge la Fortaleza de Osma. Se fortifica y repuebla sobre el 912. Aún a pesar de no estar situada en el mismo Duero, Osma adquiere una importancia estratégica muy relevante. Y como las anteriores fortalezas citadas, pasará de manos musulmanas a manos cristianas y viceversa con relativa frecuencia. De los tres recintos amurallados con que cuenta el castillo, uno de ellos conserva bastante bien las estructuras, los otros dos tienen una conservación más pobre. Cuenta además con los restos de la Torre del Homenaje y la Torre del Agua.

El Castillo de Berlanga de Duero nace en un contexto diferente. Tiene la función de controlar la zona y actúa como puesto avanzado de las expediciones militares que el Califato envía contra el mundo cristiano. Cambia continuamente de manos en los siglos X-XI, hasta la conquista definitiva de Alfonso VI. De la fortificación original quedan muy pocos vestigios. Las profundas reformas de los siglos XV-XVI, dejaron muy desvirtuada la fortaleza primigenia.

De la misma forma que Berlanga de Duero, es el caso de Almazán. La población adquiere importancia con la llegada de los cristianos a la Ribera del Duero. Se fortifica la población con gruesos muros defensivos, y actúa como zona de control y base avanzada de los musulmanes. La villa pasa definitivamente a manos cristianas en época de Alfonso VI. De la muralla musulmana quedan exiguos restos, aquellos que van paralelos al río Duero. Alfonso I “El Batallador” levantó un nuevo cerco sobre el 1128. La muralla actual está fechada entre finales del siglo XII, comienzos del XIII. El grosor de los muros llega a alcanzar los dos metros y medio.

Medinaceli pasó a convertirse en la capital de la Marca Media cuando el peligro en la zona del Duero se hizo eminente. Se reconstruyeron las murallas en el siglo X y pasó a convertirse en el centro de operaciones bélicas de la zona. El castillo de Medinaceli se construyó sobre la antigua Alcazaba árabe, con fines más estéticos que defensivos. Fue la última población de la zona del Duero en caer en manos cristianas. Alfonso I de Aragón conquista definitivamente la población en 1123.

Un ejemplo totalmente distinto a los anteriores es la Fortificación de Castillejo de Robledo. Surge de la orden militar de los templarios, que construyen el castillo sobre una fortificación musulmana anterior. La doble función de estos caballeros (guerreros y monjes), proporciona también la doble función de defensa y lugar de recogimiento a la fortaleza. Se conserva actualmente dos torres, algún lienzo del doble recinto amurallado y un aljibe. Conserva en algunos de sus puntos los restos de la fábrica original musulmana.

El Castillo de Soria tiene su origen en una pequeña fortificación musulmana del siglo IX ó X. Es un caso particular, ya que desde mediados del siglo X está en manos cristianas y tampoco tuvo una relevancia reseñable dentro de los enfrentamientos por el control del Duero. Pero lo cierto es que en torno a esa pequeña fortificación surgió un impresionante recinto amurallado, con unas murallas que llegaron a tener ocho puertas. La torre se construyó en los siglos XII-XIII. El estado de conservación, tanto del castillo, como de la muralla, no es del todo óptimo.

El Castillo de Rello se alza impresionante sobre un cerro que domina todo el entorno. Tanto la torre original, como las murallas, son bastante difíciles de datar cronológicamente. Hay ausencia de datos documentados, aunque algunas teorías señalan al siglo XII. La adaptación de la fortaleza al terreno abrupto es formidable. La muralla contaba con una sola puerta de acceso y se conserva el aljibe.

Se acometieron una serie de reformas a finales del siglo XV y principios del siglo XVI. Aunque no todo el recinto se conserva en el estado más óptimo, su impresionante apariencia le ha valido para ser declarado Bien de Interés Cultural.

En Peñalcázar se encuentra otra impresionante Fortificación sobre un cerro dotado de unas impresionantes defensas naturales. El terreno se presenta del todo escarpado en ciertos puntos, llegando a alcanzar hasta los cien metros de altura. Esta protección natural hacía innecesario los muros en todo el perímetro de la fortaleza, ya que la propia orografía proporcionaba la defensa.

El origen de la fortaleza se encuentra en el siglo X, edificada por los musulmanes. Primero se construiría la torre y después se rodearía con la cerca, aunque los restos de esta primera fortaleza son escasos. Reconstruida en época cristiana, tomo una notable importancia en las guerras que mantuvieron los reinos de Castilla y Aragón.

Otro ejemplo de fastuosa fortaleza que se disputaron aragoneses y castellanos, es el Recinto Fortificado de Ágreda. La muralla fue construida por los musulmanes en el siglo IX, con sillares bien labrados. La situación de continuo enfrentamiento, junto con la creciente población, determinan que la muralla este en incesante cambio, con fortalecimientos y ampliaciones, dando lugar hasta cuatro recintos diferentes.

En el primer recinto amurallado se encuentra el Torreón de la Mota o de la Muela, posterior a la muralla musulmana, construido en el siglo XIII aprovechando parte de la estructura del muro, el recinto se encuentra bastante deteriorado. Se conservan dos de los accesos con arco de herradura, algunos muros y la torre.

Fuente: soriamedieval.com

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