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Segovia Norte - Tierra de Pinares

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Comarca: Segovia Norte - Tierra de Pinares

Turégano

Esta ruta turística por Turégano nos muestra los lugares más atractivos e interesantes que atesora esta villa segoviana.

Emplazada en la franja central de la provincia de Segovia, a 935 metros sobre el nivel del mar, y distante de la capital a 34 km, la localidad de Turégano se halla enclavada entre el amplio valle de los Ríos Pirón y Cega, en la zona geográfica conocida como la campiña. En la actualidad habitan unos 1.150 residentes entre Turégano y sus cuatro pedanías que son La Cuesta, Aldeasaz, Berrocal y Carrascal. Historia de Turégano»

HISTORIA - TURÉGANO

Turégano, la antigua Toroda: Las ruinas de origen celtibérico y romano del antiguo castro árabe que circunda el hermoso Castillo medieval sugieren que Turégano fue una población de vital importancia histórica y geográfica en la antigüedad más remota.

Durante la Alta Edad Media, en muchos documentos referentes a esta zona de la meseta central de la Península Ibérica aparecen, como singular hito de contextualización geográfica, varios caminos relacionados con esta villa, especialmente la 'Semita que va de Torodano ad Boitracum' (El camino que va de Turégano a Buitrago atravesando la sierra de Guadarrama).

Grandes personajes históricos estuvieron relacionados con esta villa, la reina doña Urraca de Castilla y su hijo Alfonso VII, el rey Pedro I, el rey Juan I, don Álvaro de Luna, el rey Juan II, el rey Enrique IV, el obispo Juan Arias Dávila, los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel, el emperador Carlos V, y es que, como dicen de uno de los mejores pintores abstractos del siglo XX, Esteban Vicente, muchos vieron en esta villa un prodigioso equilibrio entre libertad y sabiduría, expresividad y elegancia.

El Castillo Decir Turégano es decir Castillo, pues la fortaleza de esta Villa Episcopal es de las más importantes de España y desde luego la más singular de todas por su carácter de Iglesia Fortificada Inexpugnable. El primer obispo, Don Pedro de Agén, consideró que el antiguo castro, edificado sobre una suave colina, era el lugar idóneo para emplazar la nueva iglesia.

Embutida de este modo en el castillo, la Iglesia de San Miguel atestigua, por las construcciones adosadas y superpuestas al templo, que hubo dos castillos o fortificaciones sobre ella: el que construyera en su día el obispo Arias Dávila y otro, más primitivo, del que quedan infinidad de restos arquitectónicos. Leer más»

CASTILLO DE TURÉGANO DECLARADO CONJUNTO HISTÓRICO-ARTÍSTICO EN 1931

Así cabe destacar seis momentos principales que pueden observarse en su entramado arquitectónico son:

1. El Castro árabe siglo IX-X.

2. La Iglesia románica primitiva de San Miguel, rematada cos aspilleras y construida en el interior del castro, siglo XII- XIII.

3. El Castillo Palacio de los obispos superpuesto a la Iglesia ampliada y que escondió en sus entrañas la bellísima torre campanario románica, siglo XV.

4. La Fortaleza remodelada por Juan Arias Dávila, siglo XV.

5. La adaptación de Diego de Rivera y el desmonte del Palacio Episcopal superpuesto a las naves de la Iglesia, siglo XVI.

6. La construcción en 1703 de la Torre espadaña y derribo del campanario exterior y algunos muros del lado este.

El Castro y sus murallas Varias torres del antiguo castro árabe, en parte desmochadas, permanecen aún en pie, desafiantes, unidas entre sí por las murallas de tapial que circundan el recinto de la fortaleza construida sobre la iglesia de San Miguel. En su día fue ciudadela amurallada que protegía la zona. Lo que permanece tiene excepcional valor histórico: una joya militar única en el panorama de las defensas de la Alta Edad Media.

Estas ruinas de origen celtibérico y romano que circunda el hermoso castillo medieval sugieren que Turégano fue una población de vital importancia histórica y geográfica en la antigüedad más remota.

Iglesia de San Miguel En ella destacan dos fases constructivas, la primera correspondería a las naves laterales y la torre elevada sobre el crucero, de la que sólo quedan leves testigos al encontrarse embutida dentro del torreón central o torre del homenaje del propio castillo.

De la segunda fase destaca la nave central, construida por buena sillería y cubierta con bóveda de cañón apuntada generada por los arcos fajones que la sustentan. En todo su interior destaca la decoración escultórica: capiteles historiados del lado de la epístola, decoraciones vegetales, hojas de acanto y palmetas.

