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Estación Rupestre de Siega Verde

Comarca: Ciudad Rodrigo

Serranillo

La Estación rupestre de Siega Verde, situada en la localidad salmantina de Serranillo (Villar de la Yegua) a orillas del río Águeda, representa uno de los conjuntos de arte paleolítico al aire libre más importantes de la península Ibérica. Algo más de 445 figuras, en su mayoría ungulados, fueron grabados en la roca hace 18.000 años.

Esta singular zona arqueológica declarada Patrimonio Mundial el día 1 de Agosto de 2010 como extensión del Parque Arqueológico del Valle del Côa, se encuentra a unos 15 kilómetros de la localidad salmantina de Ciudad Rodrigo, en torno al puente y viejo molino del mismo nombre, donde el curso del río Águeda tiene su último vado antes de encajarse en las Arribes y en el que permanecen pozas con agua incluso en los momentos de mayor estiaje.

Es un lugar especial elegido por los hombres de la Prehistoria por tratarse de una zona de paso y un privilegiado punto de control y observación de los animales que acudirían a este abrevadero permanente.

Fue descubierto en 1988 por D. Manuel Santonja, gracias a unas prospeciones arqueológicas que se estaban realizando en la zona. El conjunto de representaciones rupestres que conforman este yacimiento ha llegado íntegro hasta nosotros gracias a su tardío conocimiento y difícil visibilidad.

Debidamente estudiado, protegido y señalizado en la actualidad, se nos ofrece la posibilidad de recorrerlo y de aproximarnos a las condiciones de vida de aquellos artistas prehistóricos que, junto a los que habitaron también en el vecino enclave de Foz Côa, nos legaron uno de los más importantes conjuntos de arte paleolítico al aire libre de toda Europa.

En el yacimiento de Siega Verde se encuentran catalogados hasta 94 paneles con más de 600 representaciones de animales y algunos signos esquemáticos. Predominan sobre todo los cérvidos, bóvidos y caballos, aunque las imágenes de especies hoy extinguidas y propias de climas glaciares, como los renos, bisontes o rinocerontes lanudos, nos indican su pertenencia a una época muy lejana, en la que alternaron momentos más templados con otros muy fríos.

Las similitudes de estas representaciones con las de la estación de Foz Côa y con algunos rasgos de las existentes en las cuevas de la cornisa Cantábrica, han permitido a los especialistas asegurar que los grabados de Siega Verde fueron realizados por los hombres del Paleolítico Superior.

Los grabados de Siega Verde se llevaron a cabo dibujando sobre las rocas de esquisto las siluetas de los animales, siempre de perfil, añadiendo algunos trazos para reflejar los detalles anatómicos: crines, hocicos, musculatura, marcas en el pelaje, etc.

Se utilizaron, principalmente, dos técnicas para la realización de las imágenes, el piqueteado, que delimita a base de puntos el contorno de la figura, y la incisión o dibujo a través de una fina línea grabada, sistema preferido para las figuras de menor tamaño. Además, se utiliza en ocasiones, combinada con las técnicas anteriores, la abrasión o raspado, que da lugar a surcos más anchos y profundos.

Las composiciones de los paneles tienen un significado complejo que se nos escapa. Solitarias o formando escenas, dinámicas o en posiciones estáticas, estas representaciones de la fauna que pobló la Meseta durante la última glaciación, nos hablan del mundo simbólico de los hombres paleolíticos, de la apropiación mágica de la caza y quizá de la distribución de los territorios entre las tribus cazadoras.

Visita guiada Yacimiento de Arte rupestre Siega Verde

Siega Verde mini

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