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Por la Merindad de Castilla la Vieja - Burgos

Comarca: Las Merindades

Villalaín - Bisjueces - Barruelo - La Aldea - Villarcayo - Cigüenza - Escanduso - Escaño - Salazar - Villanueva la Blanca - Torme - Fresnedo - El Ribero de Montija - Colina - Castrobarto

Desde Burgos hay que tomar la carretera C–629 y descender el puerto de La Mazorra. Tras atravesar brevemente el Valle de Valdivielso, una espectacular puerta natural, el Desfiladero de Los Hocinos, permite llegar hasta la Merindad de Castilla la Vieja.

Desde la carretera que serpentea al ritmo marcado por el río se puede observar la rica vegetación - boj, encinas, quejigos, rebollos, hayas, tilos, arces, madroños - que cubre los escarpados farallones rocosos de la garganta. Numerosas aves rapaces anidan y sobrevuelan este privilegiado enclave natural.

Hay que dejar atrás el pueblo de Incinillas, acceso al Valle de Manzanedo, para alcanzar Villalaín, la primera etapa del recorrido. Tanto en este pueblo como su vecino Bisjueces es fácil rastrear en el pasado de dos de las figuras, Laín Calvo y Nuño Rasura, más legendarias de la primitiva Castilla. Según la tradición, estos dos Jueces, que entran en la historia a mediados del siglo IX, impartían la “Fazaña” una justicia basada en leyes orales entroncada con ancestrales costumbres prerromanas. En Bisjueces no hay que dejar de visitar el pórtico de su Iglesia que, con una esbelta fábrica, protege la curiosa fachada renacentista en la que se representan las esculturas sedentes de los dos Jueces de Castilla.

Antes de llegar a La Aldea merece la pena desviarse hasta Barruelo para poder contemplar más de cerca el relieve de La Tesla. De este pueblo parten algunos de los caminos que ascienden hasta la cima de la emblemática montaña. De vuelta a la carretera que conduce a La Aldea se divisa una buena panorámica de toda la Merindad de Castilla la Vieja destacando en el centro la moderna silueta de su capital.

El pueblo de La Aldea aparece presidido por la alta y almenada torre de la Iglesia gótica de Santa Cruz. Desde La Aldea se debe tomar la carretera que conduce, por Santa Cruz de Andino, hasta Villarcayo. Capital de la Merindad de Castilla la Vieja es así mismo, desde 1560 y por deseo de Felipe II, capital de toda la comarca. Espigando en su moderno trazado urbano, en verano se convierte en un importante centro turístico, todavía se pueden localizar algunas muestras de su pasado. Entre todas destacan una serie de casonas solariegas de época barroca situadas en la calle Santa Marina. También hay que visitar el Museo del trasladado monasterio burebano de Vileña, que guarda una valiosa colección de sepulcros góticos.

Desde Villarcayo y remontando la corriente del Nela pronto se alcanza Cigüenza. En los alrededores de este pueblo se encuentra enclavada la Necrópolis altomedieval de San Andrés. El paisaje se torna ahora quebrado y de vez en cuando aparecen pequeños bosques de encinas y quejigos.

En la misma orilla del Nela se descubren otras dos aldeas: Escanduso y Escaño. En la primera de ellas se puede admirar una pequeña Iglesia de traza románica que pasa por ser una de las más pequeñas del mundo. La iglesia románica de Escaño, la de datación más antigua en la provincia —año 1088—, conserva un ábside de esa época. En este pueblo hay que tomar la recién construida carretera que conduce a Salazar.

En Salazar se localizan las llamadas Torres de los Salazar. Se trata de un edificio fortificado que consta de dos torres separadas por un palacio. Las torres, fechadas en los siglos XVI y XVII, son de buena sillería y todavía conservan algunos restos de las almenas que las remataban. En este pueblo se conservan además otras casas señoriales con sus correspondientes escudos.También se pueden observar los elementos constructivos característicos de la casa popular de la zona: planta cuadrada, solana en la fachada y edificada en piedra.

Una carretera permite alcanzar por Villanueva la Blanca y Torme, el pueblo de Butrera. En sus afueras se alza un gran templo de obra románica,  Nuestra Señora la Antigua, consagrado a la Virgen de Septiembre. De una sola nave y con incipiente crucero, se remata con un ábside semicircular que al exterior presenta una cuidada decoración a base de misteriosos motivos iconográficos. En el interior de la iglesia se conservan una imagen de la Virgen y un original relieve de la Adoración de los Reyes Magos.

De nuevo en Torme, tras visitar la Torre-palacio renacentista de los López de Salazar, tomaremos la carretera que por Fresnedo (Bur), donde se encuentra la Necrópolis altomedieval de Peña Horrero, enlaza, a la altura de Bocos, con la C-629. Con dirección a Bilbao se alcanza un muy interesante enclave natural: las Lagunas de Gayangos. Un conjunto de pequeños lagos de origen tectónico que constituyen la mejor zona húmeda de toda la provincia. Son el único lugar de cría para especies tan escasas y valiosas como el zampullín cuellinegro, el porrón común o el pato cuchara.

Este apretado recorrido por el corazón de Las Merindades continúa por el El Ribero de Montija, situado a orillas del Río Cerneja. En medio de su escueto caserío se localiza su principal monumento: la Torre-palacio de los Alvarado.

La carretera local que se dirige hacia Castrobarto permite alcanzar el pueblo de Colina. En esta localidad, que ya pertenece a la Junta de Traslaloma, sobresale una interesante iglesia parroquial de estilo románico. El elemento más destacado del templo es una portada fechada en la segunda mitad del siglo XII. Merece la pena prestar atención a la original ornamentación e iconografía que cubre buena parte de sus fustes, arquivoltas y capiteles.

Esta Ruta continua en dirección a los Montes de La Peña por la carretera que conduce a Castrobarto.

El término Merindad deriva de una división territorial, de origen medieval, que estaba bajo el mandato de un merino nombrado por el rey.

Continua el recorrido por Ruta Medina de Pomar y alrededores

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