Senderismo

Montaña Palentina

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Senda Roblon Estalaya map1

Datos básicos del sendero:

  1. Distancia: 4,5 km
  2. Tiempo estimado: 1 h 30 min
  3. Desnivel: 100 m
  4. Punto de salida: Ctra. Vañes
  5. Ciclabilidad: No
  6. Dificultad: Baja
  7. Época recomendada: Todo el año.
  8. Descargar Track GPX

EL ROBLÓN DE ESTALAYA - SENDERISMO MONTAÑA PALENTINA

Comarca: Montaña Palentina

Vañes

Sencilla ruta de senderismo circular que nos acerca a uno de los árboles más legendarios de la Peninsula Ibérica, el Roblón de Estalaya.

Para llegar al inicio de la senda debemos tomar en Cervera de Pisuerga la carretera en dirección a Potes. Pasado el puente sobre el embalse de La Requejada, dejando atrás el pueblo de Vañes, sale una carretera a la derecha. Tomamos dicha carretera y a unos dos kilómetros llegamos al aparcamiento y punto de partida de la ruta.

Desde el aparcamiento tomamos el camino señalizado que cruza por un pequeño puente la cola del embalse. Tras cruzar el puente aparece una bifurcación. Tomamos el camino de la izquierda que asciende directamente al Roblón por un pequeño valle. Atravesamos una cerca ganadera y nos adentramos en un bosque de hayas y robles. Siguiendo la senda en breve divisaremos la figura del Roblón de Estalaya.

Este roble legendario del Monte de Estalaya, conocido como 'El Abuelo', es sin duda el de mayores dimensiones y más longevo de la Montaña Palentina y posiblemente de toda la Península. El Roblón de Estalaya es un notable y venerable ejemplar de roble albar (Quercus petraea). Su altura es de 17 metros, y su perímetro en la base es de 10,6 m. Sobre la edad de este árbol, hay varias opiniones, pero todas coinciden en que tiene más de 500 años.

Para el regreso, podemos desandar lo andado hasta la carretera o seguir avanzando por el camino inicial. Este camino desciende por un pequeño valle hasta llegar de nuevo al embalse, un vez aquí la senda discurre paralela al embalse hasta enlazar con el camino que tomamos al inicio del recorrido y que nos llevará de regreso al aparcamiento.

Los árboles centenarios han sido venerados en todas las culturas, considerándose portadores de valores simbólicos tales como la sabiduría, la fecundidad, la experiencia. Sus entornos y cobijo de sus ramas sirvieron de escenarios propicios para la celebración de ritos mágicos, asambleas, fiestas y aquelarres.

Aunque sería muy raro cruzamos con el Oso pardo en nuestro paseo, es posible que algún ejemplar de la especie no ande muy lejos de allí, no en vano estamos en una de las zonas privilegiadas como uno de los últimos reductos de esta especie.

elroblondeestalaya lista

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