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Ruta pos los Conjuntos Históricos de Montañas del Teleno

Comarca: Montañas del Teleno

Santiago Millas - Castrillo de los Polvazares - Astorga

El Teleno y La Cepeda protegen celosamente impagables muestras de arquitectura popular, que permiten imaginar cómo era la vida de estas comarcas hace siglos.

Así, la Casa maragata arriera conserva excelentes ejemplos en Castrillo de los Polvazares y Santiago Millas. El modelo más habitual es de piedra marrón, con gran portón de madera y un amplio patio en el que se guardaban utensilios, carros y mercancías diversas. Está dividida en dos plantas, la inferior acoge la cocina y la sala principal, mientras la superior queda reservada para los dormitorios.

Por su parte la Casa cabreiresa fue evolucionando con los años. Las primeras tenían una sola planta y en algunos casos son heredadas de rasgos constructivos propios de hace 2000 años, como han demostrado las exploraciones arqueológicas de los viejos castros.

Junto a ella pueden también contemplarse ejemplos de técnicas constructivas más modernas, en las que se emplean diferentes materiales: las cubiertas de paja habituales desde la prehistoria hasta la primera mitad del siglo XIX fueron sustituidas de forma progresiva por pizarra.

De este modo, las casas cabreiresas más típicas son las de corredor, con dos alturas y escalera de acceso exterior. El piso inferior era habitualmente área de trabajo y de ubicación de los animales domésticos, en tanto que la planta elevada correspondía a la vivienda. Excepcionalmente todavía pueden contemplarse algunas conservadas en pueblos como Villar del Monte o Iruela, en La Cabrera Alta, y Forna o Saceda en La Cabrera Baja.

En medio de un paisaje más bien árido, Santiago Millas conserva numerosas casas de interesante arquitectura popular, que han permitido su catalogación como Conjunto Histórico-Artístico de Arquitectura Arriera. El ejemplo más famoso es la casa que construyó en el siglo XIX Santiago Alonso Cordero. Nacido en 1793 y de linaje arriero, tuvo una inmensa fortuna y una notable actividad en el terreno político que incluso aparece reflejada en la literatura costumbrista del siglo XIX.

En la revalorización del conjunto también ha incidido la creación del Museo de la Arriería Maragata, donde el visitante puede conocer los aspectos de la vida de esta comarca, costumbres, atuendos, trabajos artesanales y, sobre todo, la actividad arriera.

Castrillo de los Polvazares Este pueblo en sí es un excelente ejemplo de la arquitectura tradicional arriera: calles empedradas y sorprendentes casas de piedra cuya estructura se dispone en función de la actividad comercial (puertas de arco construidas para que pudieran entrar los carros de los arrieros, viviendas con patios interiores, ventanas pequeñas...) El magnífico estado de conservación de todo el enclave ha merecido la declaración de Conjunto Histórico-Artístico de alto valor monumental.

Otro de sus grandes atractivos es el Cocido Maragato, un guiso que consta básicamente de: sopa, berza o repollo, patatas, garbanzos y siete variedades de carnes. Se caracteriza principalmente porque se sirve 'al revés'. Primero las carnes del cocido, después las verduras, y finalmente la sopa del cocido. ¿Por qué se come al revés? Leer más»

¿POR QUÉ SE COME AL REVÉS?

Desde la época de los pueblos maragatos arrieros, es comtumbre comer el cocido al revés: es decir, comenzando por la carne y terminando por la sopa.

'Cuando los maragatos, recorrían las tierras de España como arrieros, llevaban entre los utensilios necesarios para sus largos desplazamientos, una fiambrera circular de madera con su tapa también de madera, donde guardaban en ella porciones de carne de cerdo cocida, que se conservaba fresca cierto tiempo. Al llegar a las posadas o mesones comían primero lo que ellos llevaban en las fiambreras de madera, por supuesto alimetnos fríos, y para terminar y "entonar" sus estomagos pedían al mesonero o al posadero una sopa o caldo caliente.'

Así es como lo explican las personas mayores de los pueblos maragatos arrieros, que lo vieron comer en ese orden a sus padres y a sus abuelos cuando regresaban de los largos viajes, introduciendo así en sus familias la costumbre de comer el cocido maragato al revés.

Nada que ver con las leyendas que circlan en torno a esta paradoja, en las cuales se cuenta que cuando los franceses andaban por estas tierras en el siglo XIX, ante una inminente batalla optaron por degustar pimero la carne y después por último, si les daba tiempo la sopa, ya que era preferible que sobrasen la sopa y los garbanzos, que las preciadas carnes.

El casco antiguo de Astorga presenta un conjunto histórico artístico inigualable, tanto por la cantidad de las muestras de diferentes épocas y estilos arquitectónicos, como por su irrebatible calidad. Valgan como muestra de esta afirmación la Muralla defensiva y la Ergástula, construcciones de origen romano datadas a principios de nuestra era.

La Catedral, iniciada en el siglo XV; el edificio que acoge el Ayuntamiento, diseñado por el arquitecto Manuel de Lastra en el siglo XVII; la Iglesia de Santa Marta, cuyo trazado actual procede del XVIII, o el Palacio Episcopal (Bien de interés Cultural) ideado por Gaudí en el último cuarto del siglo XIX, cuyas líneas modernistas siguen, entre otras, la Casa Granell y la Iglesia Parroquial de San Andrés.

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