La Plaza de España En la vida diaria, todos los acontecimientos de Turégano giran en torno a la Plaza Mayor, que a principios del siglo XX se llamó Plaza de Alfonso XIII, más tarde de la República y ahora de España. También denominada 'de los Cien postes' por el Cronista oficial de la villa, Victoriano Borreguero. Con usos diversos, desde antiguamente, la Plaza Mayor ha servido de escenario para la celebración de ferias y mercados que tanta importancia adquirieron en la villa; igualmente y desde finales del mes de agosto podemos contemplar, ya montado, su coso taurino listo para festejar las célebres corridas medievales de la villa.

Sus casas se atienen a la misma tipología constructiva: pórticos adintelados, esgrafiados en sus fachadas, entramado estructural de madera visto y cubiertas de largos faldones con teja al estilo segoviano, árabe en canal y sin cobija. Arropada por el castillo y protegida por él, la Plaza Mayor, nos acoge con su encanto particular y nos invita, como a todos sus vecinos, a susurros y comentarios entre sus soportales.

La Iglesia de Santiago Actual parroquia de la villa, monumento nacional, es una verdadera joya artística, no sólo por su ábside románico del siglo XII, sus retablos barrocos y el primitivo retablo románico en piedra, sino por el increíble tesoro escultórico, de orfebrería y de elementos religiosos acumulados en ella como consecuencia de haber heredado algunas piezas únicas procedentes de otras parroquias tureganenses: el Cristo bizantino de la Iglesia de San Pedro, la incomparable talla románica de la Virgen del Burgo, el tríptico de pintura gótica, la pila bautismal románica procedente de San Miguel, el cáliz de plata sobredorada de Diego Rivera, las soberbias tallas barrocas de madera policromada y una riquísima colección de ornamentos religiosos. Leer más»

IGLESIA DE SANTIAGO - TURÉGANO

Tal como ha llegado a nuestros días, es un templo construido en diversas épocas y diversos estilos arquitectónicos. Su interior consta de una nave central, una nave lateral donde se encuentra una capilla barroca llamada de la "Soledad", el ábside que acoge el altar mayor, y dos sacristías adosadas al mismo, una de las cuales, la del lado de la epístola, fue demolida con el ánimo de dejar exento un arco más de la primitiva estructura románica del templo.

Ábside románico El descubrimiento de este ábside sucedió a finales de los años ochenta por casualidad, mientras se estaba realizando un proceso de restauración en el interior del templo. Sin embargo las obras de restauración se llevaron a cabo en el año 2009 tras un acuerdo entre el Obispado y la Consejería de Cultura y Turismo de Castilla y León. En este proceso se ha adelantado el retablo mayor hasta el arranque del presbiterio avanzando en su posición y dejando libre el espacio del ábside permitiendo a los fieles deambular por la girola y observar la joya del románico.

La iconografía es muy interesante pues en ella se muestra el Pantocrátor, que es Cristo en Majestad, en posición de bendecir con la mano derecha y sobre la mano izquierda el libro de la vida, rodeado de tetramorfos que son los cuatro evangelistas: Águila (símbolo de San Juan), Toro (símbolo de San Lucas), León (símbolo de San Marcos) y Ángel (símbolo de San Mateo) que dan gloria y honor al que está sentado en el trono.

Debajo se puede observar a tres peregrinos con las vestimentas típicas de la época y a sus pies podrían estar representados Fernando III, su mujer la reina Beatriz de Suabia y el obispo Bernando de Segovia en posición orante ante la imagen de Santiago Apóstol que está a su derecha, en el momento del culto. Según esta hipótesis las figuras que han aparecido datan del primer tercio del siglo XIII.

Esta disposición de relieves en su ábside tan sólo se puede ver en dos sitios más, en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) y en la Seo de Zaragoza haciendo así de la villa de Turégano un referente cultural del románico del siglo XIII. Además su extraordinaria policromía es comparable a la del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago.

Ermita de Nuestra Señora de los Remedios y Vía Crucis del Humilladero La vereda que transcurre hacia el camino de Torreiglesias nos conduce hacia la Ermita de Nuestra Señora de los Remedios. Acompañando nuestros pasos, una serie de cruces, talladas todas ellas de granito, y de distintas épocas de ejecución. El conjunto ofrece al visitante un total de 14 cruces que sirven de recordatorio y parada para el rezo procesional o privado del Vía Crucis. Acompañados por este sobrecogedor Vía Crucis, paseo obligado para tureganenses y visitantes, se accede a la Ermita, edificio de planta rectangular y pequeñas dimensiones restaurado en el año 1802.

En su exterior se observa una inscripción de concesión de indulgencias 'REZANDO UN PATER NOSTER DELANTE DE ESTE SANTO XTRO. SE GANAN XL DIAS DE YNDULGENCIA', y el ventanal de rezo ubicado debajo de la inscripción, desde donde puede observarse la imagen de Nuestra Señora de los Remedios, escultura sedente con el niño Jesús apoyado sobre la rodilla izquierda, y en la mano derecha, un ramo de flores.

La Antigua Sinagoga La aljama de los judíos tureganenses tuvo notable importancia social, económica y religiosa en los siglos XIV y XV. Uno de los barrios de la villa ofrece aún la configuración característica de las juderías castellanas. Actualmente casa parroquial.

El Burgo, Jardín de Obispos, Iglesia de Santa María En el primitivo barrio del Burgo, durante siglos existió la parroquia de San Pedro y, a su lado, la Iglesia de Santa María en la que Arias Dávila celebró el sínodo episcopal del año 1483 sobre ella, los prelados segovianos construyeron su palacio de verano, "el hotel" en donde en períodos estivales residieron hasta bien entrado el siglo XX.

Palacio Episcopal Fue mandado construir por el prelado D. Manuel Murillo Argaiz para residencia de los obispos durante sus estancias en la villa. Se encuentra situado en el lado sur de la Plaza Mayor, y actualmente tiene su entrada principal por la carretera general, frente al ábside románico de la iglesia de Santiago.

Con la desamortización de Mendizábal, este palacio pasó a ser propiedad privada, y con los años se fueron adosando al edificio otras construcciones, por lo que hubo de trasladarse el escudo del prelado, que un primer momento estuviera colocado en la fachada central, a un lado del muro. Actualmente, como propiedad privada, el edificio ha perdido en gran medida las referencias del propio palacio, y desde luego pocos sospechan que su fachada principal constituyó el fondo sur de la Plaza Mayor, sin los edificios que hoy le aprisionan y enmascaran.

Casa Palacio de Miñano Esta casa consta de tres plantas y buhardilla. Construida toda ella con los materiales de la época: piedra, adobe, ladrillo y madera, ha sufrido diversas transformaciones a lo largo del tiempo.

Antiguamente el edificio, uno de los más importantes de Turégano, acogía cocheras, huertas, diversas dependencias y caballerizas que servían de ángulo no porticado a los soportales de la Plaza hasta la propia Casa-Palacio contribuyendo a prolongar el propio conjunto de la Plaza Mayor. En la actualidad, la Casa-Palacio de Miñano posee un patio interior de columnas de muy buena factura, mientras que al exterior su primitiva fachada se encuentra dividida en bar, viviendas, despacho de pan y centro social tureganense.

Pilón de la Plaza de Santiago Recibe su agua (no potable) del arroyo Valseco o 'Madre del caño'. Cuenta con un alto relieve en su frontal que explica su construcción que fue debida al rey Carlos III.

Museo forestal En un enclave sin igual, rodeado por una maravillosa fauna y flora, se encuentra este Museo, situado en la antigua Casa del Ingeniero que ha sido restaurada para albergar el recuerdo a las gentes que han dedicado su vida a los trabajos realizados en los pinares: resineros, pegueros, piñoneros, guardas, etc. Desde antiguo el aprovechamiento del monte por el hombre centró su interés en la explotación de los recursos de éste.

El pino como recurso maderero, la resina, el piñón, la caza, el aprovechamiento vecinal de pastos y la extracción de brozas creó un ecosistema propio y un medio de vida para sus gentes. Sin embargo, a mediados del siglo XIX se inicia la explotación industrial de la resina lo que ocupó una extensa mano de obra, y una cierta riqueza industrial, además de un cuidado especial del monte por los resineros, transformando toda esa forma de hacer.

Fiestas patronales La 'Función' o fiestas en honor del 'Dulce Nombre de María', se celebra a lo largo de cinco días alrededor del primer domingo de septiembre. Los actos religiosos, verbenas, espectáculos variados, deportivos y encierros taurinos acompañan al plato fuerte de estas Fiestas: las novilladas, que se celebran en un coso tradicional de madera, cuadrado, instalado en la misma Plaza de España presidida por el imponente 'Castillo'.

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